|
|
 |
|
Alex North: Tercera Parte Por Frederic Torres |
|
Esta última entrega de la Guía, caracterizada una vez más por la precariedad antes que por la profusión comercial de obras editadas, como desgraciadamente ya destacábamos en el periodo inicial de la carrera del compositor, está jalonada de una pléyade de trabajos miniaturistas que dotan de una mayor madurez y cohesión, si cabe, al conjunto de su trayectoria. Es como si North, una vez experimentado su paso por el cine de gran presupuesto en la década anterior y satisfechas las pretensiones de participar en unos proyectos cinematográficos apriorísticamente opuestos a su inicial línea creativa, hubiera decidido volver sobre sí mismo (aunque dotado de una perspectiva mucho más amplia) para dedicarse exclusivamente a trabajar en aquello que más íntimamente le satisficiera desde sus inicios profesionales, a saber, el cine cuya temática destacamos bajo el epígrafe de “dramática”.
Ya fuese una decisión premeditada o simplemente el desarrollo inconsciente de sus prioridades artísticas, es desde esta perspectiva desde la que hay que entender la obra llevada a cabo durante las dos últimas décadas de su vida, incluyendo aquellas que, tal vez, en una primera impresión, podrían significar la excepción a esta argumentación (el crepuscular western de Richard Brooks, “Bite the Bullet”, la rareza revestida de película bíblica que supone “The Passover Plot” o la recreación fantástico-medieval que es “Dragonslayer”), puesto que sin obviar, como buen profesional, las necesidades cinegéticas propias de las mismas, North va a resolverlas de un modo afirmativamente personal arriesgando en las mismas acerca del lenguaje musical (especialmente apreciable en el caso de la película de Disney), en una línea de coherencia estructural que devendrá en la consecución de una consideración sobre su trayectoria profesional poco menos que impecable.
Así pues, ante la ausencia discográfica de algunos títulos importantes y señeros de esta etapa, tales como “Willard”, “Shanks”, “The Passover Plot”, “Wise Blood”, “Prizzi´s Honor” o “The Penitent” (cuyo supuesto lanzamiento al mercado se habría llevado a cabo por Varèse en el 2000 –ni más ni menos que en doble formato analógico y digital-, sin que nadie haya llegado nunca a visualizar fehacientemente dichos discos), la edición comercial en algún vinilo de la época permitirá comentar, al menos, algunas obras como “A Dream of Kings”, “Somebody Killed her Husband” o “Carny”, que pese a estar también pendientes de su edición digital, sí vieron la luz en su momento y puede que formen parte de la discoteca de algún veterano aficionado. En todo caso, este pequeño listado da la medida de la recuperación digital de la que está necesitada esta última fase creativa de la vida y obra de Alex North, en la cual paradójicamente, el compositor vivió un último momento de reconocimiento popular al recibir en 1986 el Oscar honorífico a su trayectoria profesional (no habiéndolo conseguido nunca en competición oficial tras 15 nominaciones). Cinco años más tarde tuvo que aplazarse el concierto que se estaba preparando para los Encuentros de Sevilla de 1991, debido al fallecimiento, el 8 de septiembre de ese mismo año, de quien nació como Isadore Soifer, pero que bajo la propia elección nominal de Alex North y la respetuosa de sus compañeros de profesión, que lo apodaron como The Boss (“El Jefe”) durante gran parte de su carrera, aportó su enorme granito de arena para que la música de cine, de obediencia debida en aplicación a las imágenes, subiera algunos peldaños musicales en la significación y valoración de aquello que conocemos, en general, como el arte de la música. |
|
|
  | HARD CONTRACT (Antes Amar… Después Matar, S. Lee Pogostin) 1969 Varèse Sarabande (VCL 0609 1097) Editado en Estados Unidos en 2009 y muy difícil de encontrar (edición limitada a 1000 copias)
Para este thriller de toque romántico North compuso una interesante partitura que ya desde el propio “Main Title” ubica adecuadamente al espectador/melómano con un melódico tema al piano (omnipresente en toda la partitura) ligeramente triste y con un solo de trompeta a cargo del famoso trompetista de jazz Carroll “Cappy” Lewis. El final atonal y desasosegante del mismo nos introduce en el siguiente corte, el de la presentación del protagonista, “Cunningham”, que profundiza en esos derroteros al crear una atmósfera turbia y malsana con la que el compositor, toda vez que describe al personaje, consigue que al posible espectador le asalten toda una serie de dudas sobre el alcance de la personalidad del mismo. Será la dinámica principal (y más interesante) de esta oscura, toda vez que cálidamente triste, partitura. El tema de “Sheila”, la protagonista femenina de la película, está construido, en cambio, sobre una bossa nova, mucho más rítmica y melódica, pero siguiendo la línea de “tristeza” esbozada en el tema central. En esta perspectiva provista de mayor lirismo, puesto que la partitura rezuma atonalidad por todos sus poros musicales, cabe ubicar también “How to Kiss” y “All about God”, pese al final nuevamente disonante de este último. “Skin” también consigue, a través de un mayor dinamismo, que las emociones afloren antes de encontrarnos con la particularidad sonora de la melancolía que desprende “Rape”, conseguida con la combinación de un piano y una guitarra eléctrica.
Lo mejor: La película sólo tiene “presencia” en la memoria cinéfila por pertenecer a la filmografía, precisamente, de North. Ningún otro elemento cinematográfico, pese a su interesante elenco actoral y a su exótica trama, que se desarrolla mayormente en la España de finales de los sesenta, logra establecer mérito artístico alguno, más allá de la partitura creada por el compositor para tan extravagante andamiaje.
Lo peor: La recuperación misma de la partitura en un formato harto curioso configurando la grabación según las condiciones de sonido, presentándonos primero aquellos cortes que han podido sobrevivir en formato estéreo seguidos de los rescatados en mono, pero repitiéndose gran parte de ellos en uno y otro sistema de audio, con lo que nos encontramos con la mayor parte de la partitura doblemente presentada en el disco, dificultando la escucha del mismo (por la reiteración) que significa dicha opción.
El tema: “Number One Man”, de arreglo jazzístico, que con el piano, la batería (con una fabulosa utilización de las escobillas) y la percusión consigue un crescendo trepidante que, desgraciadamente, no llegó a utilizarse en el film. Lo curioso del caso es que se trata de una versión del tema “Moon Rocket Bus” que pertenece a la partitura, también rechazada, de “2001: A Space Oddissey”, con lo que en ninguna de sus dos versiones el tema, pese a su extraordinaria calidad, logró acceder a su verdadera función: acompañar las imágenes cinematográficas para las que fue creado.
