José-Vidal Rodriguez
Si el nombre de Joseph LoDuca no ha terminado de cuajar en el mundo del celuloide, fuera de las colaboraciones con su fiel amigo de juventud Sam Raimi (precisamente el que le sacó del anonimato y le dio la oportunidad -desperdiciada hasta ahora- de entrar con firmeza en Hollywood), lo cierto es que en cambio, el compositor ha cimentado una decente trayectoria en el ámbito de la pequeña pantalla. Trayectoria con cierto interés, cuyo génesis podríamos situar en su vasto trabajo de composición para las series “Hércules” y ”Xena, La Princesa Guerrera”, ambas producidas igualmente por Raimi.
Quizás la sombra del director de Michigan sea demasiado alargada como para que otros creadores hayan visto una verdadera apuesta de calidad en el nombre de Joe LoDuca, un músico que junto a Raimi ha escrito partituras de indudable calidad (caso de la excelente “Army of Darkness”), pero que ajeno a su mecenazgo, parece abocado al triste peregrinaje entre subproductos cinematográficos absolutamente olvidables (la reciente “The Boogeyman“ es un buen ejemplo de lo antedicho).
En ”The Librarian”, el músico aborda la partitura de dos exitosos telefilmes emitidos por la TNT norteamericana, sobre el personaje creado por el productor Dean Devlin (responsable de “Stargate” e “Independence Day”), con el que intenta retomar el estilo de las clásicas películas de aventureros cazatesoros, desde una perspectiva totalmente contemporánea. Noah Wyle asume el papel del protagonista Flynn Carsen, el héroe con vena cómica a lo Brendan Fraser de “La Momia”, al que acompaña un decente plantel de intérpretes (Olimpia Dukakis, Kyle MacLachlan o la bella y desaprovechada Gabrielle Anwar).
La edición de La-La Land Records, limitada a 1500 copias, recoge en dos compactos sendas entregas de las correrías de este personaje, “Return To King Solomon´s Mines” y “Quest for the Spear”, siendo ésta última la primera en ser estrenada en televisión allá por el año 2004. Razón por la que se antoja necesario comenzar el análisis por la música incluida en el CD 2.
LoDuca aborda este primer “Quest for the Spear” desde unos parámetros similares a sus socorridos ejercicios para las series “Hercules” y “Xena”. Similitudes que no se hallan desde luego en posibles paralelismos melódicos o temáticos, sino en el hecho de exprimir al máximo los escasos medios materiales con los que cuenta, para tratar de dar forma musical a una producción plena de momentos heroicos, místicos y de amplio suspense. A saber, un caramelo para cualquier autor, se convierte por las limitaciones presupuestarias en un auténtico Everest musical, que a la postre excusaría de alguna forma las tibias propuestas finales del autor.
De todos modos, el compositor sale más o menos airoso en su tarea de completar con los teclados la escasísima agrupación orquestal -especialmente pírrica en su sección de metales-, dada su tradicional experiencia en estos contratiempos, y la inestimable ayuda aquí de ese gran orquestador que es William Stromberg.
El tema central para ambas entregas de este “The Librarian”, nos ofrece una simple pero eficaz frase heroica, salpicada en sus notas de cierta comicidad (muy acorde con el carácter del irónico protagonista), que en sus curiosos arreglos y su estructura sincopada, más parece compuesta para un western que para una historia contemporánea de aventuras. Pese a ser poco utilizado en en este “Quest for the Spear”, lo podremos escuchar en “About Time” y el reprise de los “End Credits”.
Las melodías que quizás tengan mayor peso sonoro en la partitura, podrían servir a su vez de perfecto ejemplo a esa odiosa técnica de las temp tracks, esta vez claramente impuestas por el productor Dean Devlin, que como responsable de la contratación de David Arnold para “Stargate”, limita sin descaro la capacidad artística de LoDuca para llevarle a componer un grupo de cortes que recuerdan -y mucho- a ciertos fragmentos del conocido score sobre la puerta estelar. Véanse sino el piano y coros del “The Met“, o ese dúo de motivos contenidos en “The Library” y el final del “Mt. Kailash / Shangri-La“, claramente deudores de la obertura escrita en su día por Arnold.
El resto de material, teniendo en cuenta las barreras lógicas del medio televisivo en lo referente a la imposibilidad de mayor desarrollo de ideas, nos depara una anodina sucesión de fragmentos ampliamente descriptivos, que se olvidan al momento ante la ausencia palpable de un hilo conductor que ofrezca la coherencia deseada al conjunto. Temas en los que la tensión y el suspense desplazan a otro tipo de música más vigorosa, conformando cortes muchos de los cuáles se hallan plagados de momentos de ardua incidentalidad, tan sólo sobresaltada por puntuales arranques de soul (“Chick Fight”) o por la agradecida intervención de coros reales (“Semper Fi / Power Of Death”), que logran aportar mayor empaque a ese sonido mitad electrónico, mitad sinfónico, impuesto por las circunstancias.
Algo similar a lo antedicho acontece con la soundtrack escrita para la secuela ”Return To King Solomon´s Mines", aunque lo cierto es que LoDuca encuentra un marco más propicio para relajar esa incidentalidad comentada, ofreciendo un variopinto recorrido temático que, además de extender la duración del compacto hasta casi una hora (todo un logro en el medio televisivo), eleva el score un punto por encima del anterior -por algo se halla estratégicamente incluido en este primer CD-.
Especialmente disfrutable es la rendición al tema central en clave Americana (lo que le da todavía mayor sensación de auténtica sintonía de western), escuchada en el “Main Title”, como también curiosa resulta la audición del trepidante “On The Horses”, modélico tema de persecución, rítmicamente impecable, al que perdonaremos su evidente homenaje al John Williams de “Indy” en los metales de apertura.
Sonoridades localistas de arraigo árabe y africano ofrecen un grado de frescura francamente necesario en el score (“Casablanca”, “Jomo´s Village”), mientras que el autor explota, en mayor medida que en “Quest of the Spear”, la música de acción trepidante (en “The Package” logra, con diferentes efectos, que la pequeña orquesta suene más apabullante de lo que realmente es). Al fin y al cabo, LoDuca introduce un material que, aun lejos de la brillantez, aglutina suficiente calidad como para convertirlo en algo más agradable para su audición fuera de las imágenes.
Así las cosas, si la carrera artística de Joseph LoDuca navega con rumbo francamente incierto, la publicación de este ”The Librarian” no va a suponer precisamente el trampolín musical definitivo que le rescate de lo más profundo de esa “fila B” de compositores norteamericanos. Lo que no es óbice para reconocer que, con sus defectos y carencias, los scores escritos para ambos telefilmes conforman, cuanto menos, otro ejemplo más de su profesionalidad y envidiable adaptación a los escasos medios con los que suele contar.
4-mayo-2007
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