Ignacio Garrido
Al hilo de sagas de actualidad y sus aportaciones musicales, cabe destacarse la que al parecer se va a cerrar con Jason Bourne como protagonista, con su próximo capítulo "The Bourne Ultimatum". La inclusión de John Powell en el apartado musical de la serie desde su inicio, nos está sirviendo como excelente muestrario de la evolución que el propio compositor está viviendo como músico de cine cada vez más pleno y capaz. Si bien pocos le auguraban en sus comienzos el status que ahora posee, debido al uso de esquemas zimmerianos en obras iniciáticas ("Face Off", "Chill Factor"), el compositor supo zafarse enseguida de estructuras manidas e ideas externas impuestas, preludiando en muchos momentos un estilo que ha comenzado a cuajar tan solo hace unos años, pero que ya es símbolo de un nuevo paso adelante en el intrincado mundo de la banda sonora.
Powell despuntó sin lugar a dudas -para el que escribe estas líneas- con "Endurance" (quizás todavía su mejor trabajo), un film sobre la vida del mejor medio fondista de la historia Haile Gebrselassie, una creación que por desgracia no conoció la popularidad que debería y que desde aquí he de reivindicar como una auténtica obra de arte. Sin embargo, films más populares como "Hormigaz" o "Evasión en la granja" consiguieron lanzar el nombre de Powell, junto al de Harry Gregson-Williams, por participar en películas cuya música, sin dejar de ser tan destacable como la mencionada "Endurance", definitivamente no era tan meritoria.
Desde entonces, la personalidad de Powell se ha ido robusteciendo y adquiriendo unas líneas estilísticas progresivamente más precisas e interesantes, demostrando estar capacitado -como todo buen músico de cine que se precie- para abordar cualquier género cinematográfico sin perder creatividad, criterio ni personalidad, todo un logro para un autor tan joven. Desde sus animadas aproximaciones paródicas para "Evolution" o "Ratas a la carrera", a las inventivas comedias románticas "Fuerzas de la naturaleza" y "Gigli", pasando por las trepidantes aventuras de "Agente Cody Banks", hasta la acción más arrolladora y espectacular de "Paycheck" o "X-Men 3", el saber hacer del inglés ha dejado patente su supremacía dentro del medio. Mención aparte merece el género que mejor le ha tratado y más éxitos le ha proporcionado hasta la fecha; la animación, destacando las soberbias "Robots" y "Happy Feet".
En el año 2004 el londinense se encargó de tres proyectos fílmicos, siendo "The Bourne Supremacy" el más destacado de todos ellos y en el que mejores respuestas musicales nos ofreció. Su precedente sonoro en "The Bourne Identity" (permítanme no traducir aleatoriamente los títulos de las cintas al igual que se hizo en las carteleras españolas en el momento de su estreno) supuso un acercamiento formalista al inicio de la saga Bourne, en exceso soso y funcional, basado mayoritariamente en samples, ritmos y percusiones electrónicas demasiado machaconas. De intachable fusión audiovisual, pero de sonoridad árida, escasa implicación emocional y apenas profundizando en la asociación temática ni en las posibilidades que la musicalización narrativa le ofrecía, la partitura del primer film queda como botón de muestra de un Powell apocado y superado por la necesidad de plasmar de la forma más desapercibida posible una trama con más posibilidades de las exploradas.
Ahora se corrigen todos los errores y carencias de aquélla, amplificando con creces la expresividad de los temas ya compuestos entonces (en especial del motivo minimalista principal que acompañaba toda la aventura de forma casi continua), aportando mucha más creatividad, potencia y nuevas bases melódicas como queda expuesto en "To The Roof" o "Berlin Foot Chase", dos vibrantes pasajes de acción. El tono trágico de la historia se torna en emocionante con un bello, pero afligido tema de amor entre elegíaco y romántico en "Funeral Pyre", cuya conclusión en "Atonement" deja abiertas las puertas de la saga de forma esperanzadora. Asimismo el suspense es mucho más rítmico y propulsivo, con efectos electrónicos sorprendentes como los que se aprecian en "Nach Deutschland" o "Moscow Wind Up" y la acción es demoledora, cercana a un techno trepidante (quizás buscando por momentos la línea de mixtura electro-sinfónica de "Matrix") en el corte más adrenalínico de todo el disco "Bim Bam Smash".
Se trata pues, de una banda sonora de acción contemporánea modélica, con una fusión de elementos impecable, en los que se conjugan las posibilidades de la electrónica y la orquesta de forma excelente para con las imágenes, dejando no obstante para la edición discográfica (otra vez obra de una escueta -en esta ocasión- Varèse Sarabande, responsable del grueso de la discografía de Powell en CD) una audición no apta para oídos sensibles que esperen una aproximación convencional al género. Se incluye, como complemento comercial, la canción de Moby que ya aparecía en el primer film "Extreme Ways".
19-mayo-2007
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