Pablo Nieto
Michael Kamen fue uno de los compositores más apasionados de la industria cinematográfica. Con más o menos éxito, todos sus composiciones irradiaban un lenguaje muy personal, donde lo sinfónico y lo íntimo se daban la mano, conectando en un espacio espiritual propio. Aunque su talento muchas veces se vio enterrado entre los efectos de sonido de sus scores de acción (la saga de la “La Jungla de Cristal” o la de “Arma Letal”, por ejemplo), su impronta siempre se podía vislumbrar.
Cuando en 1995, nos regaló “Don Juan DeMarco”, fueron muchos los que, por fin, pudieron disfrutar de un Kamen liberado de las ataduras de Joel Silver. Era el proyecto idóneo para el Kamen bohemio y personalidad abierta y arrolladora. Dirigido por Jeremy Leven, se nos presenta al Don Juan de Lord Byron adaptado al siglo XX e interpretado por un Johnny Depp irregular y algo cargante. Una película cuyo snobismo y pretenciosidad, no lo arreglaba ni la enésima aparición de un Marlon Brando acabado, en el papel de un psiquiatra que trata de comprender la personalidad de este extravagante galán.
El score de Kamen rebosa romanticismo por los cuatro costados. Es fiel reflejo de esa pasión del compositor de la que antes hablábamos. Pasión por la vida. Un canto a la utopía del amor, punteada por la guitarra de Paco de Lucía y ese inspirador aire hispano que fluye de toda la partitura.
El tema central, que constituye la base de la canción "Have You Really Ever Loved A Woman", será el hilo conductor de la banda sonora. Apasionada melodía romántica, reconvertida en exitosa balada pop gracias a la labor de Bryan Adams, quien volvía a unirse a Kamen tras sus aclamadas colaboraciones de "Robin Hood: El Príncipe de los Ladrones", "Los Tres Mosqueteros" o "Jack". Sin duda, una de esas sociedades: compositor-cantante, más estimulantes que ha dado Hollywood. La canción, tendrá también su versión hispana en "Has Amado Una Mujer De Veras" a cargo del dúo Nydia y José Hernández (donde el sonido hispano es todavía más acentuado).
Centrándonos en el score de Kamen, e insistiendo en la omnipresencia del tema central, conviene destacar la voluptuosa obertura "Habanera", donde el compositor no oculta su homenaje al "Carmen" de Bizet (a destacar los solos de cello de Carolina Dale, junto a los acordes de De Lucía).
Especialmente inspirado se muestra en la apasionada rendición del tema central en "Don Juan", perfectamente contrapunteado por un segundo tema de amor, también de melodía española, y que aparece en "I Was Born in Mexico".
Virtuosa la ejecución de "Doña Julia", sobretodo la sección de cuerdas (violines) y maderas (oboes). Exótico el corte "Arabia", evocando a Oriente Medio (acompañando un onírico flashback a una especie de harén, protagonizado por el propio Don Juan). Íntimo y letárgico es el pasaje presentado en "Don Alfonso".
No puede haber mejor final de esta partitura que el lírico y emocionante "Doña Ana". El finale que el compositor va anticipado en las piezas que le preceden, por medio de una contención calculada que en ningún caso rehuye de la implicación emocional de la música con la historia.
La brillante ejecución a cargo de la London Metropolitan Orchestra, contribuye a ensalzar aún más la valía de esta carta de amor musical de Michael Kamen. Un trabajo honesto y directo, con un plus de modernidad que impide que este "Don Juan DeMarco" pase de moda. Como su autor. Como el amor, que correspondido o no, siempre está ahí. Surgiendo, manteniéndose o simplemente desapareciendo.
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