Duración: 54:51 |
|
|
   | A DREAM OF KINGS (Sueño de Reyes, Daniel Mann) 1969 National General (NG 1000) Editado en LP en Estados Unidos en 1969 y muy difícil de encontrar
Después de haber colaborado juntos en unos cuantos films y 14 años después de haberlo hecho en “The Rose Tattoo”, donde la peculiaridad de la comunidad italoamericana dotaba de una perspectiva especial tanto a película como a partitura, ambos (director y compositor) enfrentaron este proyecto de similares características tomando como protagonista, en esta ocasión, a la comunidad griega afincada en Chicago. El resultado fue una nueva partitura de características dramáticas que vuelve a demostrar la específica valía de North para este tipo de historias de profundo perfil psicológico, con el añadido del habitualmente concienzudo trabajo étnico al que tan esencial consideraba el compositor. Tanto es así, que las características griegas impregnan tanto a través de los modos expresivos melódicos como de la orquestación (sirtari, acordeón, guitarra, flauta, percusión), toda la partitura, determinando específicamente su personalidad sin menoscabo del desarrollo dramático de la misma. Desde esta perspectiva, cabe destacar la estructuración que North realiza al respecto, presentando uno tras otro a los cuatro personajes protagonistas (Caliope, Stavros, Cicero y Anna), cada uno destacando por unas cualidades determinadas (desde el costumbrismo de Caliope, la mujer del protagonista, a la vitalidad de Anna, la joven que lo seduce, pasando por la nostalgia compartida de la tierra con el amigo, Cicero) para dar paso, a continuación, a una serie de temas de corte diegético, (“The Greek Club”, “Celebration” y “King Again, Ballos”) que refuerzan, aún más, si cabe, el aspecto de la nacionalidad protagonista, finalizando con el bloque musical dedicado a ilustrar el desarrollo dramático de la acción. Es el más interesante, pues aquí es donde North torna su partitura poética o evocadora (“Sunshine of Greece” y “Hope and Farewell”), intrigante (“Matsoukas, A Winner”), épica y orgullosa (“Matsoukas, the King”), trágica (“Loaded Dice”) o plena de lirismo (“To Greece, Father and Son”), según se van desarrollando los diferentes actos de la trama. Todo un nuevo recital de complejidad musical de parte del compositor que, con esta, borda una nueva e interesante incursión en el drama fílmico a las puertas de una nueva década. El tema a cargo de Franki Valli, “A Dream of Kings”, presente en el disco de vinilo, pero no así en la película, llegó a alcanzar cierta notoriedad en las listas de éxito pero no pertenece a North sino a la pareja formada por Bob Gaudio y Jake Holmes, quedando simplemente como una anécdota ante lo curioso de su génesis y propósitos.
Lo mejor: El ensamblaje e integración de los aspectos étnicos-musicales que presenta la trama en el desarrollo dramático del film, destacados en su momento en la contraportada del disco por el mismo Anthony Quinn, protagonista absoluto de la película, quien no escatima elogios sobre los sonidos, evocaciones, costumbrismo y poética del alma griega recogidos en la partitura por North.
Lo peor: La ausencia de una edición digital que siquiera parcialmente (mediante la inclusión de algún tema en un recopilatorio u otro) viniera a paliar una de las ausencias más significativas de este último periodo de madurez del compositor, aún contando con la cierta resonancia comercial lograda por el film en su momento –que en cierta medida le auparía como un pequeño clásico-, ya que los tiempos de la aparición del vinilo han quedado ya muy, muy lejanos.
El tema: Es difícil destacar un tema concreto dada la gran unidad y cohesión de la partitura, pero la épica de la dignidad humana que refleja “Matsoukas, the King”, conseguida a través de unos soberbios pizzicatos de la cuerda a los que se les une el viento y la percusión, con la voz solista del acordeón, constituye uno de los mejores momentos de la grabación, pleno de intensidad dramática, fiel reflejo de los propósitos últimos de la composición.
Duración: 35:06 |
|
|
   | NORTH BY NORTH/JOURNEY INTO FEAR (Daniel Mann) 1975 Citadel (STC 77114) Editado en Estados Unidos en 1998 y difícil de encontrar
El máximo interés de este disco consiste en recuperar, para aquellos a quienes se les escapara en su momento, el recopilatorio que primero la propia Citadel en vinilo y posteriormente la extinta Bay Cities en formato digital (y ya comentado en la segunda parte de esta Guía bajo el título de “The film Themes of Alex North”), editaron a finales de la década de los setenta y principios de los noventa respectivamente. Eso y, sobre todo, el disponer de unos cuantos temas más de la partitura de este “Journey into the fear”, remake del clásico dirigido por Norman Forster (al que la leyenda hollywoodiense atribuye también la colaboración en la dirección de Orson Welles), también editado ya digitalmente con anterioridad para rellenar hueco junto a esa obra maestra testamentaria (en su sentido fílmico, pero también musical) que fue “The Dead”, el último film de John Huston. Pero superadas las contradicciones que en ocasiones podemos encontrar en el mercado por cuestiones meramente comerciales, hay que reconocer que cortes como “The Weapon”, “Deadly Quest”, la electrizante “Pursuit” o el corte final, pleno de dramatismo, “End Title (It´s Over)”, ofrecen un muestrario de posibilidades muy por encima de sus imágenes fílmicas a las que, obviamente, acaba por sobredimensionar. Justo lo contrario de aquello que recomendaban Hitchcock y Truffaut en la larga entrevista en formato de libro que este último escribiera, en la que el veterano director británico comentaba que “la mejor música de cine es aquella que no se oye”. North sabe cubrir todos los flancos pertinentes por cuanto también se encarga de generar la atmósfera adecuada con “Dead Agent”, “Tight Rope” y “Deep Water”, todos ellos de características contextuales (y cuyo mejor ejemplo serían los pizzicatos de “The Search”), auténticos generadores de intriga, como los juegos con el piano de “Desperate Straits” lo son a la hora de proporcionar el toque de misterio correspondiente. Pero el compositor, como el excelente narrador musical que fue, también sabe aliviar esta tensión con unos cuantos temas de personalidad más calmada, según la necesidad fílmica requiera, con lo que nos encontramos con el reconocible “Loneliness” (que claramente remite a otros temas de corte similar de la carrera de North con ese elegante empleo de la cuerda acompañada del piano) o el “Love theme: Painful Memory”, con una orquestación dulce compuesta por flauta, cuerda y piano (solo incluido). El tono costumbrista del inicio de “Beneath the Surface” (que tarda poco en transmutarse), así como el solo de violín de “Love Theme: Painful Memory”, también ayudan lo suyo a relajar la tensión. Y la inclusión de algún tema con fines diegéticos (como “Native Mood”) también. En definitiva, la calidad del compositor destaca enormemente sobre las imágenes a las que va destinada, hasta el punto que estas no hacen más que empobrecer la capacidad de sugerencia que potencialmente esta música puede tener sobre quien no ha visto la película y decida escuchar el disco.
Lo mejor: Estamos ante una partitura arriesgada, donde North ensaya técnicas totalmente contemporáneas proporcionándonos un trabajo rompedor, pleno de tensión dramática, como debería ser para aquello que, sobre el papel, al menos, se entiende que es un thriller.
Lo peor: La paradoja que supone que esta partitura tan interesante y experimental, de concepción tan moderna, sirva a un film tan precario (en producción) y deslavazado (en realización), auténtica serie B/Z, gozando, además, de una doble oportunidad digital (expandida en el caso del presente disco) cuando quedan bastantes obras importantes del compositor por editar.
El tema: Desde el “Main Title” podemos apreciar el enloquecido y desasosegante atonalismo (plagado de crescendos tensionales apoyados en la percusión y el piano) que nos sitúa al borde del “límite musical” desde el comienzo mismo de la audición del disco, mostrándonos ejemplarmente el planteamiento sin concesiones del compositor.
