Ignacio Garrido
Las colaboraciones de músico y director pueden ser tan fructífera y enriquecedoras como tortuosas, siendo las –posiblemente- dos más célebres los mejores ejemplos de ello; la unión de John Williams y Steven Spielberg puede tildarse como la más popular y exitosa de las últimas décadas, mientras que la de Bernard Herrmanny Alfred Hitchcock vendría a ser la más compleja y abruptamente terminada. En el cine español no faltan binomios destacados dentro del cine, destacando el que formaban José Nieto y Vicente Aranda, el que se ha consolidado con Alberto Iglesias y Pedro Almodóvar, y por supuesto el que nos vuelve a ocupar tras un paréntesis temporal considerable con el mismo músico vasco como protagonista.
Han pasado quince años desde que Alberto Iglesias y Julio Medem colaborasen en "Lucía y el Sexo" (2000), ganando el compositor su quinto Goya a la mejor banda sonora original por dicha composición y quedando el realizador nominado por su labor tanto por director como por guionista. El cine de Medem comenzó en aquella cinta a escorar hacia aguas turbulentas, donde las formas se apoderaban del fondo y la estética se presentaba con mucha mayor convicción e intención que el torpe discurso feminista de trazo grueso y portada de revista de moda para hippies fashion ("Caótica Ana" y "Habitación en Roma", ambas con agradable música de Jocelyn Pook). La música de Iglesias siguió creciendo y recorriendo su propio camino, trufado de éxitos y aciertos ("Hable con Ella", "Volver", "The Constant Gardener", "The Kite Runner") y también salpicado de algunos tropiezos ("Che", "Exodus") que no han logrado hacer mella como este nuevo trabajo indica, en la mano de uno de los mejores músicos de nuestro país.
La banda sonora de "MaMa" de Alberto Iglesias supone el feliz reencuentro conceptual entre el cine de Medem y la autoría estilística del músico vasco, que ejecuta una cuidada obra de caractercamerístico e intimista, a medio camino entre la continuación de las ideas melódicas más afligidas de "Lucía y el Sexo" y las calmadas Gimnopedias de Erik Satie. Retomar la colaboración de músico y director parece favorecer la voz lírica de ambos, y la libertad que respira su partitura se aprecia en el conjunto del trabajo.
El resultado es una hermosa sucesión de pasajes que parten de un tema central desarrollado en "Que te vaya todo bien" con el piano como voz central interpretado por el propio Iglesias, de cierto cariz entre optimista y melancólico que conocerá variaciones sutiles como "¿Y si te llevo yo?", hasta alcanzar el resumen final de "Ma Ma". La frialdad y estatismo de "Siberia" da paso a la introducción de una pequeña idea en paralelo al desarrollo temático y motívico instrumental con una pulsión electrónica, una reverberación a modo de cuerpo extraño que habita en el subtexto del discurso y que irrumpe adquiriendo mayor protagonismo en la pieza "El Balón" y aparecerá puntualmente -"Por la puerta grande"- otorgando un inquietante contrapunto a la belleza de las melodías. Los cortes oscilarán entre la tristeza de "Se parece al mío" o la luminosidad de "¿Y tú de que jugabas", "6 Meses" o "Magda". Pasajes más difuminados de tono impresionista y aroma crepuscular como "Es una niña" o "Natasha en la Orilla" acrecientan la sensación dramática según se alcanza la recta final y citado resumen de “MaMa”.
El trabajo de Alberto Iglesias para “Ma Ma” ha sido editado en un sencillo y asequible digipack por Quartet Records, que mantiene su fructífera relación empresarial con el compositor tras dedicarle laedición de trabajos tan notables como “Las Dos Caras de Enero” o “La Piel que Habito”. La adquisición de esta banda sonora se torna en obligada si gustamos de una experiencia auditiva tan equilibrada como bella en sintonía con las obras más calmadas y hermosas del compositor vasco.
6-octubre-2015
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