Pablo Nieto
El dinero, como eje del pensamiento humano. Como obsesión que irremediablemente lo condiciona todo. La crítica a los que lo poseen en abundancia, es consustancial a la envidia por ser uno mismo él que disfruta de tal privilegiada posición. Hay personas autodenominadas idealistas que defienden otros valores que están por encima del dinero, del poder. El amor, la amistad, la salud... hacen bien en denominarse idealistas. Lo son.
La realidad es, por desgracia, bien distinta; y digo por desgracia porque yo también me considero un idealista. Como Santiago, como Marta, como Carlos.... amigos durante 15 años, idealistas convencidos y de irreductible pensamiento anticapitalista, que ven como el dinero, el maldito dinero, convulsiona sus vidas, tambalea sus matrimonios y relaciones de pareja, condiciona sus profesiones y deja herida de muerte una amistad supuestamente sólida, pero a la postre tan manipulable como el resto de instintos y emociones humanas.
Gerardo Herrero realiza un admirable ejercicio de autocrítica de nuestra sociedad. "Las Razones de mis Amigos", retrata esa base hipócrita sobre la que se asientan todas nuestras convicciones. Para ello parte de una interesante premisa: tres amigos se reúnen una vez al mes para comer juntos, para rememorar viejos tiempos y autoreafirmar los valores que les unieron antaño. En una de esas comidas, uno de ellos (Carlos), pide un préstamo de ocho millones para salvar su empresa de informática, que por supuesto, le son prestados. La amistad por encima del dinero... pero por poco tiempo. Su devastadora caja de pandora acaba de ser abierta. Pasarán los meses, y Santiago y Marta le reclamarán el dinero a Carlos, una petición a la que no puede hacer frente en ese momento. El triángulo perfecto se resquebraja y los efectos colaterales se extienden individualmente a cada uno. La demolición de un mito como la amistad arrastra al resto de ellos. La crisis de identidad y existencial personal de cada uno, es estupendamente reflejada por las imágenes de Herrero. Imágenes llenas de amargura y desengaño vital. Algo a lo que ayuda y mucho, las brillantes interpretaciones de Joel Joan (Santiago), Marta Belaustegui (Marta), Carlos (Sergi Calleja) y Ainhoa, la mujer de Carlos, interpretada por la excelente Lola Dueñas.
"Las Razones de mis Amigos" supuso la primera colaboración de Herrero con Lucio Godoy, reincidiendo posteriormente en "El Lugar Donde Estuvo el Paraíso" y "El Principio de Arquímedes". La temática del film es coherente con el resto de su filmografía, de hecho, ahí tenemos "Marta y Alrededores", "El Cielo Abierto", "Los Lunes al Sol"... todas ellas películas que tocan algunos de los ejes de este film de Herrero: la amistad, la crisis existencial de la treintena, el paro.
Musicalmente hablando, es un film resuelto con la eficiencia y profesionalidad habitual de este compositor hispano-argentino. El score está perfectamente ajustado a las imágenes, apareciendo en el momento justo y potenciando el uso de silencios (una de esas virtudes poco reconocidas, pero fundamentales a la hora de la construcción de una banda sonora). La música es sencilla, con instrumentos bien definidos, como el piano, la guitarra o la marimba, y con la omnipresencia de las cuerdas como elemento ambientador y unificador de la relación a tres que conforma el eje del film.
Tematicamente hablando, no hay una uniformidad melódica. Y aunque, si bien es cierto que hay un par de motivos que son usados con más reiteración que otros, lo que prima en esta partitura es una sonoridad única e invariable, ya estemos ante cortes con instrumentos solistas, o en otros en los que se da más preponderancia a la orquesta.
No es habitual, ver la música de cine española publicada en discos, y muy especialmente el trabajo de Godoy. El cual, como reconoce en la entrevista que nos ha concedido, tampoco es muy proclive a autorizar la publicación de su música a cualquier precio y sin unas mínimas condiciones de calidad técnica. Ese inconformismo no debe ser entendido como una lógica expresión del ego del autor, que desea que su creación sea tratada con la misma exigencia con la que él la compuso, sino como un profundo respeto por el aficionado que invierte su dinero en el disco.
La edición de JMB, nos permite disfrutar de una pequeña porción del score de Godoy, trece cortes de apenas 20 minutos, haciendo especial mención al último corte “Nada”, estupenda canción de toque jazzístico, interpretada por Olga Román. Hay otra canción incluida en el disco, “Durante” de Jorge Drexler, pero en ella nada tuvo que ver Godoy.
Entre los cortes más destacados, debemos comenzar por los preciosos títulos de créditos (Títulos), donde se establecen los parámetros generales del resto de la música, destacando muy especialmente la retentiva melodía, e un intimismo muy cercano al John Powell de "Yo soy Sam". Aunque que nadie se equivoque, es 100 % Godoy. “¿Cuántas estrellas caben aquí?” contiene un hermoso motivo a piano, con las cuerdas acrecentando el dramatismo en ese segundo plano tan buscado por el compositor. Un dramatismo, que se hace especialmente acusado en el comienzo del corte “No pueden Dormir”.
El piano y la guitarra son los protagonistas del corte “Ainhoa y Pablo”, pausado y evocador. Un corte de aparente sencillez, pero ya se sabe, lo sencillo a veces es lo más complicado. No podemos terminar sin hacer referencia a una de esas repeticiones melódicas a las que hacía referencias párrafos más arriba, la encontramos en los cortes “Encuentro/Despedida” y “Todo en su sitio...”.
En realidad, al destacar estos cortes por encima de los demás, estoy yendo un poco contra el espíritu lineal y unitario de la composición. Es precisamente esa la gran virtud de este trabajo. La sensación global de la música, es algo buscado y como tal, destacar individualidades por encima del equipo podría considerarse injusto. Aunque, eso sí, en todo conjunto siempre hay elementos más destacados o que subjetivamente llaman más la atención. Eso es precisamente lo que he querido remarcar.
La edición discográfica de "Las Razones de mis Amigos", se complementa con seis cortes de la música escrita por Lucio Godoy para un interesante corto dirigido por Jorge Torregrossa titulado “Mujeres en un Tren”. Un trabajo, que el propio autor reconoce que tiene cierta influencia hermmanniana, o como muy bien se matiza a posteriori: “Bebe de las mismas fuentes que bebía Hermmann”. Por lo curioso del encargo, es todo un acierto la inclusión de este breve score como bonus track en la edición.
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