José-Vidal Rodriguez
La NASA planea una misión trascendental: El lanzamiento de un cohete con tres tripulantes para conquistar por primera vez en la historia la superficie de Marte. Momentos antes de despegar, un problema con el sistema de soporte vital hace inviable el éxito de la misión. Pero tantos intereses hay en juego que la tripulación es sacada de la nave y ésta despega sin viajeros, mientras que los tres astronautas son conducidos a unos estudios de cine para que simulen ante las cámaras de TV su llegada a Marte, con la amenaza de eliminar a sus familias si se niegan. La NASA pretende evitar así un descalabro sonado y el ridículo ante la opinión pública, objetivos que peligrarán cuando los tres pilotos logran escapar para revelar al mundo la farsa. Este sugerente punto de partida argumental sirvió a Peter Hyams para rodar un entretenido thriller de tintes políticos, con un curioso reparto encabezado por James Brolin, Elliot Gould y el controvertido O.J. Simpson. Al frente del apartado musical, encontramos a un Jerry Goldsmith aún resacoso tras su Oscar logrado por “The Omen”.
El sello GNP/Crescendo editó a principios de los 90 un compacto que, además de presentar el score de “Outland" (Atmósfera Cero), cinta también dirigida por Hyams, incluía una regrabación realizada en Londres de la presente partitura, y distribuida en su día en formato LP. Probablemente por razones comerciales, Goldsmith se vio obligado en dicha edición a introducir múltiples arreglos orientados a hacer más breve y audible una obra que, tal y como fue concebida para el filme, contenía grandes bloques de música incidental y atmosférica, en principio poco atrayente para su publicación. En otro de los loables esfuerzos de Douglass Fake, Intrada se ha hecho ahora con los derechos para publicar el score inédito original, presentado obviamente sin aquellos arreglos y respetando la secuenciación y estructura de los primitivos temas escritos para este ”Capricornio Uno”.
Aviso para navegantes: aquéllos que esperen al Goldsmith frenético de partituras tales como “Rambo” o “Desafío total” se llevarán probablemente una gran desilusión. Salvo por un par de temas vibrantes, el score nos depara una audición en ocasiones dura, plagada de juegos de silencios y presidida por numerosos pasajes de amplia concepción descriptiva. En definitiva, música mucho menos enfática y un punto más ambiental de lo que suelen ser los registros tradicionales del maestro para este tipo de filmes. Pero ello no es necesariamente un hándicap, porque de todos es sabido que hasta los momentos más insustanciales del californiano equivalen a una correcta pieza de cualquier otro compositor. Y eso es precisamente lo que rezuma la obra: corrección absoluta, complementada no obstante por algún que otro arranque musical brillante, así como por un tema central sencillamente apoteósico.
Este motivo central es presentado en el “Main Title”, convertido en una de las sintonías más memorables del autor californiano. Con un agresivo sonido del piano martilleando al oyente (tan contundente como aquel que posteriormente usara en “Acorralado”), y los metales desafiándose en un sensacional diálogo de instrumentos, Goldsmith compone esta poderosa marcha militarista, incisiva, retentiva e imposible de concebir sin el implacable ritmo de percusión que la preside. Una perfecta muestra del dinamismo tan característico del maestro, en gran parte favorecida, como el resto de la partitura, por la sempiterna labor de orquestación de Arthur Morton, el partenaire perfecto de Jerry (con el permiso de Alexander Courage).
Tras este grandioso comienzo del score, más de uno podría sentirse decepcionado con el acabado musical propuesto a partir de entonces. Temas que por su profundo carácter incidental la emparejan con otro trabajo coetáneo de Goldsmith, el mucho menos sugerente “Twilight Last Gleaming”; o que incluso por los efectos que consigue con los instrumentos, sobre todo la percusión (“No Water”), posee ciertos paralelismos con su magna “Planet of the Apes”. Más siendo justos, no es ni más ni menos que el tipo de acercamiento musical que la película requería, una producción más orientada al thriller que a un verdadero filme de acción. Esto justificaría la abundancia en el score de cortes sombríos, tremendamente descriptivos y centrados básicamente en el suspense y la tensión.
Llegados a este punto, resultaría comprensible que algún aficionado, una vez oído el disco, prefiera la anterior versión editada por Crescendo; y ello por la sencilla razón de que las adaptaciones realizadas por Goldsmith en aquélla, hacían más atrayente a la obra en su conjunto, toda vez que las escasas partes melódicas de la partitura estaban más desarrolladas. Ejemplo de lo anterior lo encontramos en el tema de amor, limitado aquí a la anodina versión del “Kay´s Theme (Trio Source)” y a su radiante reinterpretación en “The Celebration”. Una verdadera lástima, teniendo en cuenta las virtudes de una melodía francamente preciosa, que sin embargo carece de mayor presencia en la película y por ende, en su soundtrack original.
Sin ánimo de menospreciar el trabajo de Intrada, lo cierto es que el material inédito incluido presenta, en líneas generales, pocas variaciones respecto a lo ya conocido. De hecho, la mayoría de estos cortes no dejan de tener un caracter tan sumamente aferrado a la imagen ("Capricorn Control", "We Have Landed"), que poco aportan a una escucha desligada de las secuencias para las que sirven de soporte. Afortunadamente, el filme reserva un instante perfecto para que el autor retome su genuino estilo rítmico y vigoroso: el montaje de la frenética persecución de los astronautas por el desierto, tiene su traslación musical en el magnífico ”Break Out” -no me refiero a la versión de la pista 12, sino a la del LP incluida como bonus track-. Un violento tour-de-force iniciado por el tema principal, en el que los continuos cambios rítmicos desembocan en un incesante obstinato a cuerdas, trompas y percusión, mientras que el resto de la orquesta se afana en entonar esa frase presagiante a modo de crescendo, de atronadora resolución final. Por contra, la versión original del citado corte 12, arrastra nuevamente el inconveniente de su marcado apego a las imágenes. Tanto es así que Goldsmith, para la adaptación del LP, lo que hizo fue coger sólo una parte del tema oído en el filme y mezclarla con el último minuto y medio del “The Station”, logrando esta sensacional pieza de acción incluida con acierto como bonus track.
Así las cosas, ¿merece la pena comprar el disco para aquellos que ya posean la anterior edición de GNP?. La respuesta es clara: no, para los que piensen encontrar en el material inédito alguna pequeña joya por descubrir; sí, para aquel fan acérrimo que desee apreciar la totalidad de matices de esta obra tan compleja como sugerente.
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