Duración: 73:04 |
|
|
    | BITE THE BULLET (Muerde la Bala, Richard Brooks) 1975 Prometheus (PCR 504) Editado en Bélgica en 1999 y difícil de encontrar
Para este western de Brooks, sumamente entretenido toda vez que provisto de un alto contenido moral (como ya ocurriera en otros trabajos del director tales como “The Last Hunt” o, sobre todo, “The Professionals”), North compuso la que probablemente sea su partitura más valorada de la década. Y no es de extrañar dado que el proyecto se ajustaba como un guante a sus características creativas debido a ese peculiar contenido crepuscular. El hecho motivador de la trama fílmica, la carrera que enfrenta a los diversos personajes a través de agrestes paisajes (especialmente el desierto) hará aflorar la personalidad de cada uno de ellos (soberbios Gene Hackman y James Coburn) al someterse a condiciones tan extremas, lo que el compositor aprovechará para profundizar en el desarrollo dramático y psicológico de los mismos. Ello, junto a la habitual y cuidada inmersión en el folclore (una vez más mejicano) en el paisaje que transcurre la acción conforma el marco idóneo para que las aptitudes del compositor brillen, de nuevo, muy por encima de sus trabajos de aquella época. Así, North implementa narrativamente al film con su música destacando la expresividad de sus imágenes sutilmente. Solo hay que escuchar la compleja “Badlands”, donde el ritmo pendular adquiere protagonismo ejecutado entrelazadamente por el metal (trompas, trompetas con sordina), la percusión (estableciendo su propio juego) y el piano; el ritmo sincopado (impregnado por el folclore centroamericano) de “Carbo & Luke”; las distorsiones de la propia “Bite the Bullet”; el dramatismo provocado por la percusión y los crescendos de “The Winner”; o como la orquesta, en piano, respeta el abrasador sol del desierto en “Desert Ride” o “Sand Dunes” (donde literalmente se puede palpar el calor –echando mano de una tonalidad semejante a la del corte “Moon Rocket Bus” de su partitura rechazada para “2001”, que describía musicalmente lo desolado del –semejante- paisaje lunar) hasta la irrupción de la percusión y del metal (con la adición de esas trompetas de aire mejicano) simbolizando el sufrimiento y el sacrificio necesario para atravesar tan inhóspito paisaje. El contrapunto lo ofrece North en “Miss Jones”, dedicado al personaje femenino interpretado por Candice Bergen, vitalista, pero también provisto del lirismo que proporciona tanto la cuerda como la flauta protagonista; así como pasajes como “Clay and the Merxican” o “Final Lap”, impregnados tanto del folclore paisajístico (el xilófono como máximo representante), como del más dramático lirismo (a cargo de la cuerda). En este sentido “The Foal” y “Old Timer´s Horse” (una con la armónica y la otra con la combinación de solos del clarinete y el oboe) son las representantes más genuinas del carácter moral del film, mientras que “Night Pause” y “Respite”, interpretadas únicamente con la guitarra, las más “puras”, por estar completamente desprovistas de cualquier otro acompañamiento orquestal. La profunda evocación que refleja el “End Title”, conseguida gracias a la combinación de las trompas con la cuerda finaliza reflexivamente un film que habla no solo sobre un paisaje, el del oeste, definitivamente irrecuperable, sino sobre las modos y maneras (una moral) de unos personajes que lo habitaron irremediablemente ya perdidos, casi seguro, para siempre.
Lo mejor: La recuperación de North, que supo estar perfectamente a la altura (como lo demuestra su nominación a la Academia para la mejor banda sonora) para una película de incuestionable calidad y de primera línea tras el bache que supone en su carrera la participación en una serie de producciones de segunda fila (más allá del experimento que supuso “Shanks” –que curiosamente también le reportó una nominación al Oscar- o el que “Willard” –a todas luces una serie B- se haya convertido con el correr del tiempo en una película de “culto”) durante la primera mitad de la década de los 70.
Lo peor: Aunque no deja de ser un dato completamente anecdótico, para acentuar el hálito entre festivo y dicharachero el compositor no duda en acudir a alguna de sus anteriores partituras. Así “Fun Ride” es una nueva grabación del corte “Dodge City” perteneciente al disco de la partitura de “Cheyenne Autumn”, como también lo es “Prisoners” del titulado “Kangaroo Roundup”, perteneciente a su documental “South Seas Adventure”.
El tema: La misma “Overture”, de aliento vitalista, rítmica, construida con la cuerda, el viento y una percusión preciosista (pese al cambio del habitual orquestador del compositor, Henry Brandt, por Hershy Kay, quien también se encargó de arreglar la música diegética del film y que está presente en un par de apartes del disco) es el claro exponente del espíritu que alienta la narración, así como “The Race”, construida sobre los mismos parámetros.
Duración: 59:38 |
|
|
   | RICH MAN, POOR MAN (TV) (Hombre Rico, Hombre Pobre, Bill Bixby) 1976 Varèse Sarabande (VSD-5423) Editado en Estados Unidos en 1993 y muy difícil de encontrar
Probablemente fuera la multitud de posibilidades dramáticas surgidas de la interrelación entre la gran diversidad de personajes (representativos de la América del momento) aquello que atrajo a North a colaborar musicalmente en esta serie sobre los avatares de la familia Jordache, que en la segunda mitad de aquella década de los setenta se convirtió en todo un fenómeno en las televisiones de medio mundo. El compositor se enfrentaba gustosamente, con ello, a la descripción musical de cada unos de los protagonistas y secundarios y a sus consiguientes relaciones, de lo que es buena muestra y reflejo el propio listado de títulos del disco, casi exclusivamente dedicado a todos ellos. Así, tras un comienzo musical un tanto turbio, “Julie”, el personaje femenino que vincula a los dos hermanos protagonistas (el rico y el pobre del título) se caracteriza por el lirismo de la cuerda (con las respectivas aportaciones del piano y el oboe) en donde destaca el solo de violín que representa la profunda soledad del personaje, abandonada, por diversas circunstancias y avatares de la vida, tanto por el uno como por el otro de los hermanos aludidos. “Rudy”, en cambio, nos presenta en la forma de un exultante vals el carácter triunfador del hermano rico, mientras que “Axel and Tom” establece el contrapunto dramático al ofrecernos seguidamente la exposición de un solo de saxo alto, acompañado de la batería y de las trompetas (al modo wah-wah, primero, y en todo su esplendor jazzy después) para definir al personaje perdedor (el hermano pobre, Tom) en la mejor tradición del looser americano. En la misma dirección, fragmentos musicales como los dedicados a “Tom and Clothilde”, un delicado tema compuesto de una orquestación exquisita debida al violín, la celesta y el arpa, que ilustra la felicidad encontrada junto a su nueva pareja por el maltratado personaje de Tom contrasta con “Julie and Rudy”, que emplea de nuevo el formato del vals para revestir de fría elegancia el vacío emocional que se esconde en la fracasada relación entre estos dos personajes. Destacable es, en cambio, el vitalista fragmento “Rudy and Ginny”, con su característico juego entre el viento (flautas, clarinetes, oboes, trompetas con sordina), la rítmica (el piano, el xilófono, el triángulo) y los interludios de la cuerda, para describir la relación entre Rudy y su amante. Desde luego, un exponente bastante representativo, el que realiza la mayor síntesis de estas “relaciones musicales”, es “Rudy and Tom” que presenta a los dos hermanos cara a cara enfrentando el vals (en registro agudo) del ganador frente a la sonoridad más hosca (representada por el saxo) del hermano desafortunado. Pese al amplio espectro musical dedicado por North en su partitura al desarrollo dramático de la intensa relación entre los personajes, aún logra incluir algunos cortes musicales de carácter narrativo entre los que destaca “Julie´s First Affair”, con el uso de una cuerda de reminiscencias seductoras que acompaña los primeros escarceos sexuales adolescentes de la protagonista (solo de piano de reminiscencias jazzys incluido), o las dramáticas “Julie´s Remorse” y “Tom, Dwyer and Falconetti”, que anticipan el desenlace final de “Denouement”, a cuyos scherzos se une el piano para asentar el formato de thriller requerido. “Tom´s Desperation” es, finalmente, con su compleja combinación entre clarinetes, cuerda y bajo eléctrico (signo de los tiempos), uno de los más fragmentos expresivos, y nos recuerda, además, otros momentos musicales intensamente dramáticos similares de la carrera del compositor, en este caso debidos a su partitura para “The Sound and the Fury”.
