Ignacio Garrido
Para este entretenido episodio de “Expediente X” protagonizado por Julianne Moore y alargado convenientemente para la gran pantalla por su director, el ya bastante veterano en el género de suspense Joseph Ruben (recordemos “El Buen Hijo” o “Durmiendo con su enemigo”), el siempre polémico compositor James Horner optó por elaborar una línea de composición convincente y ajena por completo a los plagios y referencias obvias con un ambiente sonoro que nos retrotrae a composiciones como “El informe pelícano”, “Jack el oso” e incluso por momentos a la más reciente “Casa de arena y niebla”, en su introspectiva visión musical y empleo de la música electrónica. Este último elemento es uno de los campos en los que suele ser agradable escuchar las ideas del compositor, normalmente mucho más inventivas y menos pretenciosas que en las repeticiones de apabullantes melodías más grandes que la vida reconvertidas en el peor de los casos en refritos de tercera o cuarta generación.
Horner crea aquí una atmósfera misteriosa y envolvente, basada en lo melancólico y misterioso de su tema central, una melodía triste y evocadora que transmite el sentimiento de pérdida de la protagonista como un lamento por la desaparición de ese hijo que desesperadamente recuerda en "An Unsettling Calm" y que irá apareciendo progresivamente a lo largo del score de forma bastante acertada. La voz principal del tema viene dada por un violín eléctrico y un envolvente acompañamiento a piano, conjugándose ambos elementos de forma soberbia y si bien se trata de un recurso no especialmente original, destaca aquí lo exquisito de su factura y resolución para con las imágenes del film y la historia que narra. Además destacar los teclados como fuente de buena parte de los mejores momentos de este score de Horner en particular y de las mejores composiciones del autor en los últimos años en general, ya sea a modo de efectos sintetizados como en la magnífica “Chumscrubber” (destacando el genial corte de aquella “Digging Montage”) o como en las apariciones de un bellísimo piano desnudo de todo acompañamiento en la romántica y sentida “The New World”.
Hay pasajes muy hermosos truncados por sonoridades y ritmos percusivos electrónicos como "Remember" o cortes de acción secos y angustiosos como "Containment of a Darker Purpose", que en su fría e implacable sonoridad sintetizada recuerdan (aunque sin tanta inspiración) al extenso segundo bloque de acción dedicado a Camboya en “Beyond Borders”. El conjunto sonoro que hilvana la progresión del score tanto en su melodía central como en sus pasajes más rítmicos, es una adecuada música de tensión y misterio, que sin llegar a resultar especialmente inspirada, resuelve la papeleta de forma digna. La conclusión sin embargo es radiante en el corte "Children, the Unbroken Bond" que desarrolla de nuevo una variación sobre el pasaje escuchado en el citado tema “Remember” y que da paso a los sosegantes créditos finales que recuperan el tema central en su versión más apacible y extensa.
No hay grandes alardes creativos, la paleta orquestal es reducidísima (toda la partitura esta interpretada por teclados y sintetizadores programados, lo cual confiere al score esa aureola apagada, ténebre y triste) y no existen fragmentos a los que agarrarse para evitar la sensación de vacío emocional que sin duda músico y director buscaban, excepto en los liberadores momentos de recuerdo, con lo que la música consigue cumplir su función audiovisual perfectamente. Añadiendo a esto el buen gusto de Horner (o el director del film) por no saturar el film con música de forma continua como suele suceder en esta clase de cintas y pese a que la duración del compacto pueda ser algo alargada al incluir en el cd prácticamente la partitura íntegra lo cierto es que esta banda sonora consigue convertirse en algo más que un trabajo interesante y se merece la plena recomendación para seguidores del compositor e interesados en un sonido ambiental sugerente y lamentablemente menos habitual de lo que nos gustaría a los seguidores del compositor.
La casa discográfica Varèse Sarabande parece haber encontrado un buen filón en la distribución de trabajos secundarios de nombres tan importantes de la música de cine como Horner, Newman, Zimmer o Newton Howard, a los que en los inicios de sus respectivas carreras dieron cobertura y a los que actualmente parecen recurrir para reverdecer laureles de ventas en las novedades que las majors (véanse Decca, Sony, Warner, etc...) rechazan o simplemente no prestan la atención suficiente. El disco en cualquier caso es de nuevo demasiado largo, algo seguramente achacable a la megalomanía de Horner empeñado en ser lo más grande posible en todos sus proyectos, cosa que no beneficia al conjunto del compacto que como curiosidad cabe destacarse, se abre y cierra con unas voces y risas infantiles muy inquietantes que se hacen eco del acompañamiento musical de la abducción infantil (viniendo al caso de la temática del film) más famosa de todos los tiempos, la que hiciese Goldsmith para su obra maestra “Poltergeist”.
|