Pablo Nieto
Tras la apreciable “The Warrior”, Hollywood echó el ojo en Asif Kapadia, buscando quizás un nuevo efecto Shyamalan. Director exótico (de origen iraní en este caso, aunque nacido en Londres), y thriller supernatural con el que cautivar a la audiencia. Sin embargo, “The Return” está a años luz del rutilante aura de Manoj Night, comenzando por un guión pretencioso y vacío, y por un reparto que trata de combinar sin éxito rostros consagrados (Sam Sheppard) con caras MTV (Sarah Michelle Gellar).
El argumento: una mujer de negocios que comienza a tener pesadillas con un crimen cometido hace quince años… y que misteriosamente revistará acudiendo a la granja donde el mismo tuvo lugar.
Con estos retales fabríquese usted mismo el traje, y si hablamos de partitura, nada mejor que recurrir al compositor de moda de la industria cinematográfica, con permiso de nuestro Alberto Iglesias. Este no es otro que Dario Marianelli . Eso sí, su elección nada tiene que ver con estas superfluas tendencias. Marianelli ya trabajó con Kapadia, y de manera muy exitosa en “The Warrior”. Lógico y esperado pues este reencuentro.
Sin embargo, “The Return” no es el film soñado de Marianelli. Un trabajo donde no ha tenido la libertad creadora que en principio podría presumirse. Pero en el Hollywood actual es lo que hay, y o uno se adapta a sus reglas o al final estás terminan engulléndole (ejemplos hay para dar y tomar). Eso sí, noticias buenas no faltan: queda clara la personalidad del compositor, con un estilo melódico y armónico bien definido, que le diferencia a otros autores y que eleva su caché por encima de la media. Uno escucha a Marianelli y sabe que es Marianelli.
Lo menos bueno: ciertos clichés del género que no ayudan al completo lanzamiento de la partitura. Pudiendo apreciar los más maliciosos, ciertos condicionantes (temp tracks) del James Newton Howard de “Señales” o “El Sexto Sentido”. Quizás de este modo, se pueda explicar la escasa emoción que le provocara al compositor hablar de este trabajo en sus días de Soncinemad. Todo cobra sentido.
“The Return” es un score elíptico modulado. Un trabajo donde piano y cuerdas oscilan rítmicamente a modo de vals macabro, siempre manteniendo las dosis de suspense e indefinición necesarias. “The Girl with Two Souls” supone una constatación del hecho, con presentación incluida del omnipresente leit motiv. Típico ensayo melódico del pisano, sugerente e indefinido. Necesarias las variaciones como “Present and Past”, “Memory Lane” o “Old Things”. Exquisito el toque folk por medio de guitarra en “Driving to La Salle”. Esperado el toque elegiaco de cortes como “Annie Dies” o “The Other Woman. Buscado el climax final (“Señales” de nuevo presente) de “Waht Really Happens” y “Sea Horses”.
El “return” de Marianelli a la escena musical es acertado, y aunque lejos de la brillantez y contundencia de los precedentes que todos conocemos, este tipo de proyectos también ayudan a crecer a uno como compositor. Son las dificultades las que facilitan el tránsito a un mayor conocimiento del medio, en especial si el nombre de este medio puede verse kilómetros a la redonda: Hollywood. Parece que Marianelli se haya tomado un respiro en 2006, tras su intenso 2005. Nada más lejos de la realidad. Cada cosa a su tiempo. Este “The Return” no es una pieza imprescindible de este puzzle musical que tan buena pinta tiene.
Por cierto, mención aparte la pujanza de Lakeshore Records, como discográfica alternativa en el campo de la banda sonora. Parece mentira, pero tras el desinterés de Milan o elitismo de Sony y Decca, no viene mal alguien que ayude a Varèse Sarabande en su campaña por la difusión de aquellos scores de estreno, donde las canciones no son protagonistas.
|