José-Vidal Rodriguez
Un brutal atentado terrorista en el centro de Arabia Saudita, obliga al FBI a enviar a un equipo investigador de élite, que se encuentra con un panorama cuasi bélico absolutamente desolador. Jamie Foxx es el cabeza de cartel de esta cinta basada en una historia real, que profundiza en las relaciones internacionales de Estados Unidos en el Medio Oriente e intenta retratar del modo más “objetivo” posible la actual Arabia Saudí: un Reino tradicionalmente cimentado sobre el estricto seguimiento del islam y el rechazo a cualquier injerencia extranjera, hasta el momento en que se requirió la ayuda de un país fuertemente industrializado como EEUU para explotar sus yacimientos de petróleo. Otra paradoja más de este orden mundial actual, que sólo parece sostenerse bajo un fino alambre a punto de quebrarse.
Para esta producción repleta de momentos adrenalíticos, Danny Elfman deja a un lado su vena burtoniana más laureada, y proyecta su música como un híbrido sinfónico-electrónico de gran hostilidad y pleno sometimiento a la estética del filme. Aunque hay que precisar que el apelativo de “sinfónico” es meramente anecdótico, puesto que en realidad son los teclados los que acaban imponiéndose de manera desproporcionada al reducido grupo de instrumentos clásicos (básicamente una exigua sección de cuerdas y puntuales trompas).
La ofuscación del autor por repetir cadencias electrónicas similares a aquellas que, con un envoltorio bien distinto, funcionaron eficazmente en el pasado (véanse “Planet of the Apes”, o incluso ciertas estructuras del “Spiderman”), convierten al score en un ejercicio de reiteración modal sumamente monótono e incurso en el mero efectismo despersonalizado, incluso por momentos carente de la chispa necesaria para la trama de acción que se nos relata (véase el desconcertante corte “Attack On The Compound”).
El acabado de este ”The Kingdom”, aún disculpando ese evidente carácter descriptivo y altamente opresivo de su música, así como las nulas concesiones al autor para desarrollar su más reconocible impronta, no puede ser más decepcionante y mediocre. Durante los 40 -largos- minutos de duración del compacto, el compositor deambula sin rumbo fijo tratando de dotar de unidad a un conjunto de temas que aparentan hacer la guerra cada uno por su cuenta. Tanto este malentendido caos temático, como la desafortunada entrega de Elfman al efectismo sintético más pueril y convencional, son las principales notas aplicables al tono global del álbum.
Fuera de leves referencias localistas al marco árabe que de nuevo se ven difuminadas por el excesivo peso de la electrónica “vanguardista” (“To The Prince´s”), parece alcanzar especial protagonismo la guitarra eléctrica, a la que el autor confía el único hilo de cierta cohesión del trabajo en aras, posiblemente, de situar al espectador ante el marco musical “idóneo” para retratar el ambiente desangelado y hostil imperante en la zona. En este sentido, la guitarra acaba por asociarse a fragmentos de pretendida calidez introspectiva (“Waiting”, “Friendship”, “Finale”) de tenues y descafeinadas intenciones melódicas, pero que en comparación con el resto de material, parecen los únicos cortes relativamente rescatables de la partitura.
Y poco más se puede decir de esta intrascente obra. Lo cierto es que la inclusión en la impronta elfmaniana de un mayor peso de la electrónica (hecho que bien podemos situar a partir de 2001, con su correcto score para “Planet of the Apes”), ha ofrecido al aficionado algunas muestras de frescura y elaboración, a la vez que sonados descalabros tan sólo soportables por sus seguidores más acérrimos. ¿Adivinan en qué grupo se situa el score de esta ”The Kingdom”?. Por ello, lo único que puedo recomendar al lector es que se arme de paciencia, amén de una buena dosis de aspirinas; o en caso contrario, no será capaz de aguantar más de dos cortes de este flojísimo compacto, que sin duda conforma una de las peores partituras escritas por el talentoso Danny Elfman a lo largo de su ya dilatada filmografía. En breve tendrá una ocasión para redimirse con su próximo proyecto confirmado, “Hellboy 2”.
26-octubre-2007
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