Ignacio Garrido
Encontramos en “Vanity Fair” otra maravilla auditiva más del siempre sorprendente y original compositor de origen canadiense Mychael Danna, uno de los músicos más asombrosos e iconoclastas con los que cuenta el panorama actual de la banda sonora internacional. Es posible que el gran público y el aficionado más generalista puedan seguir asociando a Danna con sus composiciones experimentales para los films en colaboración con Atom Egoyan, así como el carácter ecléctico e indefinido de su personalidad le hagan, todavía para algunos, incomodo acreedor de la etiqueta de impersonal o en el peor de los casos de un sucedáneo étnico de Thomas Newman (delgada línea que él mismo se ha encargado de bordear peligrosamente en obras como “Girl Interrupted” o “Bounce”, pese a encontrar en ellas su propio estilo de forma tangencial). Sin embargo los resultados musicales mayoritarios en sus trabajos de la última década lo sitúan, muy al contrario de lo que se pudiera pensar inicialmente, en la cima de la creatividad y solidez musical del medio audiovisual.
Lo cierto es que lo mejor de Danna sigue siendo precisamente su pasmosa facilidad para esquivar clichés y deslumbrar con trabajos como “Ride with the Devil”, una auténtica ruptura del western tradicional, “Antwone Fisher” de suma belleza y etéreo desarrollo o este “Vanity Fair”, una fantástica composición que sugiere un elegante juego entre clasicismo e intimismo melódico.
El film protagonizado por la escarizada Reese Witherspoon se basa en una novela de Mark Makepeace Thackeray. Cuenta la historia de una chica huérfana en la Inglaterra del siglo XIX y sus aspiraciones por conseguir ascender en la hermética y clasista escala social inglesa, a costa de cualquier precio. Musicalmente, la ambientación de Danna consigue a todas luces reflejar tanto la ambigüedad del personaje central, como el ambiente elegante y señorial en el que se mueve.
La preciosista canción que abre el CD, "She Walks in Beauty", está interpretada por Sissel (la vocalista de “Titanic”) y presenta un hermosísimo tema central que aparecerá de forma sutil y en contadas ocasiones más adelante. La inspiración de la que hace gala el compositor desde este arrebatador comienzo se equipara por momentos al mejor Patrick Doyle, construyendo, con variedad temática y riqueza orquestal, piezas juguetonas, elaboradas como "No Lights After Eleven" o incluso cercanas a la comedia sinfónica de Newton Howard o Marc Shaiman en “Sir Pitt´s Marriage Proposal”, así como pasajes de un desolador dramatismo como el conseguido en el corte "Waterloo Battlefield".
También harán su aparición cortes menos arrebatadores que los esgrimidos en los temas más importantes, pero igualmente bien estructurados en cuanto a la progresión musical de la obra y a intenciones dramáticas respecto de la trama, como “Exchange” o “Ride to London”, que en su ajustada construcción consiguen dar más unidad y fuerza si cabe al conjunto, redondeándolo con exquisita factura. Unidos estos a los estupendos pasajes a piano interpretados por el propio compositor en “Piano for Amelia/Announcement of Battle”, se culmina una obra especialmente destacable de su autor y una banda sonora que pasó incomprensiblemente desapercibida para el oído del aficionado y que bien merece bastante más crédito del que se le ha dado.
Segunda colaboración de Danna con la directora Mira Nair tras la más que interesante “Monsoon Wedding”, se salda por lo tanto con un nuevo éxito para su autor y esperemos sea otro de tantos títulos en los que ambos colaboren y que estén por venir.
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