Pablo Nieto
La verdad es que la fórmula prometía. Un film de acción del creador de “XXX” (Rob Cohen), protagonizado por el último ganador del Óscar, Jamie Foxx, y con la presencia de Sam Sheppard, el inolvidable Chuck Yeager de "Elegidos para la Gloria", que de nuevo vuelve a dejarse ver en un film de "aviones". Sin embargo, este "Top-Gun" del siglo XXI, con avión dotado de inteligencia artificial que pone en jaque a la humanidad... no pasa de ser un fiasco más al estilo de "Broken Arrow".
Musicalmente, resulta curiosa la obsesión del director Rob Cohen por introducir referencias más que evidentes a sonoridades de la factoría Media Ventures, y lo que es más grave: obligar a sus músicos a regirse por dichos patrones.
Randy Edelman ya lo sufrió en "XXX", logrando un resultado más que aceptable, y ahora es BT, el nuevo compositor fetiche de Cohen (ya trabajaron juntos en "A Todo Gas"), el que ha de amoldarse a esas exigencias.
Dicen las malas lenguas que el bueno de Edelman, estuvo trabajando en este proyecto hasta última hora, y que al final pasó lo de siempre. Sin embargo, escuchando cortes como "Edi´s Arrival", seguro que a más de uno se le aparecen todos los fantasmas del sintetizador cutre de Edelman a la hora de la imitación de la sección de metales. Fanfarrias simplonas y casi de saldo.
Con tantas "referencias" (o sea, temp tracks), es evidente que la tarea de BT no ha sido nada fácil. Un compositor de gran capacidad creativa, con las limitaciones propias del que concibe la música de cine en torno a potentes equipos de sintetizadores, protools y ritmos discotequeros de inspiración ibizenca (isla que BT conoce muy bien). Tanto "Monster" como "Under Suspicion" son trabajos de estupenda factura.
"Stealth", arranca bien con un "Main Title" de interesante sonoridades, con presentación incluida del tema central y un aire tecnológico que al film no le viene nada mal. Sin embargo insisto: en cuanto se sale del dos más dos del drum & bass, el rave progresivo y los samplers de cuerdas y se arranca con las bulerías de metales, la partitura pierde credibilidad...
Pero como si de un film de M. Night Shyamalan las apariencias engañan, y a veces la contradicción ayuda a la hora de presentar un análisis lo más certero posible de una banda sonora. Esa contradicción viene ahora, justo cuando el score llega al corte "Thailand". Es entonces cuando esta banda sonora comienza a ofrecer cosas nuevas, decide salir de una mediocridad a la que por desgracia, ya nos estábamos habituando. En "Thailand", se introducen sentidos lamentos de corte arabe, logrando una fusión étnico & electrónica que alcanza su punto álgido en "Tin Man Will Prosecute", de poderosa intensidad, sin tener nada que envidiarle otros cortes como "I´ll Tell you Back at the Boat" o "Henry´s Death".
Sorprende también gratamente el "Love theme", con un guitarreo cósmico a lo Brian Eno, y una melodía muy "ochentera" pero perfectamente integrada en este film del S.XXI.
Las sorpresas no han acabado todavía, y es que los problemas en la post-producción musical del score se hacen más evidentes, cuando nos encontramos con que se requirieron los servicios de Trevor Morris y Michael Dimattia para escribir música adicional en tiempo casi record. Pero no, que nadie crea que ambos compositores se limitaron a trabajar en un par de escenas, el disco puede dar fe, que ambos hicieron cerca de la mitad del score. Cierto, que casi siempre actuando bajo los parámetros musicales y temáticos de BT, pero con la posibilidad de incluir material temático "propio", como ocurre con el corte "The Pilot´s Theme", donde Morris delata su formación durante años al lado de Hans Zimmer, del que toma prestado el famoso y ya cansino tema central de "La Roca". Las referencias a este sampler serán continuas en los numerosos cortes de Morris. El trabajo de Dimattia es sin embargo más oscuro, e intrascendente. Un mero complemento, desarrollo y arreglo de la música de BT, adecuándola a las nuevas necesidades de la imagen (porque que nadie se lleve a engaños, cuando un montaje se cambia el primero que lo sufre en sus carnes es el score).
En definitiva, un disco irregular, o como indicábamos antes: contradictorio. A buen seguro, que de haber tenido un proceso de composición más normal, el resultado habría sido mucho más coherente y apreciable. Porque mimbres y buenas ideas tiene. Lo único que sobran son samplers y compositores.
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