Antonio Pardo Larrosa
2+2 no siempre son 4, al menos desde un punto de vista filosófico… Esto que para mí es el pan nuestro de cada día no siempre se adecua al canon de lo convencional, ya que, para el común de los mortales, ese que no filosofa, sino que fisolofa, 2+2 siempre serán 4. Ahora bien, tomando como ejemplo que 2 peras + 2 peras suman 4 peras, entonces podría decirse que esto es del todo cierto; pero sí del mismo modo cogemos 2 peras y 2 manzanas, estas jamás sumarán 4 (peras, en todo caso), porque el resultado de su adición será que hay varias piezas de fruta (solo 4 en este supuesto). Esto que a priori puede parecer un galimatías no lo es tanto sí se toma como referencia la propia trampa del lenguaje, algo que para muchos pasa inadvertido. Pues bien, esta realidad numérica se puede extrapolar a la realidad musical que pone en entredicho la realización de una determinada obra. De la misma manera que 2+2 no siempre da como resultado 4, tampoco se debe pensar que una superproducción épica/histórica tiene que llevar asociada una partitura sinfónica, aunque la mayoría de los aficionados piensen que deba ser así. La historia del celuloide está repleta de ejemplos que dan por buena esta afirmación desechando la teoría sinfónica como única propuesta. Obras de músicos tan importantes como Jarre, Horner, Zimmer o Goldsmith –el gran reformador- se suman a la compuesta por el compositor argentino afincado en España Bruno Valenti, “Legend Of The Lich Lord”. Es por esto que debemos desterrar de nuestra mente selectiva esa idea preconcebida que se ha establecido como norma en las sociedades musicales de nuestra época, de ahí que se establezca que una producción de esta naturaleza no tiene que llevar implícita una idea sinfónica.
Tomado como cierta esta aseveración se entiende la propuesta del compositor, idea que utiliza como único vehículo de expresión los sintetizadores –las librerías también tienen su importancia-, hecho que lejos de desvirtuar la historia la dota de un realismo primitivo –cómo si de una maqueta se tratase- que es de agradecer entre tanta pompa y... ”Legend of the Lich Lord” es una producción dirigida por Spencer Stabrooks que reúne todos los ingredientes del género: aventura, comedia, fantasía, magia, etc. Narra la historia de un joven paladín, una profecía, un mago borracho, un bárbaro y un codicioso caballero que se unen a un druida de los bosques para derrotar a un malvado nigromante… Un compendio de elementos que exigen del compositor un habilidoso uso del leitmotiv, condición sine qua non que reclaman esta clase de historias. Lo cierto es que Valenti ha salido airoso del envite componiendo un mosaico rico en matices –policromático- que, no solo contextualiza la historia de un modo eficiente con la utilización de texturas medievales (“Elf Loops/Wandering the forest”), sino que describe con fuerza y dramatismo la sempiterna lucha del bien contra el mal (“Slaughter of Zombies), cercana a las tonalidades de Williams para su ”The Phantom Menace” escribiendo una idea vocal que dibuja la naturaleza de las huestes del mal. Otro de los elementos que el músico aborda con inteligencia desde la sencillez es la comedia (“Teddy Bear/Walking troubled through the Forest”) empleando tonalidades desenfadadas que descargan la tensión narrativa producida por el oscuro leitmotiv que Bruno asocia a los caballeros de las sombras (“Shade Knight…”), y que es uno de los principales protagonistas de la historia. Elfos, bosques, paladines, magos y caballeros son tratados por el músico de un modo indisoluble -¡Cuánto se echa de menos esto!- aportando personalidad a cada uno de los elementos narrativos que dan forma a esta épica producción. Solo es al final (“End credits”) cuando el músico desarrolla la idea genérica de ”Legend of the Lich Lord”, una espectacular melodía para orquesta que Valenti orquesta a la vieja usanza, es decir, empleando la esencia clásica del leitmotiv que tanto se echa de menos en el cine actual y que él recupera con acierto para dar más autenticidad y espectacularidad a la historia.
Estamos ante una obra muy interesante de un músico que está llamado a hacer grandes cosas. Bruno es un compositor de espíritu clásico –en el desarrollo del leitmotiv- que sabe utilizar todos los recursos que están a su alcance, un creador que tiene muy claro que 2+2 no siempre son 4…
24-julio-2017
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