Lo mejor: La complejidad de la elaboración musical de North para definir las relaciones entre todos los personajes, sin perder nunca de vista el desarrollo de la propia acción dramática, ilustrando una historia que sin su participación seguramente hubiera dejado entrever más claramente la gratuidad y efectismo de muchos de sus guiños argumentales.
Lo peor: La duración del compacto, simple reflejo del vinilo editado en su época, ya que tanto por el metraje de la mini-serie como por el trabajo realizado por el compositor para cubrirlo, la partitura sería acreedora de una revisión editora que la ubicara adecuadamente, aunque solo fuera por merecimiento popular, en la carrera del compositor.
El tema: El tema central de la serie, de tono costumbrista y aspectos nacionalistas que cristaliza del mejor modo la tonalidad de esta historia sobre la lucha de clases entendida desde la óptica norteamericana (es decir oponiendo la figura del triunfador a la del “outsider” por el simple hecho de estar señalado este último por su mala estrella o suerte).
Duración: 38:05 |
|
|
  | SOMEBODY KILLED HER HUSBAND/CHARADE 79´ (Alguien Mató a Su Marido, Lamont Johnson) 1978 Seven Seas (FML 108) Editado en LP en Japón en 1978 e imposible de encontrar
Para esta comedia de intriga confeccionada sobre la base del lanzamiento como estrella hollywoodiense de la por entonces exitosa y televisiva Farrah Fawcett (una de los integrantes de la famosa serie televisiva “Charlie´s Angels”), se contó con la participación de North en un intento de dotar de cierta personalidad a la relación sentimental con su homóloga pareja masculina (un Jeff Bridges cuasi desconocido entonces) de compartido protagonismo fílmico. Planteado de este modo, para el compositor el trabajo no pudo suponer más que una circunstancia puramente alimenticia (en la siguiente década repetirá experiencia con algún proyecto de semejante sustento vital como, por ejemplo, “Good Morning, Vietnam”), pero ello no quita para que desde el mismo “Title Theme”, North se emplee con la misma y concienzuda metodología que exhibiera para su clásica “The Bad Seed” al incorporar (allí era el anónimo francés “Claire de Lune”) lo que son las típicas escalas ascendentes del piano que se utilizan habitualmente para el aprendizaje de dicho instrumento como parte del tema musical, integrándolas en los crescendos del tema hasta que la entrada del clarinete y los pizzicatos que anteceden las distorsiones musicales introducidas para crear el desasosiego propio de un thriller hagan su aparición. Es un tema totalmente característico del autor al que solamente la adición de ciertos elementos electrónicos, totalmente deudores de su contexto temporal, distorsionan un tanto. Esa circunstancia, desgraciadamente, va a estar presente a lo largo y ancho de la grabación aunque sometida al comedimiento que tan acertadamente siempre caracterizó al compositor. No obstante, algún fragmento como “Mysterious Date”, cuyo comienzo con la percusión y el metal (las trompas) crea cierto ambiente circense, gran-guiñolesco, se ve perjudicado, precisamente, por el uso de esta enojosa electrónica. Por no mencionar el prescindible y diegético “In the Restaurant”, uno de los temas (aunque contextual) más “vacíos” de la carrera del compositor. No obstante, North se muestre fiel a sus parámetros y nos ofrece un romántico tema dedicado a la pareja protagonista, “Jerry and Jenny”, cuya original introducción a semejanza de la “musiquita” que podría proporcionar una caja de música se ve seguida por la cuerda y el piano, que introducen un hálito más romántico. Lo mismo ocurre con el breve y costumbrista “Pretty Jenny” o “Happiness”, cuyo dinamismo proviene del protagonismo de un pequeño scherzo al que acompaña el clarinete y que remata la aparición del mencionado tema de amor. Sin embargo, el giro argumental que propicia el relato, con la aparición en escena de un amenazante asesino (y un par de cadáveres) provoca un cambio de tonalidad musical, permutando el aspecto costumbrista y vital por otro más propio del thriller. “Unexpected Murder”, “Jerry´s trick”y “The criminal” son buen ejemplo de ello, con el piano y la percusión como protagonistas. La síntesis se alcanza finalmente con “Second Murder”, que combina ambos aspectos dado el tono tragicómico del film, así como “Fearful Escape”, cuyo dinamismo es deudor del anterior fragmento “Happiness”.
Lo mejor: Sin destacar especialmente dentro de su carrera profesional (más allá de los avatares editoriales del vinilo correspondiente, que vio la luz solamente en Japón y por ello se convirtió en pieza de difícil adquisición), el compositor, dada la condición de concertista de música clásica del protagonista, introduce una serie de elementos (fragmentos) de la así llamada música culta, arreglándolos para la ocasión (se escuchan fragmentos pertenecientes a Bach, Chopin, de la ópera “El Holandés Errante” de Wagner, etc.) en lo que se convierte en un claro antecedente del excelente trabajo que supondrá “The Prizzi´s Honor”, por el tratamiento musical realizado sobre la ópera italiana (y que desgraciadamente nunca vería la luz, ni en formato analógico, ni digital).
Lo peor: El carácter y los modos “pop” empleados por el compositor, por una simple y sencilla cuestión de carácter contextual (estamos a finales de la década de los 70), empobrecen una partitura que seguramente en otra ubicación temporal hubiera resultado mucho más rica en su ejecución, pues conceptualmente su interés resulta evidente. Tal vez una esperada edición comercial digital mejoraría dicha percepción.
El tema: “In the True Love” es el tema de mayor complejidad de la partitura por la combinación que establece entre los distintos elementos musicales, recuperando en parte el tono atonal de “Journey into the Fear”, con la percusión como inicial protagonista, para transitar a continuación por territorios próximos a la música circense y derivar finalmente, tras algún toque paisajístico (como esas trompetas mariachis que se escuchan en el ecuador del tema), a las desasosegantes distorsiones del piano y el viento, acotación narrativa-musical necesaria para la adecuada ubicación del espectador.
