José-Vidal Rodriguez
Basada en una novela del imperecedero Stephen King, “Carrie” narra la historia de Carrie White, una introvertida adolescente con poderes telequinésicos cuya solitaria vida, dominada y regida por su agobiante madre (espléndida en su papel Piper Laurie), se verá sobresaltada por su sorprendente elección como Reina del Baile de Graduación en el Instituto Bates en el que estudia, una elección ésta preparada solo para burlarse de ella, circunstancia que desencadenará una serie de acontecimientos inesperados en los que Carrie hará uso de sus extraordinarios poderes mentales.
El “intocable” Brian de Palma rodó en 1976 esta certera adaptación de la novela homónima del rey midas del terror, sustentada en un sobrio reparto en el que destaca sobremanera la dulzura agresiva de Sissy Spacek (sin duda, una de las mejores “feas” de Hollywood), así como las breves apariciones de actores luego consagrados como Amy Irving o John Travolta. El resultado final es una película impactante y tremendamente entretenida, que probablemente figura entre las mejores versiones de una obra de Stephen King que se han rodado hasta la fecha.
En cuanto al apartado musical, hablar de Brian De Palma es hablar de un creador ciertamente preocupado y comprometido con la música de sus películas. En esta ocasión, el filme supuso la primera de las numerosas colaboraciones entre el cineasta y el compositor veneciano Pino Donaggio, un autor de formación clásica pero que curiosamente venía del mundo de la canción pop ligera (premio en el Festival de San Remo incluido, y varias canciones escritas para Paul Anka). De Palma, un director muchas veces incomprendido y criticado por las enormes influencias -para algunos incluso plagios- del cine de Hitchcock en su obra, había trabajado con Bernard Herrmann en sus largometrajes “Hermanas” y “Obsesión”, pero el fallecimiento del maestro neoyorkino en 1975 le impidió contar con sus servicios a partir de entonces. Por ello, intentando buscar un compositor que aportara un resultado musical a imagen y semejanza del maestro, encontró en Donaggio a ese autor novato en el cine al que pudo “moldear” y dotar de un estilo característico que se acercaba en no pocos aspectos al del mítico Herrmann. Pese a que en un principio pudo parecer arriesgada la elección, el sobrio score de “Carrie” sirvió como perfecta carta de presentación para el género del terror de un interesante pero poco prolífico compositor. Un autor que se ha visto con el tiempo postergado a poner música a multitud de series B y encargos de nula repercusión, casi siempre dentro de su Italia natal, pero que no obstante encontró en De Palma a su perfecto partenaire artístico, aun cuándo lleven varios años sin reencontrarse.
La partitura arranca con el “Theme from Carrie”, suave corte melódico de escucha fácil y agradable, que incide en la (presunta) inocencia y candidez del personaje central, a través de una orquestación sencilla en la que las maderas entonarán la frase angular, arropadas por cuerdas y guitarra. El tema es una muestra inequívoca de las innegables raíces melódicas del autor, y lo cierto es que escuchando este onírico motivo, nada hace presagiar la ira contenida en Carrie y los trágicos acontecimientos que se irán sucediendo en el filme, máxime cuando Donaggio tampoco imprimirá en los siguientes cortes una excesiva agresividad o contundencia que identifiquen su trabajo con el terror más extremo. Desde luego, es ahí donde radica la originalidad de la obra e igualmente en donde con mayor claridad se evidencian las similitudes con el acercamiento musical herrmaniano, dada la utilización de motivos más orientados a la psicología de los personajes que a la propia descripción o énfasis de situaciones.
El tema de Carrie lo oiremos en una versión radiante a cuerdas en “Contest Winners”, momento del filme en el que la protagonista es nombrada Reina del Baile en su Instituto. Pero el corte, al igual que el anterior “At the Prom”, es interrumpido bruscamente por glissandos disonantes, que no hacen sino presagiar el trágico y caótico final del baile. A partir de este punto, toda la pretendida suavidad y neutralidad del score, ceden ante la aproximación que vislumbramos en el “School in Flames”, tea en el que Donaggio acude a atonalidades electrónicas que acompañan el terrible despliegue de efectos telequinésicos con los que Carrie White responderá a las burlas de sus compañeros. La escena, el punto de inflexión del filme y el inicio de la sangrienta venganza de la protagonista, nos descubre el lado oscuro y perverso de Carrie, por lo que consecuentemente la música a partir de aquí se abraza a registros sombríos y netamente opresivos.
Pese a lo anterior, en “Mother at the Top of the Stairs” Donaggio introduce una nueva melodía a trompas, flanqueada por pasajes disonantes, en un ejemplo más de que el músico veneciano busca cualquier excusa en la partitura para retornar a ese identificador de la inocencia asentado en lo melódico, aunque sea en los momentos más violentos del filme /lo que supone un acertado contraste musical). La mano del maestro Herrmann se percibe en temas como ”Bucket of Blood” o el primer minuto y medio del “For The Last Time We´ll Pray”, cortes ambos en los que la tensión es sustentada, casi exclusivamente por una sección de cuerda francamente deudora de las líneas expresivas de “Vértigo” o incluso “Psicosis”. Los sintetizadores, en su versión más decadente y dramática, vuelven a aparecer en “Collapse of Carrie´s Home”, un fragmento que sin embargo arranca con una especie de elegía orquestal, con esa clara intención de Donaggio por evocar el lamento de Carrie ante la barbarie de los actos que acaba de cometer.
Dos canciones compuestas ex profeso para el filme, como no podía ser menos por el propio Donaggio, se incluyen en el compacto. Interpretadas por Katie Irving, tanto la letra como la música de ambas siguen el sendero iniciado con el tema principal, en el sentido de subrayar la inicial ingenuidad y dulzura con la que se nos presenta el personaje de Sissy Spacek. Lo que sucede es que su marcado estilo pop setentero no ha aguando bien el paso de los años.
Esta nueva edición de Varése, pese a no incluir material inédito, cuenta con el aliciente de eliminar aquellos fragmentos de audio del filme que recogía el CD anterior de Ryko, cosa de agradecer puesto que en último término esta práctica no sirve sino para romper la cadencia del score. Una partitura francamente stimulante y adecuada en su contexto narrativo, que con los años no ha hecho sino ir ganando adeptos, ideal para descubrir las virtudes de un compositor quizás poco conocido aun para muchos.
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