Manuel Ruiz del Corral
Si por algo se caracteriza la música de Craig Armstrong, y por lo que me he convertido en uno de sus más fieles seguidores, es por su habilidad de fusionar y contrastar la sencillez de sus conceptos armónicos y melódicos (con ese carácter íntimo, sutilmente visceral, tan característico), con conceptos extraídos de la música pop y electrónica moderna. Sin lugar a dudas, una fórmula de éxito y calidad en trabajos como “Moulin Rouge”, “Kiss of the Dragon” o “Plunkett and Macleane”.
Si eliminamos la exigencia de este concepto de “arreglo” musical, la música de Armstrong pierde fuerza y contenido de manera bastante tangible (véase, “Love Actually”, “Orphans”, o la aquí comentada “World Trade Center”). Algo que, de forma inexplicable para mí (por la calidad demostrada por el compositor en sus trabajos en solitario y para el mundo del pop, y sus flirteos con la música clásica), desconozco si está motivado por la excesiva comodidad, por las pocas exigencias de los directores (de acuerdo quedarse sólo con obtener ese íntimo sonido de Armstrong, que llega tan fácilmente a todos los públicos, y no buscar nada más allá…), o por ambas cosas.
La cuestión es que, para mi decepción, el score de “World Trade Center” puede ser el más plano realizado por Armstrong hasta la fecha. ¿Íntimo? Por supuesto. ¿Bello y elegíaco? Podríamos decir que sí, por lo menos, desde un punto de vista sonoro y armónico. ¿Han sido estos los requisitos de Oliver Stone para la música del film? Quizás… pero se me antojan bastante escasos.
Repasando el CD, el tema principal (“World Trade Center Cello Theme”) es de indudable belleza y sencillez, construido en sencillas sucesiones armónicas en modo menor, y con un solo de cello reforzando estas sucesiones, marcando una sutil melodía. Con un ritmo lento, casi elegíaco, nos marca el estilo del resto del trabajo.
No espere el oyente mucho más, estando el resto del score impregnado de este carácter lento, íntimo y melancólico, sin momentos especialmente destacables. Quizá las secciones corales resaltan en el conjunto (“World Trade Center Choral Piece”, “Jimeno Sees Jesús”), variando sutilmente la textura “monocroma” de la partitura. Por otra parte, las secciones electrónicas tan características de Armstrong, son en esta ocasión bastante mediocres y poco inspiradas (“World Trade Center Piano Theme”, “Marine Arrives at Ground Zero”…), apenas colorean el concepto principal.
Una apuesta artística que se me antoja algo vaga, independientemente de las exigencias del film. Indudablemente, Armstrong proporciona al CD una sonoridad estimulante, tan empática a la imagen como fiel a su estilo. Pero el devenir musical es plano y conceptualmente homófono.
Piezas como “Ethereal”, “John´s Woodshed”, “Jimeno Sees Jesús” (esta última con referencias a la música Thomas Newman), funcionan bien de manera aislada, pero no sobreviven a una escucha continuada e interesada sin ningún desarrollo rítmico o melódico adicional, sin el efecto del contraste que tan bien ha trabajado Armstrong a lo largo de su carrera.
Si a esto le añadimos la más que constante repetición de los dos temas principales, muy similares en color y factura, sin ningún tipo de añadido, es relativamente fácil que la monotonía se apodere del oyente, y se pierda la belleza del concepto musical planteado inicialmente.
Termino destacando el bellísimo “Ethereal Piano Coda”, donde aparte de repetir una vez más el tema principal, Armstrong nos brinda un pequeño desarrollo temático y rítmico, muy de agradecer.
En conclusión, un score impregnado de belleza armónica e intimismo (esperable por la apuesta fílmica y la elección del compositor), pero de cómoda factura, plano y sin desarrollo musical. Teniendo en cuenta que este sonido ha sido trabajado por Armstrong en muchos de sus trabajos, y que la factura técnica del mismo es creativamente cómoda y efectista (no por ello carente de calidad o interés), era esperable un mayor trabajo en otras líneas, como el desarrollo de los temas principales, mayor heterogeneidad armónica o mayor trabajo con las líneas rítmicas y electrónicas… sin ello, el resultado final se me antoja plano y ocasionalmente mediocre, desde el punto de vista musical.
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