Miguel Ángel Ordóñez
Con más de cuarenta años a sus espaldas, la carrera de Andzrej Korzynski no ha logrado traspasar las fronteras de su madre patria a diferencia del rumbo que han tomado la de otros compositores polacos a caballo entre los de su generación (la de los 30, formada por Kilar y Komeda o la de los 50 con los actuales Kaczmarek, Debski, Lorenc o Preisner). Con Zulawski como director fetiche (para el que ha compuesto sus mejores esfuerzos con “El hombre de hierro”, magnífico su tema central, o “Posesión”), Korzynski comparte el cuidado estilismo de aquellos (especialmente notable en los componentes del movimiento musical de los 50), aunque su punto de partida netamente electrónico refleja un concepto de aislamiento en términos contrapuntísticos, oasis de un marcado acento en los graves del viento sobre los agudos a la cuerda, propuesta insinuante que agota por desgaste. Un estilo tan sugerente como en ocasiones, predecible.
Lukas Remis, a la cabeza de la tienda polishfilmmusic.com y su formato de portal de música de cine y de descarga on-line, soundtracks.pl, ha pretendido rescatar del olvido algunos trabajos de sus compatriotas, sabedor del impacto y el éxito de sus propuestas. El atractivo melódico de la nueva generación musical polaca arrastra la aparición de otros productos representativos de una de las filmografías más interesantes del panorama mundial. Tras la aparición en formato on-line de varios de los trabajos de Korzynski ("Spielergeschichten" y la interesante “Szamanka”), Remis nos propone un viaje musical dulce y sensitivo con tres obras ochenteras realizadas por el compositor de Varsovia para la televisión: “Urwisy z Doliny Mtynow (Children from the Mills Valley)” (1985), su continuación “Klementynka i Klemens” (1986) y “Janka” (1989).
Todas ellas amparadas en propuestas similares: música apacible y serena que representa un mundo bucólico en contacto con la naturaleza y las tradiciones. Dotadas de fuerte contenido politonal y armónico, Korzynski explora en “Children from the Mills Valley” y su continuación “Klementynka i Klemens”, un particular universo de líneas melódicas sostenidas en las maderas sobre idílicos trazos de cuerda, una música pastoral que guarda alguna que otra afinidad con el Jarre de los 80 en la aplicación de contrapuntos electrónicos deudores de la época (especialmente visibles en el tema de apertura de “Klementynka i Klemens” o en el oscuro “Kapitan Grozny”).
La música representada en ambos seriales televisivos se aleja, por tanto, de la concepción electro-vanguardista de otras obras que pueblan su extensa filmografía. Aquí el cariz romántico toma posesión del conjunto sin apreciarse una diáfana intención de ofrecer una necesaria progresión. Música bella per se que carece de alma, que se limita a diluirse entre los tímpanos como un azucarillo en el café, mostrándose sumamente convencional cuando, saltando entre géneros, aborda el misterio o la tensión.
Los mejores momentos de la edición los encontramos en “Janka”, cuyo tema central de ocho notas, apoyadas en la cuerda, deriva hacia un elegante vals que nos permite saborear ciertas armonías sostenidas en constante evolución. Pero, sin duda, “Janka” es un buen trabajo debido a la introducción de un tema de amor de arrebatador lirismo presentado en “Wyscigi” y desarrollado plenamente en la extraordinaria “Sentymenty/Zmiennosc uczuc”, gracias al contrapunto elegante entre cuerda y oboe. Una obra de lustroso empaque que sirve de pretexto para el acercamiento a la filmografía de un autor alejado, en innumerables ocasiones y no siempre con acierto, del Romanticismo convencional.
Tres bandas sonoras que nos ofrecen pinceladas de una música de impronta dieciochesca, que sin constituirse en marca de fábrica del estilo predominante en su autor, permitirán al oyente pasar un buen rato. Música que huele a flores silvestres, a páramos perdidos y a viejas historias apiladas en el extremo más oriental de la memoria, aquellas que con el tiempo pasarán a engrosar el dilatado volumen de nuestra propia papelera de reciclaje.
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