Pablo Nieto
Conociendo el sentido del humor de Hans Zimmer, puede que la participación de Steve Jablonsky en “La Isla”, haya sido fruto de una broma más que de otra cosa. Esta película de ciencia ficción, acción palomitera y movimientos de cámara made in Michael Bay & Jerry Bruckheimer, los padres de la criatura, gira en torno a un tema tan de actualidad como la clonación. En este caso los clonados son Ewan MacGregor y Scarlett Johansson,cuyo objetivo a lo largo de la peli será descubrir sus verdaderas identidades... y huir de “ellos mismos”.
Pues bien, debió pensar el amigo Zimmer que nadie mejor para una película de esta temática, que uno de sus clones más talentosos, el bueno de Steve Jablonsky. A Bay & Bruckheimer debió parecerles muy bien la idea. Y es que Steve Jablonsky es uno de los nuevos compositores de la factoría Media Ventures que más acusa la influencia de su mentor.
Su salto a la fama, se produjo con la famosa música para el trailer de “Pearl Harbor”, una interesante variación del tema de Zimmer “Journey to the Line”, y desde entonces poco a poco ha ido ganando prestigioso y obtenido “cartel” en producciones como “Lágrimas del Sol”, con su excepcional “Jablonsky Variations” sobre adagio de Zimmer, y otros films en solitario como “La Matanza de Texas”, “Amytiville” y el que es hasta la fecha su score más aplaudido “Steamboy”.
Fue en esos dos films de terror mencionados, donde Michael Bay, productor de la cinta, comenzó a ser consciente del potencial de Jablonsky. Argumento suficiente como para desmontar la teoría de la broma zimmeriana, que este servidor ya estaba dando una importancia desmesurada. Su score para “La Isla”, es Jablonsky en estado puro. O sea, música habilmente entretejida que funciona a la perfección con las imágenes, pero con una influencia tan acusada de samplers que cuestiona y mucho el estilo propio del compositor. Un estilo del que carece, pero que solventa con una camaleónica capacidad para escribir siguiendo directrices y tendencias musicales antagónicas, pero a la postre perfectamente fusionadas.
Hacía tiempo que Milan Records, no apostaba por una banda sonora de tirón comercial entre sus iniciativas. Pero que nadie se engañe, hace tiempo que Milan actúa bajo la batuta de Decca. Y Decca es mucho Decca en el campo de la música de cine.
El disco arranca con el etéreo y apreciable “The Island Awaits You”, donde Jablonsky nos anticipa sus intenciones: mucho guitarreo a lo “Mission Impossible 2”, soporte de cuerdas para la armonía, y omnipresentes percusiones electrónicas. Estas ideas, serán repetidas en otros cortes como “Where Do These Tubes Go?” o “You Have a Special Purpose in Life”. Una pieza, donde se potencia el recurso de coros y cuerdas, que elevan el aire elegíaco de la música al tiempo que nos presentan una de las melodías principales del film. En realidad, el único leit motiv, por llamarlo de alguna manera, apreciable en esta partitura.
Cortes como “I´m Not Ready to Die” o “This Tongue Thing´s Amazing”, aportan un aire más contenido, pero no menos ecléctico a la música. De nuevo la melodía central, esta vez arropada de un melancólico piano, mayor profusión de cuerdas y un aire etéreo claramente influenciado por el Harry Gregson-Williams de “Spy Game” o “Veronica Guerin”.
Mucho más predecible, y menos interesante, es la estética de diseño construida para piezas de estructura techno como “Starkweather”, “Agnate Ukuleles”, “Mass Winnings” o “Send In The Clones”. En todos ellos, muy importante el uso de la percusión y el sentido del ritmo, siendo especialmente trepidante en el último corte mencionado.
Curiosa la presencia de elementos hard rock, sobre todo a nivel de guitarras y percusiones en cortes como “Sector 6”, “Renovatio”o el apabullante “The Craziest Mess I´ve Ever Seen”; y sobre todo, original canción trip-hop escrita por el propio Jablonsky y perfectamente integrada en el score la que aparece en “Mass Vehicular Carnage”. Muchísimo más interesante que la canción “Blow” de “The Prom Kings” con la que termina el disco y la película. Una concesión comercial a la que ya estamos acostumbrados.
Por supuesto, no podemos terminar esta reseña sin hablar del mejor pero más controvertido tema del disco “My Name is Lincoln”. Una preciosa pieza para coros y orquesta, que arranca con un nuevo apunte contenido del tema central, con las ya consabidas cuerdas, coros y guitarreo “M:I 2”, pero que de repente se transforma en un cántico celebratorio new age, a medio camino entre uno de los adagios de cuerdas más famosos de “Pearl Harbor”, y el no menos conocido “Now We Are Free” de "Gladiator".
Insisto, un tema a reivindicar, muy disfrutable pero que no evita que debamos cuestionar su originalidad, y la de su autor. Esperemos que al igual que los protagonistas de “La Isla”, pueda Steve Jablonsky encontrar su verdadera personalidad musical.
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