Pablo Nieto

Cuando la música de cine trasciende los límites autoimpuestos por las propias reglas de la industria, el afortunado creador suele asistir a un divertido juego de pros y contras, orquestado y promovido muchas veces por el insatisfecho subconsciente del aficionado, y otras veces por la malediciente mente del tergiversador. Eso sí, todo vale si el debate es enriquecedor y constructivo.

Con “Alatriste” la polémica estaba servida desde el día en que empezaron a sonar diferentes nombres para elaborar la música. Algunos entrando y saliendo del proyecto cuando este apenas había empezado a rodar (léase, Diego Navarro). Otros, cansados de los corsés de las grandes superproducciones, y despreocupados ante el incumplimiento de contrato (Howard Shore). A estos añadamos un ramillete de nombres como, el soñado Ennio Morricone, el ofrecido Stephen Warbeck, el arriesgado Philippe Rombi, y sin duda el deseado por el aficionado español: Roque Baños. La humildad del compositor murciano, unida a su talento y creatividad debían haber sido tenidas en cuenta antes por los productores. Sin embargo, nunca es tarde si la dicha es buena.

Su creación para “Alatriste” es un ejemplo de profesionalidad y saber hacer. Un legado de virtudes, donde orquestación, armonía, construcción melódica, interacción dramática, funcionalidad con las imágenes, y por supuesto, melodías significativas, se aúnan para proyectar una de las composiciones más interesantes y logradas de la banda sonora nacional de los últimos años. Musicar un film de estas características, donde desarrollo argumental y montaje en nada ayudan a la labor del músico (algo que no es bueno ni malo, simplemente lo que hay), con la obligación de dar una cohesión musical al conjunto, sin olvidar la importancia de los personajes y las interrelaciones dramáticas que se crean entre los mismos, no es tarea fácil. Si Alatriste vivió su particular infierno en Flandes, Baños lo ha debido sufrir con este film. Que haya salido o no fortalecido de la experiencia, es algo que comprobaremos en los próximos tiempos, aunque seguro que así ha sido.

Algunos creemos que “Alatriste” habría sido un film mucho más consistente, coherente y redondo de haber sido menos pretencioso en sus orígenes. El potencial de cada libro habría dado lugar a más que interesantes películas individuales, configurando una saga igual de atractiva para el gran público. Las interpretaciones son consistentes, el guión sí acierta en la caracterización de cada uno de los personajes, aunque olvida encajar las historias correctamente. Pero es que hay puzzles imposibles de ejecutar. Las esferas y los triángulos no son buenos compañeros de viaje. Una lástima.

La edición discográfica del score, es la primera buena noticia, puesto que es producida por el sello del propio compositor. Setenta y cinco minutos de música, donde se incluyen temas no utilizados en el film, y por supuesto los pasajes más logrados del mismo, con una notable presentación y una excelente calidad de sonido.

El álbum arranca con la onírica overtura “Flandes”. Tras un inicio contenido a través del duduk, creando un cuerpo musical extraño. La sensación de estar en una realidad, un espacio diferente que crea la particular sonoridad del duduk ayuda y mucho a ambientarnos en el Flandes del siglo XVI. Con el comienzo de la acción, Baños introduce una inspiradísima composición, de ricas texturas, orquestación clásica, con triple juego de percusión, guitarras y cuerdas dando intensidad y dinamismo a la música, al enfrentamiento desatado en el hostil campo de batalla. Una sugestiva y acertada propuesta inicial de Baños, de generosa duración y reminiscencias a su obra maestra “Salomé”. La pieza, finalizará con un primer apunte del tema de Alatriste, asociado a la victoria y la consolidación de la amistad de los supervivientes. Un apunte mucho más desarrollado a través de la guitarra española (omnipresente en todo el score) y un aire mucho más cortesano, en “Alatriste”.

En “Angélica y María”, encontraremos la primera utilización del tema de Iñigo y Angélica de Alcázar, y el de Alatriste y María. El primero herrmanianno en todas sus directrices, describiendo magníficamente una historia imposible donde traición, desesperación y oscuros instintos pasionales se dan la mano. El segundo, es el gran tema de este score. Un romántico y apasionado canto lírico a otro amor imposible pero mucho más claro, límpido y sincero. El amor del héroe y la doncella.

Con “Malatesta”, nos encontramos una especie de motivo a través de guitarra, que trata de identificar al peligroso asesino italiano. Curiosa la inserción del tema de amor de Alatriste en una variante oscura y amenazante (alegoría del riesgo que corre la vida del soldado español). Las percusiones y la orquesta hacen el resto a la hora de configurar la estética del tema. Seguimos con los “antagonistas”, y en este caso es el turno de “Bocanegra”. Fraile conspirador, causante de muchos de los males de Alatriste. De sonoridad sacra a través de coros, y de desarrollo amenazante con el uso de percusiones (riquísima la variedad percusiva de este score) y cellos.

