Ignacio Garrido
El prometedor arranque en la música de cine de Antonio Pinto, con su participación en varios de los momentos claves de “Collateral” o su estimulante composición para “Lord of War”, tienen una escueta continuación en su siguiente trabajo editado de forma oficial, la banda sonora de “Cronicas”, un film escrito y dirigido por Sebastian Cordero con vocación de thriller atípico, en el que un reportero de Miami (John Leguizamo), viaja hasta Ecuador siguiendo la pista de un asesino en serie.
Con este punto de partida quizás pudiéramos esperar un trabajo tenso, críptico, basado más que nada en el terror o el suspense. Pero sin ir demasiado lejos de esta ambientación inicial, Pinto opta por acercarse más al drama y angustia del perseguidor y no a la personalidad o actos del asesino perseguido. El grueso del score se basa en una orquestación moderna fusionada con elementos étnicos y acústicos, destacando sobre todo una doliente y melancólica guitarra, cuyo punteo puede incluso llegar a recordar las cadencias melódicas de Gustavo Santaolalla.
El score puramente instrumental es muy breve, llegando apenas a los 15 minutos de duración, aunque Pinto colabora en gran parte de las canciones diegéticas que suenan durante el filme, prácticamente todas ellas de carácter latino, eminentemente percusivas y con ocasionales intervenciones de su guitarra solista.
El corte “Primera Crónica” establece la línea de la composición; una melodía minimalista y obsesiva interpretada a guitarra y acompañada de percusión electrónica y cello, que va creciendo en intensidad pero manteniendo su carácter obsesivo y cerrándose de forma casi agónica. “El Monstruo” se vuelve mucho más oscuro y tenebre reduciendo su paleta orquestal casi a la mínima expresión, jugando con originales y sobrios efectos electrónicos, al tiempo que mantiene una pulsión rítmica amenazadora, pero apenas ofreciendo atisbos melódicos mas que en un par de notas sostenidas. Un pasaje realmente interesante y que da pruebas de que Pinto es un compositor audaz y más que interesante, bastante alejado de los clichés comerciales que pueblan el Hollywood actual.
Su tercer corte, “Manolo” es algo más convencional, al tratarse de un pasaje moderno basado en la electrónica y el punteo ya escuchado de la guitarra española. Ciertas disonancias electrónicas y percusivas adornan en parte un momento algo intrascendente pues repite en cierta forma las ideas iniciales del primer tema. “Puente”, es un breve momento que esgrime la misma idea atmosférica de ambiente oscuro, percusivo que apenas aporta nada, tanto por su escasa duración, como por su nula entidad musical.
“Interrogatorio”, es el quinto corte de score, más interesante que los anteriores por su concepción rítmica y por recordar en parte la orquestación de aquel sugestivo pasaje de “Collateral” (“Car Crash”), pese a que se haga demasiado breve.
El sexto y último tema de Pinto, exclusivamente incidental para la banda sonora, es “Última Crónica”, una especie de reprise del primer corte donde la voz protagonista de la melodía pasa al cello solista, que ejecuta una decadente y afligida variación sobre el motivo desarrollado al comienzo del disco, con el acompañamiento de unas originales percusiones, marimbas y por supuesto guitarra. Un corte de extraña belleza que cierra de forma melancólica la selección musical del compositor, dejando en el oyente, más que ninguna otra, la sensación de saber a demasiado poco, no solo por las escasas -aunque estimulantes ideas expuestas-, sino también por el excesivamente breve desarrollo de las mismas, puesto que seguramente darían para mucho más, de no ser probablemente por las exigencias del film, en manos de un autor en el que se atisba una originalidad y personalidad poco común y desde luego, muy a tener en cuenta.
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