Ignacio Garrido
Entre los últimos lanzamientos de la casa discográfica Varése dentro de su modalidad CD Club, el aficionado ha podido comprobar como en sus dos últimas tiradas se han incluido títulos pertenecientes a compositores prácticamente desconocidos para la gran mayoría, como fue Alfi Kabiljo con su trabajo para "Sky Bandits" y Ray Cook con la obra que ahora nos ocupa, "Careful, He Might Hear You". Como poseedor de los derechos de reedición de antiguos LPs de los años ochenta, Robert Townson se encuentra en una posición privilegiada para seleccionar que partituras merecen una reivindicación en la actualidad y desempolvar composiciones cuando menos olvidadas, si no prácticamente desconocidas.
Frente a otras maniobras comerciales más discutibles, Townson obra, en trabajos como el que nos ocupa, como auténtico aficionado a las rarezas musicales de calidad, pues tanto por la belleza de la partitura como por el gusto a clasicismo que deja en el oyente su audición, la cabeza visible de Varése se merece en este caso una rotunda felicitación, tan solo enturbiada por la sempiterna liquidación del stock disponible de este disco -a las pocas horas de su salida al mercado-. Pese a todo, todavía se puede localizar en algunas tiendas a través de internet, algo que los aventureros que se arriesguen a hacer agradecerán una vez tengan el CD en sus manos y puedan disfrutarlo.
Lo primero es sin duda dedicarle unas palabras a su autor, pues no se puede comenzar a hablar de esta banda sonora sin saber nada sobre él. Entonces, ¿quién es Ray Cook?. Esta pregunta posee lamentablemente una breve respuesta, pues el talento que dicho músico, ya fallecido, ofrece en esta creación, apenas se aprovechó en su día para el cine. Nacido en Autralia en 1936 y muerto en Londres en 1989, Cook tan solo participó en tres proyectos audiovisuales, uno para televisión (el mismo año que "Careful, He Might Hear You") y dos para cine, (el que nos ocupa, y el siguiente "Rebel" dos años más tarde, para el guionista de esta cinta Michael Jenkins, que al pasarse a la dirección contó con el músico dados los excelentes resultados obtenidos aquí). El compositor se trasladaría en 1960 a Londres, para permanecer allí definitivamente, convirtiéndose en pianista, arreglista y director de más de cuarenta musicales antes de recibir la oferta de componer para cine.
Así pues, le llegó a las manos un film plenamente imbuido en la Nueva Ola Cinematográfica Australiana de finales de los setenta, en la que destacaron directores como Peter Weir, George Miller o Bruce Beresford. La historia de este film, basado de forma autobiográfica en la novela de Sumner Locke Elliott, narra el drama que sufre el niño protagonista durante la depresión australiana por la lucha encarnizada que sus tías inician por su custodia, tras la muerte de su madre.
El score de Cook se inicia con un dueto de violines interpretando, con un envolvente acompañamiento de maravillosa cuerda, el motivo de cuatro notas que va a servir como base de toda la partitura. El primer corte, "Main Theme", es ya toda una declaración de principios, pues desarrolla plenamente el tema que surge sobre ese motivo en todo su esplendor, de forma arrebatada e intensamente romántica. Y con evidentes reminiscencias (como se apunta en las notas del escueto libreto del disco) a los clásicos de la era dorada de Hollywood, en especial a Steiner y Newman e incluso puede llegar a recordar al delicado James Horner de "The Spitfire Grill".
Posteriores cortes reinciden en la línea romántica de su obertura, destacando la guitarra de "P.S. and Lila" o el juego polifónico de arpa, angelicales coros y los dos violines en uno de los cortes más cautivadores de la edición, como es el impresionista "The Meeting". El manejo de las secciones orquestales, con recatada inteligencia, tampoco le es ajeno al compositor, como el empleo del viento en "Vanessa´s Mansion", cuya descriptiva precisión convierte al corte en soberbio. Además, mantiene el exotismo del empleo coral para los momentos que sugieren mayor trascendencia o misterio como "P.S. Saying His Prayers", e incluso en "P.S.´s Piano Practice" construye, a partir del motivo central, un sugerente vals para piano envuelto por el golpeo del metrónomo en su inicio y por fastuosa cuerda al final.
La historia se va tornando cada vez más dramática y desesperada, reflejándose en la música el carácter afligido de las emociones -cada vez más intensas- del chico. Esto se traduce en un agónico descenso de la cuerda hacia su sonoridad más desgarradora, como la que se aprecia en "Logan Confronts Vanessa", que junto al ostinato del piano que allí aparece, configuran uno de los grandes momentos de la composición. El tema central conoce una versión con apoyo coral en el mágico momento "The Birthday Party", anunciando prácticamente la trágica resolución que les aguarda a los protagonistas con una coda a modo de conato de tema de acción y epílogo fantasmagórico para voces y violín solista.
Los dos últimos cortes alcanzan un clímax cuasi-épico, entre la tonalidad etérea de Debussy ("The Ferry Ride") y el desbordante final romántico de "Who Am I?", que retoma el tema central y ejecuta la versión más extensa, florida y espectacular del mismo, alcanzando cotas de expresividad y emoción francamente sublimes.
Nos encontramos pues ante una obra espléndida, que no por su desconocimiento debería obviarse, pues se trata casi sin lugar a dudas de la única partitura de Ray Cook que podremos disfrutar en disco; y pese a no inventar nada nuevo, el autor dejó el listón de la calidad de su obra a la suficiente altura como para ser recordado aunque solo sea por este encargo. Dejarlo pasar sería un gran error.
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