La coherencia es un arte muy poco ejercitado en España, pero Baños lo eleva a categoría de virtud en este score en piezas como “La Conquista de Breda”, donde respeta los parámetros creados en “Flandes”, aumentando eso sí el uso de coros y la atmósfera contenida. Por supuesto el duduk repite también el dinamismo musical a lo “Salomé” y la versión final del tema de Alatriste. Siempre heroico, aunque en esta ocasión sólo para cuerdas. En “Quien no sospecha tanto amor”, de nuevo nos encontramos mezclados los temas de amor de Iñigo y Alatriste. Maderas, cuerdas y guitarra para el soldado, solo cuerdas para el ahijado. “Asalto al Galeón” es un espectacular tema de acción. Metales, percusiones y orquestación grandilocuente son sus principales características. Un corte realmente apreciable que desgraciadamente no tiene correlación con las imágenes, en una de las secuencias más decepcionantes del film.

El amor entre Iñigo y Angélica se va deteriorando, enquistando. Así lo describe Baños en “Toca ser Libres”. Algo parecido le ocurre a Alatriste con María. Las dudas por un futuro incierto, los primeros celos los encontramos en “Los menesteres del Rey”, donde sobresale el final con el tremolo de cuerdas y los cellos mostrando el lado más dramático del tema de amor. Dentro de esta tendencia "depresiva" tenemos “Traición a Iñigo”, donde el tema de Iñigo y Angélica alcanzará su clímax final de dolor y desesperación.

Para “Duelo”, Baños escribe una interesante versión del tema de amor, con percusiones y guitarra, acentuando la parte melódica. Súbitos crescendos orquestales, seguidos de la entrada en juego del motivo de Malatesta, actuarán como bucles de una pieza que finalizará con un solo tranquilo y reposado del tema de amor de Alatriste. “Recordando a Quevedo”, es un bonito homenaje al mítico escritor, y a su progresivo deterioro físico (a lo que contribuye su enemistad con el Conde Duque de Olivares). Baños utiliza el tema de Alatriste en una versión sobria y respetuosa, que finaliza con una brillante versión coral del mismo.

Vivimos los momentos más bajos en la vida de Alatriste. Y sin duda, el amor entre el Rey y María en nada ayudarán a sacarle del bache. “El Collar” es la pieza escrita por Baños para describir el desengaño amoroso del soldado. El tema de amor se vuelve triste y melancólico. La guitarra se entrelaza con las cuerdas, desarrollando su vena más dramática, llevando la melodía a los límites de la desesperación. Locura de amor. Un tema precioso con cierto aire trágico en el film, a través de la flauta y las cuerdas describiendo la decisión de Alatriste de vengar la afrenta real.

Dos cortes muy diferentes los encontramos en “La Mancha de la Traición”, con una nueva versión del tema de amor de Iñigo y Angélica, y “La Playa”, donde el tema de Alatriste, alcanza sus momentos más vitalistas y líricos, a través de las percusiones, clarinete, cuerdas y guitarra. Describiendo el reencuentro entre Alatriste e Iñigo tras haber conseguido el primero que devuelvan a España a su protegido tras varios años en galeras detenido.

Estamos llegando al desenlace del film, y sin duda, “Batalla” es uno de los momentos claves del mismo. Percusiones marciales anticipan el comienzo de la cruenta batalla final, con el contrapunto de los cellos. Se recupera la temática del tema “Asalto al Galeón”, con gran protagonismo de los metales y percusión. La música sigue un crescendo imparable alcanzando su climax con la inserción de coros a lo Orff. Orquestalmente ejemplar, sinfónicamente apabullante. Un corte de acción de los que merecen ser recordados.

En “Héroe abatido” escucharemos el tema de Alatriste en una versión para trompas. La música suena a leyenda, y engrandece la figura del héroe caído. Las cuerdas se encargan de sustituir el fraseo melódico, aumentando el tono trágico pero honorable de la escena. El tema por fin adquiere una dimensión propia, al igual que Alatriste, quien parece haber encontrado el sentido a su existencia y a sus actos. Concluyendo su vida donde debía. Los coros, con matiz religiosos, reemplazan a las cuerdas en la parte final.

Para “Cuenta lo que fuimos”, Baños escribe una pieza a modo de paso de Semana Santa de gran contenido emocional, desarrollando el tema de Alatriste progresivamente. Entran cuerdas, coros, mientras los redobles de tambor se mantienen hasta el crescendo emocional final, donde metales y coros alcanzan cotas de gran intensidad. Una auténtica lástima la no utilización de este tema en el film (siendo sustituido por una verdadera pieza de procesión). Hay caprichos que uno no llega a entender.

“Fanfarre y Créditos”, una heroica fanfarria construida sobre una base de obsesivos redobles de tambor, nos traslada al fascinante mundo de los títulos de crédito. La moraleja del film, a través de la música, que habla de la grandeza del Imperio Español. Una grandeza perdida con el tiempo, y representada en la ascensión y caída de un mito como Alatriste. El tema recorrerá a modo de suite otros brillantes pasajes del film como el tema de amor de Alatriste y María, el tema de acción del “Asalto al Galeón” y el tema de amor de Iñigo y Angélica que servirá de amargo y triste corolario musical de un trabajo musical con el que Roque Baños se consagra en el panorama cinematográfico mundial. La decadencia de Alatriste y el Imperio Español, nada tiene que ver con la carrera de este murciano que muy pronto pondrá su particular pica en Hollywood.

El propio Roque Baños habló largo y tendido sobre este trabajo en la conferencia que ofreció con ocasión del I Festival de Música de Cine de Madrid “SONCINEMAD”. Podéis leer un resumen de su intervención aquí.