Pablo Nieto
Ni “Kramer contra Kramer”, ni “La Guerra de los Rose”, la nueva moda en relaciones de pareja la ponen en práctica “El Señor y la Señora Smith”. Dos asesinos a sueldo, unidos por el amor, y que durante años han vivido ignorando la verdadera profesión de su compañero de “juegos”, así como de lo cruel que sería el destino con ellos al plantearles una inesperada prueba de amor y sumisión: acabar él uno con él otro.
Con un argumento que parece el borrador del guión de “Spy Kids” pero con más mala leche, y una segunda parte bastante retorcida y bizarra de “Mentiras Arriesgadas”, Brad Pitt y Angelina Jolie se convierten en la pareja de moda del verano. Dos de los actores más deseados, y que han traslado su pasión a la vida real. Machismos y feminismos a un lado, lo de la señorita Jolie ya empieza a ser digno de estudio. Película que hace, romance que tiene, pareja que rompe y satisfacción que obtiene. Con ella, los abogados de Los Ángeles se están forrando. Eso sí, al amigo Pitt es para darle de comer aparte, y es que primero fue Gwyneth Paltrow y ahora Jennifer Aniston quienes han sufrido los caprichos del actor. Primera regla de oro: donde tengas la olla...
Dirigida por Doug Liman, responsable de “El Caso Bourne”, la elección de John Powell, autor de la música de aquella película, parecía más que obvia. El resultado sin embargo no es del todo lo brillante que esperábamos. Y mucho menos, si lo ponemos en comparación con otros trabajos del autor para este tipo de cine, como “Paycheck”, “Agente Cody Banks” o las dos partes de la saga Bourne.
Aún así, un score aceptable y que cumple a la perfección su labor con las imágenes, compartiendo protagonismo con canciones de Soft Cell, Joe Strummer, The Righteous Brothers o Captain & Tennille.
Un trabajado asentado, sobre un preciosista tema de amor para guitarra acústica y española y delicioso aire latino, presentado en “Bogota” e “In the Bedroom”. Una elección bastante obvia, pues continuamente se apela al lugar donde se conoció la pareja.
El spanish flavour (guitarras, bandoneón, percusiones, palmeos y melodías) del score estará omnipresente en esta partitura, alcanzando momentos de gran brillantez en los post-modernistas tangos de “His and Hers” y sobretodo “El Tango de los Assassinos”.
Esa influencia también será palpable en practicamente todos los cortes de acción. En ellos donde nos encontramos al típico Powell de poderosas percusiones, ritmos desenfrenados, intensidad orquestal y continuos crescendos de metales. Eso sí, mucho menos inspirado que de costumbre; excesivamente descriptivo y redundante. No significa esto, ni mucho menos, que no sea disfrutable este score. Pero si que va siendo necesario que John Powell de un salto evolutivo en sus orquestaciones y recursos para este tipo de producciones. Aunque quizás, el problema no radiqué en cambiar su estilo, sino en cambiar los proyectos...
Aún así, son realmente apreciables cortes como “John Drops In”, donde nos encontramos un par de guiños a Beethoven, “Minivan Chase” con unas referencias intercaladas de guitarra eléctrica al tema de amor entre el estruendo orquestal, “Hood Jump” el gran tema de acción de aire latino del score, o el estimulante epílogo de “The Next Adventure”, de nuevo con presencia del tema de amor, está vez con el habitual ritmo funky de Powell y una mayor presencia de la orquesta.
El score se completa con una serie de cortes de aire desenfadado y que potencian el elemento cómico de la historia como “Playing House”, “Office Works” y otros donde, se aboga por crear un clima propio de thriller como “Assigments”, “Two Phone Calls” o “Kiss and Make Up”, con un brillante monólogo de percusiones en su parte final.
En definitiva, un trabajo correcto, pero sin excesivos alardes. A Powell debemos exigirle mucho más, porque puede darlo.
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