Pablo Nieto
Fallida comedia protagonizada por Jack Nicholson, en la que da vida a un adiestrador de perros que termina enamorándose de una de sus clientas (Ellen Barkin). La verdad, es que el reencuentro de Bob Rafelson con Jack Nicholson, tras el mítico remake de “El cartero siempre llama dos veces”, no pudo ser más decepcionante. Aún así, no todo son elementos negativos en esta película. El score de Georges Delerue es buena prueba de ello. Parece que el compositor galo fue él único que se tomó con seriedad y profesionalidad este proyecto.
Un trabajo que en sus “Main Title” presenta los dos elementos claves del score: un leit motiv escrito para clarinete con marcado aire cómico y estructura clásica, y un tema de amor marca de la casa, con las cuerdas y el piano como grandes protagonistas, así como ciertas reminiscencias al tema principal de “Curly Sue”. Divertidas variaciones del tema central las podemos encontrar en “Hospital Scam”, “Romance and Garage Assault” y formando pareja con el tema de amor en “Making Love”.
Sin embargo, seguro que son muchos los que buscan el Delerue romántico y melódico; para ello nada mejor que disfrutar en toda su dimensión del hermoso tema de amor, en “Love Theme”, “It´s Over”, “The Helicopter”, “The Red Neglee” o los “End Titles”, donde las cuerdas le dan un aire nostálgico realmente apreciable.
Ellen Barkin, o mejor dicho, su personaje Joan no es sólo parte indispensable de la trama amorosa, sino también de la parte “seria”, por llamarla de alguna manera, del film, representada por la amenazante figura del novio mafioso de su hermana.
Para resolver musicalmente este elemento de la historia, Delerue opta por dotar de mayor fuerza sinfónica a la música, como así lo reflejan los cortes “Harry and the Eddie Fight” y “Trough the Hospital”, donde incluso el uso de metales y timbales del final parecen querer trasladarnos al interior de la tormenta de “Joe contra el Volcán”.
Destacar también el sensual uso del saxo en el insinuante corte “Introducing June”, así como la presencia del precioso Nocturno Nº2 de Chopin, utilizado de forma diegética en el film.
A la hora de ensalzar la figura de Georges Delerue se suele tender a ubicarlo como elemento indispensable del universo Truffaut. Y aunque, en tiempos de la Nouvelle Vague, Georges compuso estupendas partituras, fue sin duda su época americana, sobre todo desde que se afincó allí en los años 80, cuando comenzó a labrarse una leyenda que aún hoy perdura. Irónico que la gran mayoría de estos films no sirvieran ni como telefilms de sobremesa, pero es ahí donde quedó constatada la profesionalidad y el talento de este compositor.
Y así, un film tan olvidable como ”Man Trouble”, recupera todo su interés cuando hay que hablar de su música. Uno de los últimos trabajos de Delerue antes de fallecer.
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