Pablo Nieto
"Verano de corrupción" (Apt Pupil) es una más de esas películas que toma como base una novela del maestro del suspense y el terror, el adorado Stephen King. En ella se cuenta la historia de un chico obsesionado con el holocausto nazi, y especialmente, con uno de los Generales del ejercito del Tercer Reich, que participaron activamente en las actividades de los campos de exterminio. Por casualidad, el muchacho descubre que un anciano que reside en su misma población, guarda demasiadas semejanzas con ese general...
Esta película fue dirigida por el interesante director Bryan Singer ("Sospechosos habituales" y la saga de "X-Men"), el cual, como no podía ser de otra manera, encargó el score y el montaje de la misma a su amigo John Ottman. Ottman es una especie de enfant terrible en Hollywood. Su carrera ha sido meteórica, habiéndose asentado en los últimos años como un consumado especialista en thrillers taquilleros y películas de superhéroes. Su fama comenzó con su trabajo para "Sospechosos habituales" (The Usual Suspects), partitura de culto para una película de culto. El tema a piano con el que abre y cierra la película es sencillamente sublime.
Precisamente, una de las principales características de Ottman es la creación de temas principales memorables. "Apt Pupil" no iba a ser una excepción. En esta película su "Main Title" es una intrigante melodía desarrollada a modo de vals, y de preciosista ejecución, ya que Ottman no sólo utiliza el piano (su instrumento predilecto), sino que en ciertos fragmentos la presenta también con extraordiarios solos de violín. Todo esto, teniendo como trasfondo una importante base orquestal y coros.
El resto de la partitura está claramente dominada por este leitmotiv y la oscuridad del argumento. Siendo, asimismo destacable el tema "The Tables Turn" en el que hay una curiosa presentación del Main Title a modo de scherzo, y también el titulado "Cleaning Up", donde la partitura alcanza sus momentos más tensos y agónicos.
El disco (y la película) terminan con dos temas: el primero es el de los créditos finales ("End Credits"), donde Ottman retoma el vals macabro; el otro es la clásica canción alemana "Das ist Berlin", cuya inclusión es del todo lógica atendiendo al tema de la película.
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