Duración: 33:11 |
|
|
  | CARNY (Carny, Robert Kaylor) 1980 Warner Bros. (HS 3455) Editado en LP en Estados Unidos en 1980 y muy difícil de encontrar
Tras “Wise Blood”, que incorporaba elementos del folclore norteamericano combinados con ciertos aspectos bizarros debidos a la peculiar personalidad del protagonista (un estupendo Malcom McDowell) de la punzante película de John Huston, cuyo partitura, desgraciadamente, sigue inédita en formato comercial alguno, North debió parecerle a los responsables de “Carny” el compositor ideal para ilustrar esta no menos bizarra historia configurada en torno a un triángulo amoroso protagonizado por una jovencísima Jodie Foster y el cantautor Robbie Robertson en el marco de una feria circense (el tercero en discordia era Gary Busey, un secundario tan poco conocido como de larga trayectoria). Así, mientras que Robertson, además de protagonizar la película, se ocupaba de las canciones presentes en el film (y que en el correspondiente registro analógico, bien distribuido en su momento, ocuparon la cara A del vinilo editado), North fue el encargado de dotar del ambiente incidental adecuado la extraña historia narrada. Y desde el primer fragmento presente en el disco, “Carnaval Bozo”, el compositor se compromete, mediante la presentación del tema central totalmente distorsionado, a no admitir concesiones proporcionando un ambiente desasosegador, de pesadilla, contando con la complicidad, para ello, del viento y el piano, además de la adición de un sintetizador (que se deja sentir en la parte final del tema con una intervención a semejanza de una Onda Martenot). Este aspecto inquietante es el que predominará en la partitura y con “Rednecks Rumble” alcanza auténticos tintes de pesadilla a través de la combinación de pizzicatos, percusión, viento (clarinetes y trompetas con sordina), siendo “Fear and Revelation”, con una cuerda atonal que acompaña las distorsiones del clarinete, los trombones y las flautas, el que culmina con un crescendo el desenlace dramático del film. Con “Remember to Forget”, compuesta al alimón con el orquestador que le acompañó a lo largo de gran parte de su carrera, Henry Brandt, el compositor recupera su lirismo habitual (con la cuerda) combinándolo con una apropiada “música de carrusel”, de tintes diegéticos, dado el marco circense de la historia. Dicho aspecto prevalecerá también (el del lirismo) en “I´m a Bad Girl”, pese a los escarceos incidentales provistos de cierta intriga del comienzo del fragmento musical, siendo la cuerda, por supuesto, pero también la flauta y los teclados electrónicos, los protagonistas del mismo. En esa misma tonalidad de oxigenación del ambiente un tanto claustrofóbico del film, encontramos “Lust”, que es un fragmento en el que se combina el pizzicato con el saxo protagonista y el acompañamiento de la batería y el sintetizador (pequeña concesión del compositor al signo de los tiempos), todo ello revestido de la apropiada modalidad jazzy (por aquello de los propiedades seductoras de este tipo de música).
Lo mejor: La capacidad para asumir el riesgo de participar en una serie de proyectos de indudable dificultad musical, bien por los propios aspectos de la trama fílmica abordados, bien por las características rabiosamente independientes de los mismos. Junto a “Wise Blood”, del año anterior, esta partitura conforma un díptico que probablemente pocos compositores de la época hubieran sido capaces de asumir y mucho menos de resolver.
Lo peor: El aspecto radical y, por tanto, minoritario del trabajo, relega en demasía la expresión musical de la que el compositor es capaz oscureciendo una partitura sin demasiadas posibilidades de lucimiento, plegada, además, a la participación de Robbie Robertson como compañero de viaje musical, al que se le cedió la mitad del espacio comercial disponible para sus canciones.
El tema: El “Carny Theme” es el más destacable de la partitura y de la grabación, por cuanto en el mismo encontramos los parámetros más reconocibles del compositor, con su compleja textura combinatoria de los diferentes elementos orquestales, que en esta ocasión, como se ha dicho, se presentan con características circenses, casi próximas en concepto y maneras a algunos trabajos del Rota colaborador de Fellini, y cuyo festivo final, además, no duda en incorporar incluso uno bocina, en claro contrapunto al ambiente mayormente tétrico de gran parte del film
Duración: 35:00 |
|
|
    | DRAGONSLAYER (El Dragón del Lago de Fuego, Matthew Robbins) 1981 La-La Land Records (LLLCD 1128) Editado en Estados Unidos en 2010 y fácil de encontrar (Edición limitada a 3000 copias)
Es evidente que North, a estas alturas de su trayectoria profesional y con la experiencia que dan 30 años de oficio ininterrumpido, sabía que su participación en un proyecto de las características del presente ofrecía una ocasión magnífica (y probablemente de las últimas) para manifestar su personalidad musical y hacer oír su voz en el panorama musical cinematográfico. Desde el mismo inicio, el planteamiento de su partitura no deja lugar a dudas, con un tema de características atonales y misteriosas (“Urlander´s Theme”) que nos sumerge inmediatamente en el ambiente de tonos medievales que contextualiza perfectamente esta historia de joven aprendiz de hechicero (Galen) enfrentado a un poderoso y destructor dragón (Vermithrax) en la que, por el camino, además, el protagonista encontrará el amor (en la figura de Valeria). Dadas las características místicas del relato y el inusual protagonismo del monstruo-dragón, North echa mano de ciertos recursos propios retomando, mayormente, elementos de su partitura rechazada para el “2001” de Kubrick, especialmente de aquellas secuencias que el compositor creara para la parte prehistórica del film, plenas de un primitivismo ancestral perfectamente ajustado, una vez ensambladas adecuadamente, a la trama narrativa de la historia. Es el caso de “Maiden´s Sacrifice” y de “Elspeth´s Destiny/Tyrian-Galen Fight”, pero también de “´Tis the Final Conflict” y “Intro to End Credits/End Credits”, que en la visionaria película de ciencia ficción debía haberse encargado de la ilustración musical del ballet espa cial que definitivamente quedara inmortalizado con los compases del conocido vals de Johann Strauss. Y aunque hay algún pasaje más con reminiscencias a partituras pasadas, como ocurre con “The Lance/The Lottery”, deudor temático, y de ahí las concomitancias, de otra ceremonia mística como lo fue la elección papal en “The Shoes of the Fisherman”, son circunstancias habituales en el trabajo de un compositor cinematográfico que trata de aprovechar retazos de alguna obra rechazada, máxime si contamos con la calidad musical de la que lo fuera para la película fundacional de la ciencia-ficción adulta, pero que no vienen más que a completar unos planteamientos perfectamente fundamentados por un músico cuya modernidad, después de esta obra, será ya indiscutible.
Lo mejor: La partitura discurre totalmente por unos derroteros absolutamente alejados de lo normalidad melódica recurriendo para ello a una expresividad sinfónica arriesgada, por lo compleja y trabajada, que no escatima en medios al presentar una formación orquestal compuesta de casi 100 músicos.
Lo peor: No obstante la originalidad de la composición de North que impregna completamente la partitura, y a pesar de contar con el beneplácito inicial de productores y directores, finalmente quedó enturbiada por algunos conflictos de adecuación que derivaron en la desaparición definitiva de algunos bloques musicales del montaje final del film (afortunadamente presentes en la grabación y debidamente balizados) determinando cierta insatisfacción personal del compositor en la consecución de los resultados finales
El tema: El vibrante y dinámico scherzo de la persecución en el bosque (“Forest Romp”), que podría pasar por un pasaje absolutamente convencional (no en balde llegó a barajarse, por su luminosidad, como tema central de la película, opción que quedó descartada en el montaje final) ensamblado por el compositor modalmente en la partitura sin fisura alguna.
