Pablo Nieto
Jon Favreau quería que su “juguete de hierro” tuviera a una banda de rock duro conectada a su ipod digital para contar esta historia. Evidentemente, su buen amigo John Debney, con el que había hecho buenas migas en “Elf”, no parecía el más indicado para inspirar con el espíritu de Black Sabbath, Metalica o AC/DC al personaje. Aunque la verdad, habría sido bastante morboso escuchar la propuesta guitarrera del hombre de la pasión de Cristo, o más aún, haber puesto el disco al revés.
Téngase también en cuenta, que películas del tipo “Iron Man”, o sea, superproducciones de acción, suelen ser bastante benévolas a la hora de destinar el presupuesto cuando se trata de masificar la pantalla con piruetas pirotécnicas o secuencias adicionales en pantalla verde. Al final, los que terminan contribuyendo a la falla explosiva son los violinistas y solistas de la sección de viento-madera de la orquesta. Los metales se suelen salvar, porque todo lo que sea ruido siempre es bien recibido, a parte que el cobre e inclusive el plomo no suelen ser muy agradecidos con el fuego.
En resumen, que como suele ser habitual cuando falta dinero para la banda sonora y las urgencias de tiempo son reales, el problema acaba en los Estudios Remote Control. Concretamente sobre la mesa de Hans Zimmer, quien, en este caso concreto, más interesado en el duelo entre Batman y Joker de “The Dark Knight”, recomienda a uno de sus muchachos para que se encargue de la música, en esta ocasión el también alemán Ramin Djawadi, joven compositor que a comienzos de su carrera tuvo a bien atender a Scoremagacine en una amplia entrevista que recomendamos sea consultada.
Djawadi ya sabe lo que es enfrentarse a dos superhéroes: basta echar un vistazo a su trabajo en “Blade Trinity” o comprobar como ajustó alguna herida de batalla del propio Zimmer y Newton Howard en “Batman Begins”. Si por superhéroe entendemos también el papel de Kevin Costner en “Mr.Brooks”, daremos acuse de recibo a su interesante y minimalista trabajo para este film (de lo mejorcito de Djawadi hasta la fecha).
Su score para “Iron Man” no pasa de ser interesante, resultando muy beneficiado de la eficaz adaptación que hace Favreau de este anti-héroe, un film en la patagonia del psicoanálisis del “Hulk” de Ang Lee y el infatilismo de “Los Cuatro Fantásticos”. Y sí, aunque ya satura tanta adaptación de comic, la cinta que nos ocupa, amén de ser entretenida, tiene otros alicientes adicionales, todos ellos relacionados con el casting. El primero de ellos, Robert Downey Jr., absolutamente identificado con el papel de Tony Stark / Iron Man, auténtico alter ego chulesco y vividor del actor. Otros aciertos, la inclusión de Jeff Bridges, al que siempre se agradece que le den papeles aunque sea de malo; y por supuesto, la recuperada para el cine, Gwyneth Paltrow. Una película, en definitiva, bien llevada, que se olvida de profundizar en exceso en los traumas del protagonista, en la que los malos actúan como tales y donde la acción justifica el consumo de palomitas.
Volviendo a la música, además de la orientación rockera del score, con las guitarras y bajos eléctricos como grandes protagonistas, el compositor se esfuerza por dar cierta credibilidad temática a su narración paralela de la historia, elaborando para ello, dos temas principales. El primero, un leit motiv asociado a la creación de Iron Man, que el compositor conxtruye al tiempo que el personaje se va creando. Así, en “Trinkets to Kill a Prince” son las cuerdas las encargadas de introducirlo, para más adelante ir adquiriendo un tono agresivo y compacto (“Mark I”, “Fireman” y sobre todo “Iron Man”), más heroico, especialmente en su parte final. El motivo de cinco notas irá indisociablemente unido a la parte rock de la partitura.
El segundo motivo es una derivación del principal, aunque su giro orquestal (sí, Djawadi no se olvida de la Hollywood Studio Orchestra) le confiere un valor cuasi-místico. Podemos escucharlo en “Driving with the Top Down” (corte que abrirá el disco), “Gulmira” y “Arc Reaktor”, auténtico clímax de la partitura.
La relación de Tony Stark con Pepper Potts (Paltrow) no es subrayada con un tema de amor en sentido estricto, pero sí con un almidonamiento de la música a través de la creación de atmósferas cálidas desarrolladas en cuerdas y maderas (“Vacations Over”, “Extra Dry, Extra Olives” y “Are Those Bullets Holes?”). Por último, no podía faltar la utilización del clásico tema de Iron Man, empleado en la serie de dibujos animados de los 60, en el track “Tony Stark´s Theme/ Iron Man 2008”. Un tema original de Jack Urbont y que aquí Djawadi versiona a modo de big band, acompañado una de las visitas de Stark a los casinos de Las Vegas.
Prescindiendo de las dos canciones que los de Lions Gate Records cuelan con calzador al final del disco, merece la pena dedicarle unos minutos a la propuesta de Djawadi. Un compositor no excesivamente interesante por su continuo abuso de la electrónica, pero que al menos aporta una serie de ideas nuevas y originales en esta más que notable nueva adaptación de un clásico de la Marvel.
19-mayo-2008
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