José-Vidal Rodriguez
Parece que el tema de la superación personal en el deporte inspira últimamente a gran parte de los guionistas de Hollywood. Después de ver a Russell Crowe como boxeador saliendo del pozo en “Cinderella Man”, y cuando todavía en España no se ha estrenado la futbolera “The Game of Our Lives”, aparece ahora otro filme basado en hechos reales y con el mundo del golf como conductor de la trama, ”The Greatest Game Ever Played”, cuyo título ya lo dice todo. Producida por la Disney, la cinta narra la historia de Francis Ouimet, un caddie veinteañero de la clase baja americana de principios de siglo, que con su tesón y perseverancia rompió todas las barreras sociales para triunfar en un deporte reservado por aquél entonces a unos pocos privilegiados, alzándose ni más ni menos que con la victoria en el prestigioso U.S. Open de 1913.
Para poner acordes a esta fábula golfista, el actor y director Bill Paxton confía de nuevo en un Brian Tyler algo apagado tras su fenomenal debut hace algunos años. Criticado por algunos por su falta de estilo definido, que le hace acudir en ocasiones a recursos musicales más propios de otros colegas de profesión, Tyler encuentra en esta historia un marco ideal para poder reconciliarse con aquellos que quedamos gratamente sorprendidos con su “Children of Dune”. Y visto el resultado final, no desaprovecha la ocasión, aun cayendo de nuevo en el defecto antes mencionado.
Si algo hay que reconocerle al autor es la versatilidad demostrada en sus más de 30 scores escritos hasta la fecha. Hemos podido oir a un Tyler heróico (“Children of Dune”), frenético (“Timeline”), claustrofóbico (“Frailty”). Pero un registro que le faltaba era precisamente con el que ahora se descuelga, un optimista trabajo que conjuga la épica, la emoción y el costumbrismo con claras posibilidades para explotar una vena melódica poco apreciada en encargos anteriores. Ya desde el primer corte del CD, se hace patente que el autor ha disfrutado escribiendo la partitura. Percibimos a un músico que, impregnado del espíritu triunfalista del filme, se muestra jovial, desenfadado y ante todo tremendamente efectivo, aún cuando aquellos que le achacan cierto vaguedad de estilo sigan teniendo en parte razón. Desde luego, la obra no es rupturista ni un portento en originalidad, puesto que la música se mueve en todo momento dentro de los cánones de un género donde otros sí fueron innovadores. Sin embargo, teniendo en cuenta que Mr. Tyler ha sido hasta ahora un músico generalmente más cumplidor que brillante, resulta grato disfrutar de sus innegables virtudes sinfónicas cuando la historia a la que pone música le da opciones a ello, como aquí sucede.
Entrando en materia, el ”Main Title Overture / The Greatest Game Ever Played” introduce el tema central, un motivo épico a cuerdas que a muchos recordará al espléndido James Horner de ”Leyendas de Pasión”. Su aparición es continua, aunque merece destacarse su versión a piano (”An Unlikely Outcome“) y la que suena durante el epílogo del filme, “Sunset”, cuyos distintos arreglos la hacen aún más épica. Siendo sinceros, la impronta de Horner va más allá de su similitud en este motivo. Sus típicas orquestaciones enfáticas de percusión aparecen en más de una ocasión a lo largo de la partitura, e incluso una sección rítmica de su “Apolo XIII” (cinta en la que curiosamente actuaba el aquí director Bill Paxton), se sugiere levemente en temas como “The Amateur” y “True Valor”.
Así las cosas, no es la melodía principal lo más atrayente de aquél primer corte. Al medio minuto de su presentación, Tyler desarrolla un segundo motivo en forma de optimista contrapunto a cuerdas y percusión, con la frase creciendo y decreciendo paulatinamente, que pasa por ser uno de los fragmentos más estimulantes escritos en su aún corta carrera. Lo usará con profusión para dotar de dinamismo a las escenas de mayor energía del filme (”Ride The High Country”), y lo mejor de todo es que este nuevo recurso seguirá apareciendo a lo largo y ancho del score, consciente el autor de su jovialidad y viveza, presentando su más radiante versión en el rítmico “The Game Is A Foot” (probablemente el highlight del compacto).
Una tercera melodía se vendrá a unir en importancia a las anteriores, la incluida en el “Broken Dreams”. Arranque lírico ciertamente destacado, en el que Brian se decanta por el lado nostálgico de la historia, escribiendo dos correctísimos minutos de música introspectiva, desarrollada por unas dulces cuerdas que se asocian, como su título indica, al cúmulo de sueños rotos e ilusiones por cumplir del protagonista.
Pero lo cierto es que el principal factor que resta interés al trabajo es la gran cantidad de precedentes musicales que el oyente tendrá ocasión de apreciar. Más allá de las similitudes con Horner mencionadas, encontraremos por ejemplo a Thomas Newman en cortes como el “Inmigrant´s Theme” o el “Invitation”, piezas ambas en las que el autor juguetea con las sonoridades de un piano minimalista, aderezado con una orquestación de guitarras muy característica del menor de los Newman; o el “A Call To Arms”, que incluye en su parte final una percusión étnica zimmeriana que va creciendo al compás de la melodía, sugiriendo siquiera levemente el análogo recurso usado en “El Rey León”.
Antes del repise final de los títulos de crédito, y después de 50 minutos de música orquestal, el álbum incluye tres canciones ambientadas en la época, la mejor de las cuáles es sin duda esa simpática “Hello, Hello, Who´s Your Lady Friend” de Joe Jackson (aquel compositor del “Tucker” de Coppola).
Para el que esto escribe, la primera impresión al oír el CD fue de desencanto, teniendo en cuenta las analogías con otros scores de las que adolece el presente. Si restamos importancia a este hecho, no hay duda de que estamos ante un disco que gana con cada nueva audición, una banda sonora eficaz, típica muestra musical de filme familiar yanqui no exenta de momentos brillantes. En resumidas cuentas, un trabajo agradable y de fácil escucha, que no obstante dejará a más de uno con el sinsabor de comprobar las evidentes similitudes que presenta con obras anteriores, algo que por usual en su filmografía debería corregir Tyler en un futuro.
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