José-Vidal Rodriguez
El 10 de abril de 1979 fallecía en Roma, víctima de una trombosis coronaria, uno de los maestros más destacados que ha dado la música de cine. El milanés Nino Rota entra de lleno en el grupo de compositores a los que el Séptimo Arte no terminará de agradecer sus incontestables joyas sonoras compuestas durante más de treinta años de dilatada carrera. Como de todos es conocido, la figura de Rota siempre quedará asociada a su partenaire artístico perfecto, el no menos genial Federico Fellini. Pero más allá de esta fructífera simbiosis, el compositor ahondaría durante su extensa filmografía en otros registros ajenos al peculiar universo felliniano, consiguiendo igualmente excelentes resultados.
Dentro de este grupo, no sólo obras archiconocidas tales como “El Padrino” o “Romeo y Julieta” suponen muestras de su indudable versatilidad. Rota tuvo también otros flirteos con el cine de “grandes estudios”, entre los cuáles el ejemplo que ahora nos ocupa se enmarca de lleno en el grupo de sus mejores creaciones. "Death On The Nile", superproducción que constituyó la segunda adaptación cinematográfica de una novela de Agatha Christie tras la exitosa “Asesinato en el Orient Express”, fue también la última de las grandes obras compuestas por Rota antes de su fallecimiento. Mia Farrow, David Niven, Peter Ustinov o Bette Davis conforman parte del espectacular reparto conducido por el director John Guillermin, que logró dar el suficiente empaque a esta nueva trama del detective Hercules Poirot: diez pasajeros de un crucero por el Nilo son los sospechosos del asesinato de una rica heredera norteamericana, y practicamente todos ellos tienen más de una razón para haber cometido el crimen. Situación más que propicia para que el mítico Poirot ponga de nuevo su materia gris a funcionar para descubrir al culpable.
Para musicar el exclusivo entorno de lujo y pomposidad del crucero, y los devaneos, intrigas y dudas de un crimen a resolver, Nino Rota acude a un tipo de música que siempre se sitúa en un contexto de suntuosidad y lirismo envidiables. De hecho, si una palabra define la partitura del italiano, esa es sin duda la elegancia. El escenario elitista de la trama inspira al autor para ofrecer un ramillete de melodías lujosas, ampliamente melódicas, con la misma exquisitez de la que siempre ha hecho gala, pero en esta ocasión dotadas de un acabado más ampuloso de acuerdo con el cariz aristocrático de la tripulación del “S.S. Karnak”, la embarcación a vapor que remonta el Nilo y sirve de marco a las intrigas del filme.
El tema escuchado en los ”Main Titles” es la muestra más clara de que nos hallamos ante un Rota más contundente de lo habitual y ampliamente dotado -si alguna duda quedaba- para quitarse el estigma felliniano y poder musicar superproducciones de este estilo. Con el lujoso “Karnak” como un protagonista más de la trama, el italiano compone una fanfarria a cinco notas dominada por un ritmo aminorado e incisivo, que representa magníficamente ese lento, pesado pero imponente navegar de la embarcación. Y con el trasfondo de la belleza del Nilo, el tema acaba derivando en una sutil frase a cuerdas de leve sabor arábigo, que como comprobaremos después, conformará un propio leitmotiv necesario para contextualizar el argumento. En este sentido, es loable cómo el maestro italiano es capaz de plasmar la distinción británica y el exotismo egipcio sin variar en demasía -sobre todo para esto último- la orquestación.
El quinteto de acordes de esta fanfarria central no cesará de sonar durante la partitura, con la intención clara de recordarnos la solemnidad del barco, mientras paralelamente se van sucediendo los trágicos acontecimientos a bordo. Al respecto, escucharemos el tema en la partida del crucero (“The Steamboat Departs”), o a modo descriptivo de las vistas del famoso río (“Journey On The Nile”), y en diversos cortes más de forma levemente sugerida.
Si el magnífico tema de los títulos de crédito es ya de por sí razón suficiente para hacerse con esta obra, qué decir de la segunda melodía en importancia, que funciona además como pretendido tema de amor. El ”Duet (Main Love Theme)” es la constatación de que la inspiración de Rota resultaba más que notoria hasta en sus últimos encargos, y que su distinción alcanzaba especiales cotas de genialidad en este tipo de melodías de virtuosa emotividad. El tema, (que ya sonaba en el “Arrival At Wode Hall” concluido por los acordes de la marcha nupcial) no es sino uno de esos cortes indispensables en la filmografía del italiano. Bellísima construcción que en "The Great Pyramids" alcanza resultados insuperables en su conjunción con una potente orquestación, desarrollándose la hermosa melodía base, mientras acotaciones de percusión y metal dotan al conjunto de una grandeza que se enmarca por méritos propios entre lo mejor compuesto por el Rota de la última etapa.
Momentos más oscuros e inquietantes nos ofrece el maestro en ”The Temple of Karnak”, en el rutinario suspense de “Linnet´s Pearls” o en ”The Conclusive Evidence”, ejemplo perfecto de cómo el músico es capaz de abandonar su omnipresente lirismo y volverse netamente incidental, en pos de potenciar la sensación de presagio por la resolución de la trama.
Es obvio que no podía faltar un referente musical asociado al incomparable paisaje egipcio. En "The Statues of Rameses" y sobre todo en "Jackie´s Theme" se recupera, de forma más desarrollada, aquella frase ya mencionada de los “Main Titles” con cierto sabor árabe, pero lo suficientemente elegante -de nuevo tengo que usar este adjetivo- como para funcionar con versatilidad y plena adecuación durante más de una secuencia del filme. No podríamos acabar la reseña sin destacar la enorme importancia que la música diegética alcanza en el score, como forma de ambientar el universo aristocrático de la tripulación del Karnak. Al respecto, el álbum ofrece no pocos ejemplos de los diversos estilos musicales interpretados a bordo, todos ellos perfectamente asimilados por Rota; desde esa especie de charleston del ”I Love My Baby”, pasando por el agradecido tango de “Jealousy” o el delicado "Walz-The White Nile”.
La presente reedición del sello DGR, recién salida del horno, cuenta con el hándicap de ofrecer el mismo tracklist que ya estaba previamente disponible tanto en LP como en aquel compacto aparecido a principios de los 90, “Poirot At The Movies”, que incluía también el score de “Murder On The Orient Express” de Richard Rodney Bennet. 36 minutos que saben francamente a poco, pero suficientes para recomendar sin paliativos la compra del un álbum imprescindible para aquellos que deseen paladear el sabor de la distinción y la grandeza de un músico irrepetible.
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