Duración: 73:05 |
|
|
   | UNDER THE VOLCANO (Bajo el Volcán, John Huston) 1984 Masters Film Music (SRS 2011) Editdo en Estados Unidos en 1984 y casi imposible de encontrar
Tras el reencuentro del compositor con John Huston en “Wise Blood”, el director volvió a requerir su servicio para esta adaptación cinematográfica de la conocida novela de Malcom Lowry, que se ajustaba a las características de ambos como anillo al dedo (por las peculiares circunstancias del protagonista del relato, en caída libre a los infiernos alcohólicos, así como por el entorno paisajístico, una vez más el México tan querido por ambos artistas). Tras el rechazo de North al ofrecimiento de Huston para encargarse, tras su fructífera colaboración en “The Misfits”, de su siguiente film, “The Night of the Iguana”, allá a principios de los 60 (relatado por él mismo en el cuadernillo del compacto, en donde cuenta que le espetó al curtido director que no creía que hubiese alguna cosa interesante que hacer en dicho proyecto), ambos no habían vuelto a confluir en proyecto alguno y, de alguna manera se trataba ahora de recuperar el tiempo perdido. Para ello North concibe una partitura no demasiada extensa, que puntúa dramáticamente los momentos específicamente seleccionados para ello con una colección de temas de un hálito especialmente triste (por aquello de las vidas truncadas y las ocasiones perdidas, dada la condición alcohólica del protagonista –un excepcional Albert Finney-), como demuestra “The Bedroom”, pero que también pueden adquirir tonalidades hermosas al socaire de la bellísima Jacqueline Bisset en “Yvonne Returns”. El tono desasosegante de “Empty Bottles” y “Off to the Fiesta” encuentra su contrapunto festivo respectivamente en “Pastorale”, de características paisajísticas/costumbristas, y en “Shower”, una especie de tango mexicano de características diegéticas. Los dramáticos “Death of the Flute Player” y “Journey to the Farolito” vuelven a retomar los cauces desasosegantes a los que aboca los vericuetos de las andanzas del protagonista, culminando su último acto con “A Night of Death”, que remite a algún momento musical anterior de la carrera del compositor asemejándose en modo y maneras musicales a la ilustración de la trágica experiencia vital de la reina egipcia “Cleopatra”, tal como fue relatada por el director Joseph L. Mankiewicz, de la misma manera que los créditos finales remiten al estilo y forma de “The Sound and the Fury”, especialmente por los scherzos utilizados. En definitiva, una pequeña partitura (por extensión que no por calidad) que nos remite pura y genuinamente a North, tanto por su dramatismo, como por su atención al paisaje, sabiamente integrado en la estructura de la misma. Y, sobre todo, por su poesía.
Lo mejor: La revalidación como gran figura artística en el panorama cinematográfico-musical norteamericano con que esta partitura ayudó a cimentar para North, aunando criterios de calidad, experiencia (por la veteranía) e innovación, una vez superadas las veleidades contextuales (arreglos de corte “pop”) de algunas de sus anteriores partituras de finales de la década anterior que, a la postre, le reportó la última de sus múltiples nominaciones a los premios Oscar de la Academia hollywoodiense.
Lo peor: En su momento, la edición comercial de este disco se realizó dentro de los parámetros de un nuevo sello (Masters Film Music) un tanto experimental que se especializaría en editar partituras de escasa duración pero de gran calidad artística (como es el caso). Su limitada tirada y el paso del tiempo hacen prácticamente imposible de encontrar el disco hoy en día, por lo que es seguro que el aficionado agradecería una nueva reedición (conjuntamente con alguna otra partitura o no) del mismo.
El tema: “Dance of the Dead” es el fragmento más destacable (al menos el más vistoso) de la partitura y el que ilustra los títulos de crédito iniciales. Aunque esta especie de “danza macabra” (por los esqueletos que aparecen en dicha cabecera fílmica) es un trasunto literal, como ya comentamos en la 2ª parte de la Guía, del corte musical titulado “The Joyful Days” perteneciente a la partitura de la serie para televisión “Africa”, su función contextual y conceptual es tan acertada que hace obviar tal anécdota, descubriéndonos, prácticamente sin variación musical alguna respecto del original, una nueva percepción/sentido de dicha composición.
Duración: 19:57 |
|
|
    | THE DEAD/JOURNEY INTO FEAR (Dublineses/Journey into Fear, John Huston/Daniel Mann) 1987 Varèse Sarabande (VCD 47341) Editado en Estados Unidos en 1987 y muy difícil de encontrar
La voluntad testamentaria, tanto de film como de música, no solo obedece a la coincidencia temática con la nomenclatura del último trabajo realizado por el ya considerado, en aquel momento, clásico John Huston, adaptación del último de los relatos que componen una de las primerizas obras literarias de James Joyce, “Dubliners”, sino que el espíritu reflexivo que impregna tanto a una como a otra revierte sobre el hálito emotivo que indudablemente dirimen ambas y que alcanza cotas soberbias en el tramo final del relato, aquel en el que se produce esa especie de “estallido poético” sobre el sentido de la vida (con especial meditación sobre los que ya no están) por parte del protagonista, Gabriel, y de aquello que pudo ser y no fue (las oportunidades perdidas) con que el film finaliza. Antes, para que esta poética final pueda alcanzar su máximo esplendor, el director se ha dedicado a describir con minuciosidad los hábitos y maneras de la sociedad dublinesa más convencional a través de la fiesta familiar navideña en la que participan los protagonistas, con todo lujo de detalles y rituales, por lo que el compositor se ve obligado a cubrir esta parte del relato (que emplea el mayor tiempo fílmico) con temas de corte diegético y fines puramente ambientales. Es el caso de “Gretta´s Fond Memory”, tema tradicional irlandés que cuenta con diversas intervenciones solistas de parte del violín, la flauta y el piano, o de “Gretta´s Young Romance”, fragmento musical híbrido por estar a medio camino entre lo diegético y lo incidental, finalizado a manos del oboe y la cuerda, encargados de introducir, una vez más, el tema central del film, que no es otro que la adaptación de una exquisita canción tradicional irlandesa titulada “The Lass of Aughrim”. Antes ya lo hemos escuchado en el “Main Title”, a cargo de una virtuosa y delicada interpretación del arpa, en una adaptación conceptual por parte de North de un tema de or ígenes diegéticos, como lo es el mencionado, transmutado en incidental. Es el perfecto ejemplo de la consecución máxima de los parámetros creativos del compositor, siempre concienzudamente atento al paisaje contextual de los proyectos en los que trabajó. “Aunt Kate Recalls Parkinson” cierra este bloque (con la cuerda y el clavecín de apoyo y la flauta de solista), junto a “Grim Gabriel”, tema dedicado al protagonista (un excelente Donald McCann), también de corte costumbrista (pues sirve para ilustrar las entradas y salidas del personaje de casa de sus tías, en donde se celebra la fiesta familiar). Solo la casual rememoración, en la despedida de la cena ya celebrada, de “The Lass of Aughrim” (a cargo del personaje interpretado por Anjelica Huston y que en la grabación escuchamos interpretado exquisitamente por Frank Patterson, acompañado del piano), destapa la intensa emotividad en la que se ve inmersa l a pareja protagonista en el tramo final del relato con una evocación sobre el recuerdo de las personas muertas (“The Story of Michael Fury”), a propósito de un pretendiente de la juventud de la protagonista ya fallecido, que es magistralmente acompañada por el compositor, que tanto con las imágenes de la pantalla como sin ellas (en la escucha de la grabación discográfica) consigue conmovernos hasta el punto de ebullición máximo del grado de emotividad. Así el carácter pendular de la cuerda (símbolo de la inquietud introspectiva de Gabriel tras escuchar el relato de su mujer) da paso al piano en un registro grave que prepara la entrada de la viola, antes de dejar el protagonismo a la flauta irlandesa y al oboe en sendos solos antes del último ejecutado por el violonchelo y finalizar con “The Lass of Aughrim”, a manos de un piano disonante cuyas notas se diluyen hasta desaparecer la melodía. Es el verdadero punto final a una trayectoria especialmente dotada de coherencia y sensibilidad que en su reiteradamente aconsejable escucha siempre nos recordará que quien fue y quien compuso estos excelentes fragmentos musicales se llamaba Alex North.
