Joaquín R. Fernández
Don Davis es un autor que, aun habiendo trabajado desde los años ochenta como compositor y orquestador de numerosos productos cinematográficos y televisivos, sólo ha alcanzado la fama a finales de la década de los noventa, justo cuando los hermanos Wachowski volvieron a contar con él tras su colaboración conjunta en "Lazos Ardientes". Ese proyecto fue, obviamente, "Matrix", filme en el que dejó todo su talento y que, desde luego, ha marcado un antes y un después en su carrera. Así, Davis ha pasado de componer la música de "Soldado Universal. El Retorno" a trabajar en grandes producciones de Steven Spielberg, tal y como se pudo comprobar en la tercera entrega de "Parque Jurásico".
Don Davis nació en Anaheim (California) el 4 de febrero de 1957. A la edad de nueve años ya tocaba el piano y la trompeta, y a los doce incluso escribía sus propias piezas musicales. En la UCLA se especializó en composición y teoría musical, y tras su graduación prosiguió sus estudios con Henri Lazarof y Albert Harris. Fue éste precisamente el que le presentó a Joe Harnell ("El Increíble Hulk", "V"), quien enseguida se convirtió en su mentor y le introdujo en el mundo de las bandas sonoras para cine y televisión. Sus aportaciones iniciales eran de orquestador, pero pronto pudo componer él solo la partitura de algunos episodios de importantes series de televisión ("Hart to Hart"). Conviene recordar aquí que Davis ha ganado dos premios Emmy gracias a sus colaboraciones en el medio televisivo.
Sin embargo, esta sólida trayectoria profesional no mereció un reconocimiento del gran público hasta que se estrenó "Matrix", transformando a este autor casi anónimo en uno de los compositores a tener en cuenta en el Hollywood actual. Gente como Rolfe Kent o J. Peter Robinson también llevan años intentando hacerse un hueco en la Meca del Cine, pero, por desgracia para ellos, no han tenido la suerte del propio Don Davis o de compañeros como John Ottman o John Powell, cuyo prestigio ha crecido notablemente en los últimos años.
Es evidente que participar en una película de culto abre muchas puertas, y eso es algo que el propio Davis comprobó a los pocos meses de estrenarse "Matrix". En marzo de 1999 aparecía en el mercado un compacto que incluía las canciones que se escuchaban en parte del metraje del filme pero que, desgraciadamente, se olvidaba de la partitura original del citado autor. El éxito en la taquilla de la película precisamente propició que Varèse lanzara poco después un disco en el que se recogía media hora de esta música, un minutaje un tanto exiguo pero que suele ser muy habitual en las ediciones de esta discográfica.
"Main Title/Trinity Infinity" es un excelente ejemplo de lo que el oyente hallará en esta banda sonora. Grandes sonoridades y apoteósicas atmósferas se desarrollan a través de una vigorosa orquesta, especialmente brillante durante los últimos minutos de la pieza. La fusión entre imágenes y música es aquí ejemplar, una buena prueba de que un autor no alcanza la genialidad únicamente por emplear melodías que magneticen al espectador. Sin duda, los trepidantes movimientos de Trinity son captados a la perfección por las furiosas notas de Davis, que parecen alentarla en su incansable huida.
La característica atonalidad de gran parte de la partitura se manifiesta claramente en algunos cortes del compacto ("Exit Mr. Hat"), prueba de que este tipo de música sólo puede apreciarse teniendo en cuenta su contenido visual. Por otra parte, Davis refleja a la perfección la mística y la épica de la historia ideada por los hermanos Wachowski gracias a la sabia utilización que hace de las voces ("The Power Plant"), sorprendentemente intimistas en algunos de sus pasajes ("Welcome to the Real World"). Probablemente una de las mejores pistas del disco sea "Ontological Shock", una grata muestra de la magnificencia musical de Davis y de su habilidad para narrar con sus notas lo que está sucediendo en pantalla. Finalmente, "Anything is Possible" mezcla con soltura lo dramático y lo heroico, transformándose en una espectacular representación de la leyenda en la que ya se ha transformado Neo.
Respecto a la banda sonora de "Matrix Reloaded", la edición que se puede encontrar en las tiendas se presenta acompañada de dos discos. El primero está repleto de canciones, casi todas ellas con una presencia mínima en el filme. No falta tampoco el habitual arreglo con música electrónica del indispensable Paul Oakenfold, un autor que vive de los trabajos de otros y que, particularmente, no entiendo a qué viene su elevada estima en el medio cinematográfico. Es en el segundo disco donde hallamos parte de la música de Don Davis para la película, comenzando con "Main Title", una acertada variación del ya conocido tema central del anterior filme. Nuevamente los vaivenes orquestales son los protagonistas de su desarrollo, algo que también se puede comprobar en "Trinity Dream", donde se reconocen, camuflados, algunos sones de la saga.
"Mona Lisa Overdrive" es una pieza musical compuesta por Don Davis y Juno Reactor, una mixtura entre orquesta y sintetizador que, personalmente, no me resulta muy acertada en su vertiente electrónica. Claramente atmosférica y descriptiva, sigue los patrones habituales del estilo "Matrix", incorporando en su desenvolvimiento momentos que, a pesar de su brevedad, cabría calificar de especialmente brillantes gracias al empleo de los coros. "Burly Brawl" incide en la misma técnica ya comentada en el anterior corte, volviendo a ser sus fragmentos vocales, intensos en su épica, los más espectaculares de la partitura. Ambas piezas cumplen con creces su función dentro de la película, brindándole la vitalidad necesaria a las imágenes de los hermanos Wachowski, en especial cuando se produce el combate entre Neo y el Agente Smith.
Finalmente, "Matrix Reloaded Suite" es un larguísimo corte de más de diecisiete minutos en el que se mezclan temas de distinta vehemencia. No obstante, sorprenden algunos interludios serenos y hermosos, algo poco habitual en una partitura dominada por el frenesí. No faltan tampoco segmentos intrigantes y sibilinos, demostración evidente del variado contenido de la película. Y, como apuntaba antes, los coros vuelven a ser lo más interesante de una banda sonora que va algo más allá, al menos en su vertiente dramática, que su predecesora. Los elementos de acción siguen siendo, obviamente, igual de contundentes, aunque vuelvo a resaltar el auge de lo épico, sin duda debido al deseo de los directores de que su historia alcance ciertas cotas de misticismo.
"Matrix Reloaded" supone, pues, una evolución en la saga "Matrix", siendo algunos de sus ingredientes más ambiciosos que los que conocimos en el anterior trabajo de Davis. Sus fragmentos electrónicos me siguen pareciendo, sin embargo, desangelados y prescindibles, una sucesión de ruido que, por cierto, contrasta con el dramatismo que el compositor parece insuflar a buena parte de su nueva obra.
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