Ignacio Garrido
Era una época de gloria para la música cinematográfica en general y la cumbre para Jerry Goldsmith en particular. Era el fin de la década de los 70 y el grueso de los compositores más grandes de la historia del cine trabajaban al unísono en creaciones magistrales durante un periodo de esplendor que daría lugar a cientos de trabajos que perdurarían en la memoria del aficionado para siempre. Los autores clásicos realizaban sus últimos cantos del cisne, los sucesores se elevaban a la categoría de maestros y los jóvenes talentos esperaban su pistoletazo de salida para convertirse en las promesas de la siguiente década. En semejante caldo de cultivo el más grande de todos ellos, creaba una tras otra, partituras soberbias, de milimétrica fusión para con las imágenes, de calidad e inspiración desatada, con un genio inigualable, sorprendiendo con cada nuevo trabajo, llevando cada vez más lejos con cada nuevo film los límites de la perfección audiovisual y elevando un poco más la categoría y seriedad de la música cinematográfica.
El film, una divertida comedia de robos escrita y dirigida por el amigo del compositor Michael Crichton, nos presenta el golpe que una entrañable banda de ladrones, dirigida por un genial Sean Connery y secundada por el desternillante Donald Sutherland y la deslumbrante Leslie Anne Down, se propone cometer sobre un tren en marcha para hacerse con el oro que este transporta desde Londres hacia Crimea. Las situaciones cómicas se suceden sin parar, con chispazos de acción y momentos de suspense soberbios, aunque donde realmente destaca el film es en la ambientación y recreación de la época y en su gloriosa composición musical.
"El gran asalto al tren" es una de esas imprescindibles piezas de toque de Jerry Goldsmith, una joya deslumbrante, una creación irrepetible creada en un año de magia, posiblemente el mejor año de toda la carrera profesional del autor ("Capricornio Uno", "El Enjambre", "Los niños del Brasil", "Damien: La Profecía 2" y "Magic", nada menos). Pero esta partitura es la maravilla que es por méritos propios, porque ante y sobre todo supone la esencia y la pureza del estilo del compositor californiano en todo su esplendor, vitalidad y elegancia.
La composición arranca en sus “Main Titles” de forma desbordante y pletórica con su mítico tema central de trepidante ritmo y pegadiza melodía, que con pasmosa facilidad se convierte en magistrales variaciones cómicas o amenazadores pasajes de acción. La desafiante capacidad creativa para sorprender con cada nuevo corte como en “Rotten Coat” con la sublime polifonía de la que hacía gala el maestro, el humor socarrón a raudales de “No Respectable Gentleman” y lo que es más importante la pasión musical y la emoción incontenible en sus “End Titles” del mejor y más inspirado Jerry Golsmith quedan expuestos en todo su esplendor en esta joya perenne de la música de cine.
Lo único previamente disponible de esta banda sonora en formato CD era la particularmente extraña edición de la casa Memoir de algún país del este que probablemente ya no existirá con el mismo nombre que cuando editó el compacto y que unía en uno de esos extraños double features dos trabajos del autor que previamente solo existían en formato LP, siendo el otro la igualmente legendaria partitura de Goldsmith pare el western de Blake Edwards "Dos hombres contra el Oeste". Aquel CD contenía los poco más de 28 minutos del LP original y se ve ampliamente superado en duración, sonido y presentación por la actual edición comentada de Varèse que no es una tirada limitada, sino que se trata de una serie especial, con excelente remasterización y presentada en el sistema SACD para mayor disfrute de los que posean la tecnología necesaria para ello. La partitura se ha incluido en el CD prácticamente íntegra (solo está ausente el breve corte "Dead Willy" perdido para desgracia de los completistas), de la que me voy a permitir destacar mi tema favorito entre los nuevos inéditos rescatados para la ocasión, el prodigioso "The First Key/Bordello Raid", cincuenta segundos de genialidad en estado puro donde al maestro californiano le da tiempo a desarrollar más ideas y gran música que a muchos compositores actuales en sus bandas sonoras íntegras. Una espectacular e imprescindible banda sonora de espíritu indomable, otro grandioso trabajo de Jerry Goldsmith.
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