Lo mejor: Encontrarse con esta pequeña joya en las postrimerías de la carrera del compositor supone una excelente despedida de su parte. La exquisita miniatura que es la presente partitura sabe conjugar, en el espacio de apenas 20 minutos, todo el arco emotivo del que la naturaleza humana es capaz aún a pesar de no presentarse la partitura en su debido crescendo emocional, cuya sucesión cronológica no es respetada debidamente en la grabación, minorando la efectividad de la aludida eclosión poética del tramo final del relato, con tanto mimo llevada a término en la película.
Lo peor: El inadecuado relleno que supone la partitura de “Journey into Fear” que si, en un primer momento, llegó a cubrir con su edición, cierto hueco ausente de las obras pendientes del compositor, con la posterior edición completa de la misma se evidenció lo innecesario de su inclusión en la presente edición, puro relleno para cumplir con los estándares comerciales convencionales.
El tema: “The Lass of Aughrim” es la clave de la partitura y su hermoso leiv-motif. North recoge esta canción de la tradición irlandesa y la integra en la estructura de la partitura magistralmente al dotarla de un doble significado semiótico, pues sirve tanto de elemento diegético como incidental alcanzando en ambos casos la máxima plenitud musical.
Duración: 44:04 |
|
|
   | POSLEDNÍ MOTÝL/THE LAST BUTTERFLY (La Última Mariposa, Karel Kachyna) 1991 Varèse Sarabande (VSD-5287) Editado en Estados Unidos en 1990 y todavía fácil de encontrar
El que a la postre será el último trabajo de North (propiciado por la participación en la producción del film de su hijo Steven North) se ve ya afectado por el agravamiento de su estado de salud (el compositor fallecería el mismo año del estreno de la película y de la edición del correspondiente disco de vinilo, grabado, por otro lado, a caballo de los años 1989 y 1990), dado que el total de la partitura compuesta no llegó a alcanzar ni siquiera los 15 minutos de música (teniendo en cuenta, además, que solo los títulos de crédito finales duran casi 5 minutos). Por ello, la participación del compositor checo Milan Sbovoda para la, en este caso, importante parte diegética del film (dado que se trata del relato de un artista teatral, a mitad camino del mimo y del actor propiamente dicho, enfrentado a las circunstancias del advenimiento del nazismo europeo), requería la composición de diversos números musicales de variado registro que fueran desde la composición de ciertas piezas de jazz ambiental y de baile de la época (foxtrots) a ballets (las dos mayores intervenciones musicales de la narración, “Snow White Ballet” y “Hansel & Gretel Ballet”) o canciones judías de raíz popular. La intervención de Mario Klemens y Stepan Konicek como directores y la The Prague Film Symphony Orchestra (así como también la Prague Jazzfonic Orchestra) ayudan lo suyo a llevar a buen puerto el proyecto que, en el caso que nos ocupa, la música compuesta por North, bascula entre dos temas, el principal (“Main Title”), una típica toda vez que elegante composición suya mecida por la cuerda, con una melodía en manos del violín solista que también cuenta con la participación del viento (con el oboe como instrumento destacado) y que goza de toda la compleja riqueza orquestal, en absoluto afectada, con que North rodeaba sus composiciones (campanitas, triángulos, etc.), logrando desprender un leve aroma entre lo ingenuo y lo fantasioso tan propio y representativo del oficio del protagonista, cuya significación es aún mayor por su contraposición a la brutalidad fascista. El otro tema está compuesto a modo de pequeño vals, “Antoine´s New Digs”, que funciona también a modo de leiv-motif (aparece de nuevo en “The Red Umbrella”, por ejemplo) y cuya especial circunstancia viene determinada por la brevedad de sus apariciones (como en general ocurre con todas las del compositor en el disco), que apenas supera el medio minuto de ejecución musical. No obstante, North aún tiene ocasión de componer una especie de danza (rít mica) de raíces judías para “Save Stella” y un fragmento musical de corte diegético (que remite vagamente a los ambientes circenses de “Carny”) hasta que la llegada de la brutal percusión interrumpe dicha “The Last Perfomance” en representación de la atemorizante agresión fascista, además de componer una canción, “Signs of Spring”, de corte ligero y jazzístico (el único fragmento de características netamente diegéticas) con letra de M. Princi. El delicado arreglo del tema central a cargo de J. Gemrot sobre el tema central del film, para el dúo formado entre el violín y el piano es una pequeña licencia musical dado que la participación del compositor no es directa y queda como un pequeño regalo de los colaboradores al autor.
Lo mejor: La coherencia musical que ofrece el disco pese a la diversidad de colaboradores, homogéneo y bien cohesionado gracias a la perfecta distribución entre los aspectos puramente incidentales (a cargo de North) y los diegéticos (en manos de Sbovoda)
Lo peor: Que se trate, obviamente, del último trabajo original compuesto por North, que tal como demuestra el resultado todavía se encontraba en condiciones más que lúcidas para ofrecernos nuevas creaciones más allá que su aportación artística a la música de cine de la segunda mitad del siglo XX estuviese ya totalmente afirmada.
El tema: El “End Title” agrupa los (dos) temas importantes, el central y el vals (que se escucha aquí con mayor desarrollo) conformando una especie de suite final que permite una escucha más atenta y reposada de la propuesta musical de North, toda vez que se convierte en una agradable despedida musical de parte del compositor.
Duración: 40:12 |
|
|
 | AT THE MOVIES 1996 Label X (ATM CD 2004) Editado en Australia en 1996 y difícil de encontrar
La única explicación de la existencia de esta especie de recopilatorio sobre la figura de North, consistente en reunir un grupo de temas originales de unas cuantas partituras suyas (concretamente tres) sin conexión temática alguna entre ellas, se debió a la posesión de los derechos comerciales del sello australiano Label X sobre las mismas, que, además, ya las había editado por separado y en solitario. Así, la concepción del disco no obedeció a nada más que a la máxima capitalista del mercado que establece extraer el máximo beneficio con el mínimo rendimiento. Desde esta perspectiva cabe poco más que añadir, dado que los criterios de selección de los propios temas son tan aleatorios como el concepto del diseño del mismo disco, con el agravante de estar cronológicamente desubicados, puesto que el disco se abre con el grupo de temas perteneciente a “Cheyenne Autumn”, de 1964, seguida de “Dragonslayer”, la producción más reciente de las tres, dado que es de 1981, finalizando con “South Seas Adventure”, de 1958. Aún adoptando el punto de vista más condescendiente con el proyecto, se podría conceder que el disco pudiera servir de cierta introducción para una primera aproximación a la obra del compositor, por aquello de estar integrado por tres partituras pertenecientes a tres momentos claramente diferenciados (de hecho, cada una de ellas está presente en una parte diferente de esta Guía de compra) de la trayectoria profesional de North, pero a pesar de esta benévola óptica cabría haber exigido cierto grado de coherencia a la secuencia temporal para que el interesado pudiese comprobar el grado de evolución musical desarrollado por el compositor, puesto que tal como el disco está configurado, el aficionado se encuentra en el ecuador del disco con la partitura más evolucionada del compositor, “Dragonslayer”, que en este caso, además, alcanza unos derroteros estéticos realmente contemporáneos, alejados mucho más allá de la supuesta madurez de la etapa final de un creador, evidenciando así a una partitura tan descriptiva y propia de su contexto (finales de la década de los 50) como “South Seas Adventure”, escuchada equivocadamente como remate final del recopilatorio, pues “Cheyenne Autumn” aún aguanta perfectamente, dada la modernidad de su concepción, la audición antes o después de la innovadora partitura mencionada. Aunque si se cae en la cuenta en que se podrían haber mezclado los temas unos con otros, sin tener en cuenta siquiera su pertenencia a uno u otro film, ni su ubicación cronológica, aún podía haber sido peor. Parco consuelo para tan parca idea, claro está.
