Ignacio Garrido
De las cuatro obras de James Horner compuestas y editadas en el año 2003, ésta era sin duda la más esperada y la que más expectativas había levantado entre aficionados y seguidores del compositor, por lo que probablemente puede ser la que más decepcionó en conjunto. Sin embargo una audición completa y una valoración a posteriori de la misma, huyendo en ella de la búsqueda de autoplagios, referencias previas o reticencias hacia la personalidad musical del compositor, nos descubre una obra de tremenda fuerza y eficacia, gran capacidad melódica y un trabajo orquestal impecable.
La partitura compuesta por James Horner para este film de hasta hace poco su habitual colaborador y amigo Ron Howard, fue el séptimo en su lista de colaboraciones conjuntas (recordemos "Cocoon", "Willow", "Apollo XIII", "Ransom", "The Grinch", "A Beautiful Mind") y sin duda es el más dramático de todos ellos. Las dos siguientes películas de Howard no han contado con música de Horner como habría sido esperable dados los precedentes y en detrimento del compositor, han acabado en manos de otros nombres tan populares (o más si cabe en los tiempos que corren), como son Thomas Newman ("Cinderella Man") y Hans Zimmer ("El código Da Vinci"). Cosas que pasan.
El film de Howard en cualquier caso ofrecía a Horner la posibilidad de una orquestación peculiar y poco común, aunque desde luego nada desconocida ni especialmente innovadora para el compositor, puesto que ahí tenemos "Thunderheart" o más recientemente "Windtalkers" que igualmente bebían de cierto colorido orquestal y melódico amerindio. Dicho sonido queda aprovechado solo en parte, en favor de un trabajo más basado en el mundo sonoro y melódico de Horner ya de sobra conocido por todos, del que en esta ocasión consigue entresacar mayor profundidad emocional a la que nos tiene acostumbrados.
La historia (excesivamente cercana a un remake no confeso de "Centauros del desierto") ambienta la aventura en la América de 1885 y los elementos que se entremezclan en ella (secuestro de una hija por parte de los indios, su búsqueda a través del país por familiares empeñados en encontrarla, aventuras, drama, magia india, etc...) daban bastante más juego al compositor de lo que finalmente ofrece, pese a que su aportación se muestre vigorosa y con soltura creativa. Además durante buena parte del extensísimo score (de nuevo otro maratón auditivo de la casa Sony Classical de más de 77 minutos, que al menos consigue no superar los interminables 79 de “Las cuatro plumas”) Horner intenta evitar a toda costa el autoplagio al que ya va a estar atado mal que le pese de por vida, aunque acabe claudicando hacia al final con ciertos pasajes y melodías entresacadas de “Braveheart” (su sempiterno tema de amor) y sobre todo de “Leyendas de Pasión” (obra clave de referencia para esta “The Missing” en cuanto a intenciones y sonoridad se refiere y con la que guarda más de un punto de conexión).
No obstante y pese a estas barreras, la batalla no está perdida ni mucho menos pues el compositor se luce en impresionantes momentos de acción en los que recupera su vena espectacular más inspirada y emocionante, destacando el modélico "Rescue and Breakout" y sobre todo en la descripción del viaje acompañada de un tema central bellísimo, contemplativo y de una hermosura única (destacando los cortes "Dask to Dawn" o especialmente "The Journey Begins"), cuyas variaciones, desarrollo y progresión en intensidad dramática son excepcionales y vuelven a ratificar, mal que les pese a muchos, que Horner es un gran músico. El excelso corte final, a modo de resumen de toda la partitura, recorre la acción más trepidante, el lirismo más intenso y el desarrollo melódico más emotivo y conmovedor que el compositor puede alcanzar.
Si bien es cierto que no logra las cotas de inspiración de antiguos trabajos, sí resulta ser una partitura esmerada, con muchos aciertos melódicos (su brillante tema central) y orquestales (la soberbia polifonía de los fragmentos de acción y la propia orquestación esgrimida en ellos), tremendamente dramática en su conjunto (aspecto en el que Horner siempre consigue salir airoso). No se trata en cualquier caso de una obra de referencia del compositor ni de un trabajo innovador, pero al igual que muchos otros autores de gran popularidad y amplio número de admiradores de su particular estilo, si encontramos en este “The Missing” un score especialmente lúcido en cuanto a la personalidad característica del autor, algo que muchos encontrarán de agradecer.
|