Pablo Nieto
Tras los "crímenes" cometidos con la saga de Batman, Joel Schumacher pasó a ser considerado persona non grata por muchos sectores críticos y de aficionados. Razón no les faltaba, pero exagerar tampoco es bueno. Schumacher siempre ha sido un director de lo más eficiente, con un talento especial para la ambientación de sus películas y la adaptación de guiones poco convencionales. Su carrera ha tenido un antes y un después de "Batman". El antes, lo representan "The Lost Boys", "Línea Mortal" o "Un Día de Furia". Entonces era un director fetiche. El después ha estado marcado por una redención continua con cada film. Redención que comenzó con "8 MM", y que en los últimos años parece estar llegando a su final gracias a "Verónica Guerin" y "Última Llamada".
Pero hablemos de "8 MM". Una película que denuncia algunas de las formas de desviación humana más miserables, la de las snuff movies y todos los géneros y sub-géneros que pueblan el mundo de la perversión sexual, el masoquismo y el gore elevado a su máxima potencia. Nicholas Cage es el actor responsable de llevar el peso de la película, interpretando a un amargado policía encargado de investigar la desaparición de una chica en extrañas circunstancias. La única pista es una película de 8 mm, en la que se ve cómo es torturada, violada y supuestamente asesinada... una snuff movie. Esa pista le llevará a adentrarse en los ambientes más degenerados de la industria cinematográfica de Los Ángeles, con la ayuda de un joven dependiente de una de estas tiendas "especializadas" (Joaquin Phoenix). Sobre este planteamiento, Schumacher construye un film realmente duro, con elevadas cotas de suspense, y donde parece reencontrarse con el talento perdido.
El score corre a cargo de Mychael Danna. Un trabajo atrevido y en gran parte incomprendido, especialmente por su utilización de la música e instrumentación marroquí. De todos es sabido el gusto de Danna por las sonoridades étnicas, africanas, árabes o hindúes. Es precisamente por esto, por lo que muchos vieron en esta elección un mero acto de exhibicionismo musical. Pero nada más lejos de la realidad. El score de "8 MM" está construido en base a dos vías bien definidas. Por un lado es universo de depravación y desviación sexual al que hemos hecho referencia anteriormente, al que se incorpora la investigación policial sobre la desaparición de la chica. La otra idea, gira en torno al drama humano de la desaparición de Cindy.
Empezaremos hablando de la primera vía, de ese ambiente insano, opresivo y perturbador que gira entorno a todo ese corrupto sub-mundo, y que Danna opta por describir mediante la música marroquí. Melodías, sonidos e instrumentos, diferentes, extraños, lejanos y porque no decirlo, impregnados de una sensualidad prohibida que empareja con el mensaje del film. En cierto modo, el mercado del sexo, de tiendas donde dar rienda suelta a todas las perversiones y fantasías sexuales existentes, está asociado consciente o inconscientemente con esos bazares marroquíes en los que todo esta en venta... hasta la carne humana.
Ya en el primer corte, "The Projector", hace acto de presencia este planteamiento. Flauta, percusiones y una base armónica de cuerdas y otra instrumentación étnica, que se asocia a la idea del proyector que reproduce este tipo de películas. Un motivo que será repetido en otras ocasiones durante la película. Ideas y contención musical, repetidas en el corte "The Film". El peligro y la depravación aumentará de forma correlativa al avance de la trama. La música no está al margen de esto, como así lo reflejan cortes como "Hollywood", construido en torno a obsesivas percusiones y cánticos marroquíes, o en especial en "Dance with the Devil". Uno de los momentos más extraños y difíciles de escuchar de todo el disco.
Mucho más ambientales y opresivos son los temas "I Know All About...", "366 Hoyt. Ave." (donde sobresale un solo de voz de mujer a modo de lamento de fondo) o "Scene of the Crime". Temas donde también destaca el recurso al sintetizador para aumentar la atmósfera de tensión. No siendo la única vez, en la que Danna opte por la música electrónica en este trabajo, así, es imprescindible destacar el corte número 12, "Loft", para el que compositor canadiense escribe un vibrante, pero al mismo tiempo oscuro tema con sintetizador, con ciertas reminiscencias Zimmerianas.
La segunda vía musical, como ya hemos comentando anteriormente, se centra en el personaje de Cindy. Danna opta aquí por la vía tradicional del piano apoyado en cuerdas, para crear un motivo triste y contenido, que poder asociar al personaje de la chica. Recurso musical muy de thriller, y que en el caso de "8 MM", bebe directamente de la música de Jerry Goldsmith para "Instinto Básico". Eso sí, resulta bastante curioso, que aunque el tema se refiera a Cindy, su función en el film no tenga por objeto describirla sino recordarla. Un recuerdo, que atormentará al personaje de Nicholas Cage durante toda su investigación. Un tormento, cada vez más cercano al dolor que sienten sus padres tras su desaparición.
Presentado en "The House" y desarrollado en "Cindy" y "What Would You Choose", conviene destacar su presencia en los dos últimos cortes del disco y, por ende, del film, como son "Home" y "Dear Mr. Wells", donde Danna nos regala una hermosa elegía que lo toma como referencia. Un perfecto epílogo para esta historia con final amargo y agridulce.
"8 MM" no es un trabajo sencillo de escuchar, pero no conviene caer en la injusticia de criticar su escasa funcionalidad en la escucha aislada de las imágenes. La música de cine, de vez en cuando necesita valientes que se atrevan a traspasar los límites de ciertos convencionalismos y tabúes estilísticos. Danna pertenece a este club, y este score es uno de los mejores ejemplos.
|