Lo mejor: Superando los criterios comerciales por los cuales se rige la grabación, poco es aquello que se pueda destacar de este disco recopilatorio como no sea el proporcionar al posible interesado en la obra de North la oportunidad de un acercamiento a su mundo musical que, además, le reporte una idea mínimamente significativa del trabajo desarrollado por el autor en las diferentes épocas de su carrera.
Lo peor: Son bastantes los condicionantes a objetar tal como ya ha quedado patente en los párrafos anteriores, pero cabe adicionar a ellos, por si fueran pocos, la dificultad para el aficionado (o el coleccionista, que es el que puede ser el más interesado –y solo desde el criterio más estrictamente purista-) por hacerse con el presente recopilatorio, dado que estamos ante un disco aparecido en 1996 perteneciente a un sello ya extinto, motivo por el cual no es fácil, en absoluto, hacerse con el mismo.
El tema: Desde el (des)propósito (comercial) que está en la base de la razón de ser del disco, cabe abstenerse de elegir tema alguno con el que destacar el compacto, dado que los gustos personales de cada uno, con una mayor o menor predilección por temas y estilo de diferente época y condición, harán decantarse por unos u otros. Si acaso proponer la selección de la escucha de cualquiera de las “Oberturas” presentes para tener una idea del diferente estilo musical de las tres partituras presentes para que el aficionado pueda decidir.
Duración: 67:30 |
|
|
  | ALEX NORTH. THE BAD SEED/THE MISFITS/ VIVA ZAPATA!/A STREETCAR NAMED DESIRE/ SPARTACUS 1997 Nonesuch Records/Warner Music (79446-2) Editado en Estados Unidos en 1997 y fácil de encontrar
Con un concepto totalmente alejado del empleado en el anterior recopilatorio reseñado surge el presente proyecto que, ahora sí, ofrece unas características realmente mucho más estimables que el anterior por cuanto se constituye en una relectura de las partituras seleccionadas que sin ser en absoluto exhaustiva (son solo cinco los trabajos recogidos) sí es significativa del estilo y los modos de North. Además, la brillante interpretación corre a cargo de la London Symphony bajo la batuta de Eric Stern, curtido director y arreglista de Broadway (ha participado en proyectos como el musical basado en “Shrek”, o en el de “Xanadu”, como también en alguna adaptación más clásica, como el “Candide” de Leonard Bernstein) lo que permite saciar la curiosidad del melómano ante la reinterpretación (bastante fiel, cabe señalar) realizada por aquel a la hora de abordar la complejidad de las maneras de North. Configurado a modo de suites (lo que explica la relativa y poco numerosa participación de títulos en la confección del disco), destacan sobremanera las dedicadas a “The Bad Seed” (que abre el disco), la de “A Streetcar Named Desire” (con un tempo bastante conseguido) y, por supuesto, la de “Spartcaus” (cuyos metales y percusión están a la altura si tenemos en cuenta la dificultad técnica de su ejecución). Las otras dos, “Viva Zapata!” y “The Misfits” tan solo cuentan con un tema cada una, destacando especialmente el “Gathering Forces” de la primera cuyo crescendo protagonista está correctamente resuelto pese a carecer de cierta chispa emotiva, imprescindible para el pleno disfrute de la pieza. De la segunda apenas guardará memoria el aficionado, pues todo el esplendor del tema (uno de los mejores de la carrera del compositor) está totalmente ausente de la lánguida versión, “Gay and Roselyn”, que incomprensiblemente aparece en el disco, bastante ajustado, por lo demás, a las partituras originales del compositor. En este sentido, “The Bad Seed” y “A Streetcar” son las más acertadas, pues tanto en el caso de las distorsiones “terroríficas” del famoso anónimo pianístico francés “Claire de Lune” incorporado al entramado de la estructura del tema central de la primera, como en la nana que le sigue a continuación, “Our Baby”, la interpretación expresa dramáticamente aquello que se pretendía reflejar en la partitura original. Igualmente sucede con “A Streetcar”, cuyo tema central suena nítido y jazzy, toda vez que el tempo dramático se mantiene en cortes como los dedicados a “Blanche” o “Belle Rève”. De la monumental “Spartacus”, una de las grandes partituras de la historia del cine tanto por su complejidad como por su espectacularidad, se realiza una pequeña selección con algunos momentos álgidos del film entre los que, obviamente, destacan los créditos iniciales, bien conducidos, así como el famosísimo tema de amor, introducido fidedignamente en “Forest Meeting”, aunque también están resueltos con nervio tanto “Vesuvius Camp” como, especialmente, “Draba Fight”, que ilustra la lucha a muerte entre los gladiadores interpretados por Kirk Douglas y Woody Stroode, antes de finalizar el disco con “Final Farewell”, de nuevo con el tema de amor como protagonista.
Lo mejor: La idea de concebir un recopilatorio dedicado a North con una orquesta y un director solventes, independientemente de la consideración que nos merezca la selección de los trabajos, es lo suficientemente atractiva como para que el melómano pueda sentir atracción hacia este disco. De hecho, desgraciadamente no ha tenido mayor continuidad por lo que se convierte prácticamente en el único disco actual que funciona a modo de recopilatorio sobre la determinante trayectoria creativa del compositor.
Lo peor: Tal vez podría haberse optado por una opción que no se hubiera limitado a tan parca representación musical pudiendo dar cabida a algunos trabajos más, igual de valiosos y representativos de la obra del compositor. Claro que ello hubiera supuesto ir en detrimento, por no poder dedicar la misma atención (en sentido extensivo), de las suites incluidas en el presente disco, pero se hubiera ganado, proporcionalmente, en perspectiva.
El tema: En un recopilatorio donde esté presente el tema de amor de “Spartacus”, es difícil que algún otro fragmento musical destaque por encima del mismo. En este caso, además, el tema está recogido con la sensibilidad que demanda su bella melodía así como su sensible ejecución. Tanto es así, que es precisamente la versión que cierra la antológica edición de Varèse dedicada a esta partitura, clausurando el último de los dos discos dedicados precisamente al tema de amor y sus variaciones confeccionado con las versiones de múltiples y diferentes autores musicales.
Duración: 50:53 |
|
|
Consulta la primera y segunda parte de esta guía de compra pinchando en los enlaces: Alex North: Primera Parte y Alex North: Segunda Parte |
|
|
|
|
© 2005-2023 Copyright. Scoremagacine. |
|
|