Pablo Nieto
La diferencia entre un compositor mediocre y un buen compositor, a veces es imperceptible para el oido humano. Desgraciadamente, hay algunos cuya capacidad auditiva la tienen más dañada que otros. En este caso, un ejercicio práctico para evitar suspicacias nunca está de más. Y es que, no hay mejor que comprobar la valía de un compositor al enfrentarse a una mala película. Es ahí donde el mediocre sigue siendo mediocre y el bueno, aún a pesar de las limitaciones, siempre consigue reivindicarse.
John Frizzell ha sido miembro de ambos clubs durante toda su carrera. Cambiando de bandos por etapas. Su supuesto talento ha estado siempre escondido bajo un manto de soluciones musicales grises y poco destacadas. Parece mentira que su mentor en la industria haya sido James Newton Howard. No decimos que sea un mediocre, pero sus chispazos de talento en “Alien: Resurrección” o “Dante´s Peak” y el oasis de “The Winner Prize of Defiance, Ohio”, no son suficientes para alimentar a la hambrienta masa de aficionados de música de cine, siempre ávidos de encontrar ideas y propuestas musicales nuevas. Sin ir más lejor, los casos de Marianelli, Powell, Desplat o Baños (ídolo en Estados Unidos, denostado en los últimos tiempos en nuestro país).
“Stay Alive” (nueva adaptación de un videojuego) es ese ejemplo práctico, de film de consumo adolescente e infumable donde un compositor con empaque debería ofrecer soluciones adicionales, propuestas antagónicas al desarrollo del film. El proyecto ideal para dar un golpe en la mesa y decir: yo soy Jerry Goldsmith, James Newton Howard o Christopher Young. Frizzell no lo hace. Limitándose a escribir el típico score ambiental y atmosférico más relacionado con la labor del ingeniero de sonido que la del compositor puro y duro.
El score arranca con “Enter the House”, donde predomina la agresividad de las cuerdas, y el sonido insano de las campanas y la guitarra eléctrica. Todo ello sobre una base de sintetizadores, omnipresente durante todo el trabajo.
“Loomi Funeral”, es una pieza mucho más sencilla e intimista con piano, arpa y cuerdas, que precede a la estresante “Playing the Game”, y continuaciones como "Finn Plays Alone” o "Strange Things".
El piano será de nuevo el protagonista en “Investigation”, “Phil Dies”, “Mouring Phinn” y “Butch Story”, donde se recupera la melodía de “Loomi Funeral”.
No podemos olvidar "Abigail Is Captured", frenético en cuanto a su ejecución, de nuevo ”contrapunteado” por el lírico y esta vez si acertado “Final Encounter”.
Cuando parecía que Frizzell había decidido exprimir al máximo su talento, dejar a un lado su insulso pasado y apostar por el talento del músico, por encima de la presión de las productoras, “Stay Alive” supone un retroceso notable. La aparición de esa neblina gris que provoca el sopor en el aficionado, y la convencionalidad en el efecto buscado.
Ante esto lo único que cabe hacer, es esperar a que el simpático compositor americano quiera volver a iniciar la carrera. Sino, cada vez sus apariciones serán más irrelevantes. Aunque siempre estará en su mano evitarlo.
Sin duda una de las mejores noticias de este score es su edición discográfica, realizada por la recién creada compañía Nicabella Records. Este tipo de iniciativas en tiempos de crisis para la edición discográfica de scores, debe ser apoyada de forma unánime por todos los aficionados. Y aunque en esta ocasión, hablamos de sólo 1000 copias, a buen seguro que un futuro no muy lejano la cifra se ampliará, esperemos eso sí, que con trabajos mucho más digeribles del propio Frizzell u otros.
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