José-Vidal Rodriguez
La desastrosa traducción al español del título original ya deja entrever las intenciones del presente largometraje, mero vehículo fílmico para el lucimiento del cada vez más irritante e indigesto Eddie Murphy. Y es que ”Atrapado en un Pirado” supone una doble ración del peculiar histrionismo del actor afroamericano, encarnando dos papeles bien diferenciados: el de nave espacial extraterrestre (sí, han leído bien), la cual llega a la tierra adoptando curiosamente la forma humana del bueno de Murphy; y si no tuviésemos poco con eso, el actor también encarna al capitán de esta insólita aeronave, cumpliendo la misión de intentar encontrar en nuestro planeta algún método para salvar su lejana galaxia.
Si no conociéramos ya su forma de trabajar a lo Goldsmith (en lo referente a su costumbre en colaborar en proyectos de más que discutible calidad artística), a priori sonaría sorprendente la aparición en el apartado musical de todo un ganador del Oscar como John Debney. Un proyecto éste, perfecto para cualquiera de esos compositores de segunda fila hollywoodiense adscritos a las comedietas de medio pelo (véanse nombres tales como Richard Gibbs, David Kitay o incluso un partenaire habitual del género, como es David Newman). Sin embargo, la participación del californiano en este triste filme parece dar de nuevo la razón a quiénes vaticinaron, tras lograr el galardón de la Academia, un desaprovechamiento casi total del talento de este músico llamado a proyectos de mucha mayor enjundia.
Sea como fuere, ”Meet Dave” no se trata, evidentemente, de la partitura que le devuelva los réditos del pasado, pero sí al menos un trabajo que ejemplifica la predisposición del autor por ofrecer calidad allí donde menos cabría esperarla. Debney no se limita a servir de comparsa o de mero subrayado musical a las payasadas del bueno de Murphy, sino que muy por el contrario concibe su partitura como algo francamente grande y ambicioso para esta diminutez fílmica. Un ejercicio sinfónico de gran empaque y exaltación sonora, en el que su habitual cohorte de orquestadores realizan otra notable labor, culminada por la contundente ejecución de la Hollywood Symphony Orchestra dirigida por el propio compositor.
Y es que el gran oficio e indudable talento de Debney se hacen palpables desde los primeros acordes del compacto. Siguiendo una técnica similar a aquellas gamberradas cinematográficas de los años 80, musicadas por Bernstein o Jarre, el autor planifica la partitura desde la grandilocuencia, buscando así ese contrapunto musical a la asumida banalidad de la cinta. Quizás en su empeño, Debney peque de cierta falta de cohesión entre los temas (tan sólo un par de frases parecen seguir una continuidad), algunos meramente descriptivos, otros demasiado contextualizados, y muchos de los cuáles quedan cercenados a poco más del minuto de duración. Defectos éstos que el compositor acaba limando a base de acudir, una y otra vez, a lo bombástico y a lo arrollador. No en vano, el imponente acabado de pistas tales como “Dave to the Rescue”, el militarista “Adressing the Crew” o el rítmico “Saving Earth”, con el recurso de la masa coral agrandando aún más el rango armónico, terminan por disculpar aquella falta de homogeneidad, devolviendo al oyente al simple disfrute de lo que es, a la postre, un más que decente score del compositor californiano.
Este trasfondo de seriedad enfrentado a la infantilidad tanto visual como argumental del filme, se convierte en algunos instantes en un arma de doble filo, en tanto en cuanto algunos podrían entender el tono global del score como algo excesivo y pretencioso para un largometraje de las características del que nos ocupa. Consciente de ello, Debney destina determinados fragmentos a relajar aquel éxtasis sinfónico en pos de recordarnos realmente ante qué genero cinematográfico nos encontramos, y de esta forma enfatizar la comicidad propia (o más bien, pretendida) de la cinta. Así, ”Gina Runs into Dave” nos ofrece una pegadiza sintonía a saxo de calado desenfadado, mientras que “Whipping Eggs“ y “Never Argue With A Female“ ahondan en un mickey mousing evidentemente descriptivo que, por contra, aguanta con cierta soltura su audición aislada de las imágenes. En este cambio de registros, también Debney se siente medianamente cómodo en ese paso de lo espectacular a lo romántico, con la presentación de un breve motivo a maderas-cuerda-piano destinado a la co-protagonista femenina del filme y objeto de deseo del capitán extraterrestre, en “Gina´s Painting“ o la segunda mitad del “Saved By The Bugs / Dave´s True Feelings”.
Convendría destacar que al igual que ya sucediera en algún trabajo anterior (“Zathura” o la entretenidísima “Lair”), Debney realiza guiños más o menos velados a improntas musicales ajenas, siempre tratados con clase y con una intención probablemente paródica de la que carecían aquellas otras obras. Ejemplos de ello los encontramos en el sabor netamente williamsiano del inicial “Orb Arrives on Earth”, la frase que parece orientarse a la nave con forma humana y que reaparecerá majestuosa en “Blast off & Return”; el acabado elfmaniano del “Dave Comes to Earth”; los paralismos melódicos del último corte con el Horner heróico de los 80; e incluso podemos apreciar un claro deja vu musical a la soberbia ”Cutthroat Island” del propio Debney, en el vigoroso “Dave´s System Check”.
Que el score de este ”Meet Dave” es un producto de fácil digestión y de audición puntualmente estimulante resulta innegable, así como indiscutible parece la profesionalidad con la que John Debney sigue despachando sus últimos encargos. Partituras de una corrección absoluta y de formas elaboradas para lo que estamos acostumbrados en nuestros días, que sin embargo sirven de soporte a películas normalmente muy pequeñas artísticamente hablando. Como viene siendo habitual desde hace un tiempo, Hollywood nos brinda otra muestra más de buen hacer musical desaprovechado de manera, cuanto menos, sorprendente.
21-agosto-2008
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