Jorge L. Viera
Dos bandas sonoras vuelven a la vida, merced a la laboriosa reconstrucción y grabación de William Stromberg y John Morgan, que desde el conocido sello Marco Polo ponen a nuestra disposición trabajos inhallables para el común de los aficionados.
Luego de interesantes ediciones como “David Copperfield” (Malcolm Arnold), “The Egyptian” (Alfred Newman y Bernard Herrmann) , “Moby Dick” (Philip Sainton) o “They Died with Their Boots On” (Max Steiner) entre otras; Morgan y Stromberg viajan en el tiempo hasta los años 1951 y 1952 para encontrar a un Bernard Herrmann más interesado en revivir su carrera de compositor "clásico contemporáneo" (estrenando su ópera "Wuthering Heights"), que en continuar su obra para el cine.
Aún así, y merced a una circunstancia fortuita -un viaje para visitar a su madre-, el compositor acepta trabajar en el largometraje “5 Fingers”, el primero de los dos scores de este disco (cronológicamente hablando), pero que aparece en segundo término en el CD; seguramente por su carácter más potente y tan característico en la obra de Herrmann.
Sobre la banda sonora de “5 Dedos” -que narra la historia de un agente mercenario que vende secretos a los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial- podemos decir que es un claro antecedente musical de “Psicosis” (1960) en el que Herrmann comienza a esbozar ideas que luego escucharemos desarrolladas espléndidamente en la película de Alfred Hitchcock. Los temas "The Film" y "The Safe" son la más clara evidencia de ello. También debemos destacar el track "The Old Street" que fuera reutilizado en “El Séptimo Viaje de Simbad” (1958).
Sin duda alguna, “5 Dedos” nos ubica en presencia del primer score de Herrmann que integramente se muestra no sólo sombrío, sino también provisto de cierta hondura psicológica.
“Las Nieves del Kilimanjaro” (1952) por su parte, tiene otras características. Su historia -que parte de una exitosa novela original de Ernest Hemingway- es un "racconto" de la vida, obra y amoríos que Harry Street (Gregory Peck) realiza en su lecho de muerte para su esposa Helen (Susan Hayward). Estas características del film obligaron al compositor a ser melodramático, faceta que el autor manejaba con absoluta solvencia, pero que no fructificó en bandas sonoras populares, a excepción, quizá, de “El Fantasma y la Sra. Muir” (1947) y “Vértigo” (1958). Las evidencias musicales de este extremo dramatismo podemos encontrarlas en los temas "Nocturne”, “Memory Waltz”, “The Farewell” e “Interludes 1 & 2”.
Pero esto no es todo: para quienes aprecien al Herrmann hitchcockiano, recomendamos escuchar atentamente los últimos dos temas, "The Death Watch" y "Panic". En ellos, el autor se aproxima al estilo que posteriormente le fue habitual, dejándonos satisfechos a nosotros, los aficionados.
Para terminar, "Finale" es un corte a tener en cuenta por la circunstancia de que fue finalmente "exportado" a otra banda sonora del propio compositor, “Viaje al Centro de la Tierra” (1959), en lugar del que el autor escribiera originalmente.
Sintéticamente, nos encontramos ante un muy buen rescate de aquel material que creímos perdido definitivamente. Recomendado en especial para los seguidores de la gloriosa Golden Age cinematográfica.
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