Pablo Nieto
Hay gente que para labrarse un porvenir no tiene ningún reparo en mentir. Mentiras piadosas o no tanto. De hecho, algunas profesiones exigen mentir en la mayoría de los casos para lograr triunfar. El periodismo es una profesión que no es ajena a este fenómeno. Generalizar no es bueno, pero tampoco mirar hacia otro lado. El problema es que el periodismo (el 4º Poder en cualquier sociedad) crea opinión pública. Y hacer pasar una mentira como algo verídico, puede provocar una serie de consecuencias devastadoras... sobre todo si posteriormente se descubre esa mentira.
Eso es lo que le ocurrió a Stephen Glass, un joven periodista que, a mediados e los 90, subió como la espuma en los rankings de popularidad gracias a sus incisivos y originales artículos, en periódicos como The New Republic o revistas como Rolling Stone o George. Sin embargo, su meteórica carrera se vino abajo cuando la revista Vanity Fair, demostró en 1998 que su artículo más famoso, era una historia inventada por el periodista.
Billy Ray (guionista de "La Guerra de Hart", "El Color de la Noche", "Volcano") lleva al cine la historia de Glass, incidiendo en sus motivaciones, sus dudas, sus sufrimientos y sobre todo poniendo el dedo en la llaga de la profesión periodística y sobretodo en que ocurre cuando la sociedad pone en duda la veracidad de los medios de comunicación, debido a escándalos como el de Glass.
"Shattered Glass" ha sido una de las películas revelación del 2003, siendo incluso nominado el guión adaptado a un Óscar de la Academia. Eso sí, si por algo será recordada esta película es por la magistral interpretación de Hayden Christensen. Un actor ridiculizado por, en mi opinión, una más que correcta interpretación de Anakin Skywalker en la nueva saga galáctica de Georges Lucas. Con esta película, consigue silenciar a muchos de sus críticos. Veremos cuánto dura.
Proyectos como éste le vienen como anillo al dedo a Mychael Danna. Y viceversa. Para "Shattered Glass" escribe un inteligente score, sustentado en la contención y ese "cuasi-minimalismo" a lo Thomas Newman que tan bien ambienta películas de trasfondo humano. Un trabajo sencillo, sin alardes, donde el piano, las cuerdas y puntuales apoyo de percusiones se encargan de presentar la música.
Una partitura que gira en torno a un leit motiv, que será objeto de exquisitas modulaciones a lo largo de la película. Aunque sus apuntes serán continuos, en cortes como "A Little Bit of Humble" o "Fact Check" podemos escucharlo en todo su desarrollo. Sin olvidar su transformación en una elegía para cuerdas en "Explain" o "Epilogue".
Como temas secundarios, podemos destacar el triste motivo a piano de "Kelly´s Goodbye" o "If your Remain Silent", y su contraste con el divertimento que supone "Forbes.com" o "TNR", donde mete una base rítmica de fondo que nos hace recordar su score de "Bounce".
Un trabajo, en definitiva, que pasa a formar parte del club de scores intimistas de Danna, como "Inocencia Interrumpida", "Antwone Fisher", "Bounce", "La Tormenta de Hielo" o "Corazones en Atlántida".
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