Miguel Ángel Ordóñez
La fuerte irrupción del compositor polaco Abel Korzeniowski entre los nuevos valores a tener en cuenta en la música cinematográfica de este siglo parece un hecho irrefutable. El éxito de su versión edulcorada del "Romeo and Juliet" o el particular homenaje a la modulación diatónica en títulos como "W.E" y "Escape from Tomorrow" (articuladas sobre numerosos cambios de tono de si menor a la mayor) son una clara muestra de la intención y "ambición" musical de este joven compositor. Pero a la luz de estas obras cabe preguntarse algo más importante: si tras esta fecunda muestra de tonadas aptas para el silbido, se esconde una personalidad, una carrera a seguir, un autor.
"Penny Dreadful", su nuevo trabajo, serie auspiciada por Showtime cuyos dos primeros capítulos vienen firmados por nuestro Juan Antonio Bayona, no parece suponer ningún paso adelante o atrás en su incipiente carrera, ninguna novedad estética, al contrario, más bien el estancamiento en una fórmula. Exégesis de la nada, la misma resulta una combinación calculada de acordes y armonías de fácil digestión. Astuto, Korzeniowski parece querer abanderar a esos músicos que propugnan una involución en la música cinematográfica, la demostración que hoy día no todo se crea en la postproducción que no todo ocurre en las salas de montaje, que existe aún un momento para la emoción, aunque esa búsqueda sea la de un fantasma, la de una mentira calculada. Porque la música de Abel abusa del disfraz, suena a refinado traje del emperador, nos machaca con el mismo juego armónico una y otra vez para vendernos la elegancia del adorno sin importarle un pimiento lo que antes venía a vincularse al prestigio, el sello personal. ¿En qué difiere este celiniano viaje al fin de la noche de los acostumbrados golpes de efecto de los clones zimmerianos? ¿No es sino otro camino para alcanzar el mismo éxito sin reparar en la importancia que adquiere la individualidad en la creación? ¿Es que ser artista, crear, ya no es una búsqueda sino el motivo para una huida en un mundo globalizado?
"Penny Dreadful" arranca con Korzeniowski moviéndose entre sus constantes habituales, agitando la batuta por ese calculado pseudominimalismo de pastelería que ha heredado de los productos más comerciales de tipos como Nyman o Glass y que poco tiene que ver con la arriesgada puesta en escena de los padres fundadores, los Reich o La Monte Young, saturando la percepción con la repetición hipnótica de sus motivos mínimos. Como la obra se mueve entre géneros tan góticos como el misterio y el horror, e incluye mitos tan comerciales como los de Dorian Gray o el doctor Frankenstein, Abel acude a agitatos, lamentos de cuerda y orquestaciones recargadas como acompañamiento del discurso dramático por el que deambulan estos personajes. Parafernalia. Nada nuevo, salvo una exagerada puesta en escena de solos epatantes de chelo y viola, de contrapuntos románticos propios de un concierto rachmaninoniano (baste echar un vistazo al corte "Street. Horse. Smell, Candle") o de algún que otro desmedido cambio tonal cuyo interés reside sólo en conectar con la audiencia a costa de la propia necesidad de la imagen. ¿Tan poco oído tenemos los seguidores de la música de cine? ¿Tan conformistas somos como para merecer este castigo? Y es que, Abel no logra que despojado de esos golpes de efecto, el oyente sea capaz de percibir alguna traza de emoción verdadera. La fórmula se percibe desde el primer minuto. Todo lo demás es aburrimiento, matemática emotiva, teorema de parvulario.
¿Merece la pena cansarles con el catálogo de temas y contratemas aplicados por Korzeniowski en "Penny Dreadful", tan brillantes en artificio como nulos en credibilidad? ¿Es necesario que alabemos la hábil combinación de elementos para alcanzar el clímax en elegantes pastiches como "Welcome to the Grand Guignol"? Que este homenaje a la nada sea considerado por muchos "uno de los mejores trabajos del año" parece decir bien poco de la colecta musical de este 2014 cinematográfico. ¿O lo que viene a decirnos tiene más que ver con nuestra calidad como consumidores?
5-noviembre-2014
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