Pablo Nieto
Después de su poderoso score para "Armaggedon", junto a Harry Gregson Williams, cada nuevo trabajo de Trevor Rabin es esperado con inusitada expectación. Unos para atacarle sin piedad, y otros para disfrutar de su talento creativo y sobretodo, de su "guitarra". En 1999, el director Renny Harlin le reclamó para sustituir a Alan Silvestri al frente del score de su nueva película: "Deep Blue Sea". Rabin era por aquel entonces el compositor de moda, la gran revelación de la música de cine y no extrañó por tanto, su elección.
"Deep Blue Sea" es una trepidante película de acción que nos devuelve al mejor Harlin (el de "Máximo Riesgo" y "La Jungla de Cristal 2"), que tiene como protagonistas a unos tiburones genéticamente modificados que se revelan contra sus "creadores", convirtiendo el moderno complejo científico donde son estudiados, situado en medio del océano, en una trampa mortal. Todos los allí presentes se convertirán en los objetivos potenciales de los tiburones más sangrientos, violentos e inteligentes jamás vistos en una pantalla de cine.
Evidentemente, las comparaciones son siempre odiosas, y más aún si se realiza con la obra maestra del suspense que Spielberg dirigió allá por 1975. Hablamos de "Tiburón", como es evidente. Sin embargo, "Deep Blue Sea" tiene elementos suficientemente atractivos como para reivindicar su valía como producto de entretenimiento más que digno. Los ataques de los tiburones son espectaculares, hay suficientes sobresaltos y sustos inesperados como para no separarte de tu acompañante en toda la película, y los efectos especiales son sobresalientes. Sobre todo los realistas (y terroríficos) tiburones creados infograficamente. A nivel interpretativo, nos encontramos con un film sin grandes nombres pero con interpretaciones muy correctas. La guapísima Safron Burrows, Thomas Jane y LL Cool J hacen creíbles sus papeles. Sobre todo ella (lástima que esta película no sirviera para su lanzamiento definitivo) y el famoso rapero, protagonista de algunas de las escenas más divertidas de la película (matiene durante todo el film, la teoría de que los negros nunca sobreviven en este tipo de historias). No podemos olvidar tampoco la presencia de Samuel L. Jackson en el film. Breve pero intensa. Sufre en sus carnes el omnipresente humor negro de un guión, nada tópico en cuanto a sus giros y final.
Centrándonos ya en la música, hemos de decir que Rabin, como no podía ser de otra manera, recurre a los sintetizadores para construir el score, con el añadido de una imponente base coral. La partitura como tal gira en torno a dos ideas. La primera es el sensacional tema central. Una melodía marca de la casa, estupendamente arreglada con piano, cuerdas y coros, y donde sobresale especialmente, los fantásticos solos de guitarra interpretados por el propio compositor. Alcanzando su momento más destacado en “Aftermath”, aunque no podemos dejar a un lado, las interesantes variaciones que nos ofrece en "Susan Oftens" y "Doctor´s Orders". Adquiriendo un significado muy especial en "Anarchy". Junto al tema central de "Armageddon", éste es sin duda el "gran" tema de toda la carrera de Rabin.
La otra idea fundamental del score es un poderoso, violento e intenso motivo asociado a los tiburones, o mejor dicho, a sus terroríficos ataques. Un tema de fuerza inmensa, donde la música es fundamentalmente opresiva y atonal. Lo podemos escuchar en cortes como "Shark Side" o "Main", pero es en "Anarchy", donde suena con más ímpetu y fiereza. De hecho, "Anarchy" es sin duda el mejor corte de esta selección musical editada por Varése. Un corte que comienza con el violento ataque de los tiburones, al que sigue una imponente y desafiante marcha, asociada a los protagonistas y su lucha contra los escualos. Es un non stop de música de acción, que alcanza su culmen con la brillante variación del tema central reconvertido en tema de acción, sustentando por una base rítmica muy cercana al hard-rock. Éste enlazará con otro motivo de acción tremendo (más Media Ventures imposible), para finalizar en medio de una apoteosis orquestal y coral.
La intensidad, el dinamismo y la espectacularidad de estos temas son complementadas por otros mucho más resposados, tanto a nivel melódico como ambiental. Y es que, es necesario resaltar la eficaz labor de Rabin, dotando de profundidad y suspense a la música. Así, podemos destacar cortes como "Experiment" o "Journey", donde sólo al final "rompe" con la irrupción del tema del ataque.
"Deep Blue Sea" es, en definitiva, un score que hará disfrutar a todos los fans de Rabin. Un trabajo que merece una oportunidad de todos aquellos que piensan que su música no vale nada. Eso sí, lo que está claro es que este hombre nunca deja indiferente.
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