Ignacio Garrido
Una vez más y dada la moda de reeditar un sin fin de títulos descatalogados, tenga su aparición en el mercado sentido o no, la excelente casa Prometheus nos obsequió, tras esa obra maestra que es "Los señores del acero", con otro mítico trabajo de Basil Poledouris de la década de los ochenta, en este caso su composición para el desconocido y bizarro film, con Melanie Griffith como protagonista, "Cherry 2000", editándolo expandido con más música respecto a su versión anterior. En realidad esta partitura ha sido siempre más conocida por el aficionado a la música de cine por ser uno de los grandes iconos de la dificultad dentro del mundo del coleccionismo discográfico hasta la aparición en el mercado de esta versión, pues su anterior edición en la legendaria serie original de Varése CD Club alcanzó el estratosférico precio de venta en subasta de 2500 dólares.
En cualquier caso esta banda sonora era una auténtica losa para los seguidores de Poledouris, no tanto por el precio al que se acabó pujando por ella y la imposibilidad de encontrarla que directamente la arrojó al saco de los imposibles para muchos, sino por el hecho de ser un trabajo formidable al que muy pocos tuvieron acceso en su momento, pero que ahora felizmente recuperado del olvido todos podemos disfrutar.
La extraña cinta fue dirigida en 1987 por el prácticamente desconocido Steve De Jarnatt, autor de la posterior película de culto "Miracle Mile" y que ha acabado sus días inmerso en el mundo televisivo de series como “Urgencias” o “Lizzie McGuire”. El argumento de la misma es prácticamente grotesco y se encuentra bordeando la genialidad o el ridículo según el punto de vista (de hecho se queda más cerca de esto último), pues nos cuenta la historia de un ejecutivo de éxito en el futuro, el discreto secundario David Andrews, que al ver como a su compañera sentimental robótica Cherry 2000 ("Cereza 2000", saquen los amables lectores sus propias conclusiones) se le funden los plomos (literalmente hablando) y tras enterarse que del modelo cibernético de su pareja solo podría existir un duplicado exacto en la antigua planta de manufactura de la serie de acompañantes femeninas mecánicas, ahora abandonada tras una frontera post-apocalíptica llamada "la zona", decide contratar a una rastreadora renegada (Melanie Griffith, por supuesto) que le acompañe hasta allí. Enfrentándose a toda serie de peligros y desventuras, durante el viaje irán apareciendo personajes variopintos enfundados en las botas de actores bien conocidos por el cinéfilo de la serie B y afición por los secundarios de carácter como Brion James o Marshall Bell, e incluso nombres más populares como Laurence Fishburne o Ben Jonson. La intención del film en mostrar una ambientación pobremente conseguida y que emula con descaro a “Mad Max” lo convierte en una estrambótica versión femenina del mismo.
El propio Poledouris definiría perfectamente en su momento esta composición como su "triple m", aludiendo dicha sentencia a la unión en el mismo de Mozart, Morricone y Moroder por su ecléctica y alucinante fusión estilística. Mezclando en su aproximación futurista el lirismo propio del compositor con un delicado y envolvente tema de amor para cuerda en “Main Title” y que posteriormente se desarrollará de forma romántica en “Cherry Shorts Out”, junto al spaguetti western con el tema central de pegadiza melodía al más puro estilo del autor con reminiscencias a la obra del maestro italiano que hace su aparición ya de entrada en el segundo corte “Photograb” y que se versiona por completo con imaginativos efectos minimalistas electrónicos en "Lights On" hasta alcanzar uno de esos épicos momentos clásicos de su autor en la línea grandiosa y emocionante de “Robocop.
Un oboe inconfundible abre el fantástico corte “E Flips Sam” a partir del cual se inicia el viaje musical que el compositor nos propone con las bases instauradas sobre esas líneas melódicas y diversas variaciones sobre las mismas (algunas de ellas magistrales como la que se puede encontrar en “Moving”), conjugándose con ellas pasajes de enorme fuerza como “Magneto”, momentos de gran belleza, dinamismo y cinética polifonía como “Thrashing of Sky Ranch”, “Drive” y en especial el soberbio “End of Lester”, e incluso se introduce algún corte de contenido cómico como “Drop´Em”. Toda la banda sonora se desarrolla con creatividad (baste citar el alucinante corte “Water Slide” con su mezcla de efectos electrónicos y empleo de la orquesta para ratificar esto), sorprendente frescura y pese a ser una obra con más de quince años de antigüedad, su capacidad para atrapar al oyente hasta el final nos da idea de la grandeza y talento del compositor. El genial uso de unos sintetizadores que al mismo tiempo que han envejecido también se han convertido en poseedores de una expresividad inocente y entrañable, se unen a la, esta vez excelente Hungarian State Opera Orchestra para dar cuerpo a una gran banda sonora. Además cabe destacar que esta nueva edición contiene algunos nuevos cortes inéditos respecto a la edición anterior, incluyéndose entre ellos la música del trailer de la película, y se acreditan los que sonaban pero no aparecían allí impresos.
Como regalo complementario a tan deseado trabajo encontramos otra banda sonora olvidada de Poledouris, la perteneciente al film ”No Man´s Land”, una cinta policíaca interpretada por Charlie Sheen y D.B. Sweeney que dirigió Peter Werner. Esta, también descatalogada y editada por Varése en tirada normal en su momento, pertenece al mismo año 1987 y compañía que ”Cherry 2000”, la desaparecida Orion. Si bien este es uno de los trabajos más flojos y atípicos del compositor, pues se trata de una música totalmente interpretada por sintetizadores, basada en fríos ritmos electrónicos y el empleo constante de un tema central reiterativo y algo machacón (muy en la línea de las composiciones de Jan Hammer para la coetánea y recordada serie de televisión “Miami Vice”), es un complemento curioso y los seguidores del compositor que no contaran con ella estarán igualmente de enhorabuena.
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