Pablo Nieto
Muchas cosas se le podrán echar en cara a Graeme Revell, pero nunca falta de profesionalidad. En el Hollywood actual hay una reducida lista de compositores capaces de elaborar la música de un film con apenas un par de semanas de espacio para componer, grabar, orquestar y montar la música. Revell es uno de ellos, y aunque los resultados son más cuestionables, a los ojos de los grandes magnates de la industria su nombre será siempre muy bien visto.
Como ya demostrara en “Tomb Raider”, Revell es el “Señor Lobo” de la música de cine (“Estoy a veinte minutos de allí. Llegaré en diez” Pulp Fiction). En el caso de “Aeon Flux” , ni Theodore Shapiro ni el dúo Reinhold Heil & Johnny Klimek convencieron a los responsables del film, quienes decidieron apostar por el responsable del 90 % de la música que formaba parte del temp track original del film: Graeme Revell.
A este respecto, esto es lo que opina el compositor neozeolandés en la reciente entrevista concedida a Scoremagacine, al respecto de los scores rechazados: ”Los responsables de un film deberían tratar de plantearse antes de contratar a un compositor, a quién eligen y por qué lo eligen, debiendo tener en cuenta sólo criterios basados en la búsqueda del mejor score posible o al menos el más interesante. Por eso a veces te encuentras en medio de un conflicto entre el director y el estudio, porque uno quería un compositor y los otros han contratado a otro, o simplemente debido a todas estas dilaciones el último compositor se encuentra con muy poco tiempo para desarrollar su trabajo”
Su composición para “Aeon Flux” , es un híbrido de elementos orquestales y sintéticos, con preponderancia de ritmos funky, loops remezclados y samplers techno, en claro contraste con la instrumentación orgánica representada por piano, cuerdas y puntuales percusiones de batería.
El disco arranca con “Bregna 2415”, un corte de sonoridad ambiental con estilizado piano y cuerdas que tratan de evocar el mundo futuro en el que está ambientada esta adaptación de la famosa serie de televisión de la MTV de principios de los 90.
Interesante es la propuesta de “Torture Garden”, donde junto a un gran trabajo percusivo (clave del score), y base acústica, se construye una pieza de sonoridad étnica, de original propuesta. Una idea que será desarrollada en otros cortes como “The Panoptican”, “Grenade!/Monorial Chase”, “The Relical and Beeper” o “Destroying the Memories” aunque en realidad será una constante a lo largo de todo el score. Constante pero no sin contrastes, como lo prueban cortes como “Cloning Discovery” o “I Remember”, donde cuerdas y piano potencian el drama de la historia desde un punto de vista muy personal.
El disco finaliza con el disfrutable corte “Aeon Flux”, una interesante propuesta sostenida a base de guitarras eléctricas, batería y un contrapunto de cuerdas que aportan un logrado tono elegíaco a la música.
Aunque la película, es más de lo mismo: ciencia ficción pretenciosa, con un guión cogido por los pelos y sobreactuaciones (Charlize, el cuero te queda muy bien, pero ten más cuidado a la hora de elegir tus proyectos), la música de Revell se sale de la tónica general, ofreciendo un score digno, que cumple con las necesidades del film, y muchísimo más logrado que precedentes tan poco insignes en su carrera como “Tomb Raider” o “Daredevil”.
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