Pablo Nieto
Que Hollywood ha visto un filón en las adaptaciones cinematográficas de comics, es algo que salta a la vista. Y que en los últimos años la calidad, el presupuesto, la expectación y el éxito de estas producciones es cada vez mayor, es también evidente. Sin embargo, el mercado está muy cerca de su saturación. En este mundo en el que vivimos, la sobreexplotación está a la orden del día, y en Hollywood pueden dar fé de ello. Cuando les da por algo, suelen exprimir tanto el producto hasta sacarle el último dolor, que terminan por destruirlo, no sin antes desentenderse de el para centrar sus esfuerzos en una nueva gallina de los huevos de oro.
Los Cuatro Fantásticos, es el último producto de esta temática llevado a la gran pantalla. Un film que no engaña en su oferta inicial: entretenimiento sin pretensiones. Un film alejado de la introspección psicológica de “Batman Begins” y la suciedad y la violencia de “Sin City”, las otras dos adaptaciones de comics que le han precedido. Debe ser que cuanto más nos acercamos al epicentro del verano, menos conviene hacer trabajar las neuronas del pobre y sufrido espectador.
El extraordinario trabajo de John Ottman para “X-Men 2”, le abrió de par en par las puertas del universo comiquero. De hecho, junto al anuncio que confirmaba su participación en ”Los Cuatro Fantásticos”, nos enterábamos de su fichaje por “Superman Reborn”.
Muchas eran las expectativas puestas en este score, pero a la vista del resultado final no podemos más que sentenciar que estamos ante una partitura completamente decepcionante, y preocupante. Decepcionante porque orquestalmente es pobre y predecible; porque su tema central es simplón (a años luz del inspiradísimo leit motiv a lo “Lifeforce” de “X-Men 2”); porque la música de acción es redundante... Preocupante, porque visto lo visto, a los productores les empieza a gustar Ottman para películas de esta temática. Casualidad o no, un compositor con unos clichés y un cierto sentido bufo de la música de cine muy parejo al del compositor de cine por excelencia del género: Danny Elfman.
Lo curioso de todo esto es que la influencia de Elfman es tan alargada, que en cuanto un compositor rompe los parámetros preestablecidos para el género, los que venden como verdades absolutas sus gustos personales, son también los primeros en alzar la voz para criticar el espíritu artístico libre. Sin ir más lejos, tenemos un buen ejemplo con "Batman Begins".
En fin, influencias y decepciones aparte, lo primero que llama la atención son las buenas intenciones de Ottman con este score. Muy ambicioso en su propuesta, y eso es algo que es de agradecer. Sin embargo, por alguna extraña razón no termina de darle el toque adecuado a la música, y al final el resultado es el contrario, encontrándonos con una partitura mal hilvanada, construida a base de pegotes y sin saber muy bien a donde va.
Temáticamente, conviene empezar hablando del tema central. Presentado en los “Main Titles”, está escrito para gran orquesta, destacando los poderosos metales y el uso coral. Sin embargo, todo esto no son más que fuegos artificiales. Cierto que Ottman no es un Williams o un Goldsmith, pero con el precedente de "X-Men 2" esperábamos algo más inspirado, o simplemente que mantuviera un nivel parecido. Pero ni con esas.
El tema en sí, será continuamente repetido con más o menos variaciones en otros cortes complementado la acción o momentos más pausados. Así, tenemos los ejemplos de “Superheroes”, “Experiments” o “Power Hungry”. Será complementado por otros motivos secundarios, asociados a la amistad de los cuatro fantásticos, escuchado en cortes como “Changing”, “Experiments” o el emotivo final de “Fantastic Proposal” donde se fusiona con un reprise del tema central.
También nos encontramos un motivo asociado a las investigaciones de la mutación de los fantásticos, que podemos apreciar en “Cosmic Storm” o “Lab Rat” entre otros, o uno de tonalidad más oscura y asociado al personaje del Doctor Doom, presente en cortes como “Bye, Bye Ned” o el largo pasaje de acción de “Battling Doom” (donde de nuevo habrá presencia del tema central).
La verdad es que el año de John Ottman está siendo decepcionante a más no poder (salvando eso sí "House of Wax"). Y es que a este compositor, parece que le puede la presión, pues cuanto más expectativas se crean sobre él, más suele decepcionar. Ya le pasó en sus comienzos cuando tras realizar “Sospechosos Habituales”, entró en una crisis creativa importante. Lo mismo que le ha ocurrido ahora tras “X-Men 2”. Una lástima, pues es de los pocos que realmente aman la música de cine.
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