Miguel Ángel Ordóñez
Warbeck de un vistazo
Este inglés de Southampton de 56 años, forjado en el teatro (es la cabeza musical visible de la Royal Shakespeare Company) y en la televisión (donde comenzó a la tardía edad de 43 años a componer para medios audiovisuales) saltó a la palestra de la música cinematográfica gracias a su sorprendente Oscar en el año 1.998 por “Shakespeare in Love”. Desde entonces se ha convertido en un hábil arquitecto del pentagrama versado en films de época y en dramas de guerra.
El empujón necesario para su salto al cine vino de la mano del director John Madden (para el que inicialmente compuso episodios de la serie "Prime Suspect"), con el que ha mantenido una corta pero fructífera relación (tres films) y para el que prepara su último proyecto "Proof" (con Paltrow y Hopkins), que gran éxito ha cosechado para Madden y Warbeck en su representación escénica con el National Theatre.
Ya en "Mrs.Brown" (97) se vislumbra las constantes del estilo musical de Warbeck, con primacía del peso de sus partituras en la cuerda, melodías sostenidas en instrumentos de viento madera y una ligera aproximación minimalista, más certificable en unas obras que en otras. Sobre los amores en el siglo XIX de la reina Victoria y el escocés John Brown, cimenta un score atemporal, emocionante, pausado y que refleja dos personajes con bagaje social muy diverso. Dulces temas que únicamente precisan de un hilo conductor en forma de tema central quizás más retentivo. Con Madden trabaja de nuevo, en su oscarizada "Shakespeare in Love" (98) donde da rienda suelta a un minimalismo jovial e irreverente, en esta comedia de época apoyada por su pegadizo tema central con juego de cuerda y flauta.
Moviéndose nuevamente entre films de época encontramos "A Christmas Carol" (99), revisitación televisiva del mito Scrooge con una partitura oscura y sombría, en ocasiones decimonónica; y especialmente "Quills" (00), su mejor obra, una desasosegadora ilustración del universo Sade que mezcla bellísimo sinfonismo con voces solistas y primitiva percusión para los momentos de locura del protagonista. Trabajo, en fin, brillantísimo donde destaca especialmente una curiosa orquestación a base de instrumentos improvisados y específicamente creados para el film.
Otra especilidad de este compositor son los dramas en torno a la Segunda Guerra Mundial. En "Captain Corelli´s Mandolin" (01) (de nuevo a las órdenes de Madden) realiza otro magnífico trabajo donde destaca su precioso tema central “Pelagia´s Song” y donde da muestras de moverse como pez en el agua entre el sinfonismo y su ligera orquestación mediterránea. En "Charlotte Gray" (01) compone uno de sus mejores temas centrales, de gran delicadeza, volviendo a retornar a sus inclinaciones minimalistas. Por último y bajo las órdenes de Gerardo Vera (con el que Baños conseguría uno de sus mejores trabajos para "Segunda Piel") y ambientada en la España fascista de 1945, a la muerte de Hitler, compone "Deseo" (02), un score de amor turbio, donde oscila en términos musicales entre la tensión y la delicadeza.
Al margen de esos dos grandes bloques temáticos en los que gira la aportación sonora de Warbeck, destacan su trabajo para "Mistery Men" (99), donde con la ayuda de Shirley Walker compone un sorprendente score de acción donde da rienda suelta al uso de metales y un tema de pompa y circunstancia interesante, y su trabajo junto a Stephen Daldry (con el que colaboraría sin acreditación en "The Hours") en "Billy Elliot" (00), preciosa partitura, de gran delicadeza en el uso de la guitarra y que pese a ser una de sus más sólidas aportaciones, no ha tenido la edición discográfica merecida (solo podemos encontrar un promo de unos 12 minutos de extensión).
Sus últimos trabajos editados han sido considerablemente menos sugerentes. No tanto "Dreamkeeper" (03), interesante pero desigual score, que une espléndidos temas sinfónicos junto a monótonos momentos entregados a aparato electrónico y cánticos indios, como por "The Alzheimer Case" (03), su peor trabajo hasta la fecha, producción belga donde Warbeck desgrana para este thriller un tenso uso en la cuerda junto con una muy pobre percusión, excesivamente apoyada en soporte electrónico, evocadora de su trabajo en "Quills".
Un canto a la Naturaleza
"Dos hermanos" es la historia de dos tigres que son separados de sus padres y que finalmente por la intervención del hombre se ven enfrentados como enemigos. Su director, Jean-Jacques Annaud, ha gustado de moverse libremente en ese campo donde la sugerencia de las imágenes ganan fuerza por encima del discurso, y con su colaborador habitual, Philippe Sarde, ha reflejado esa tesis en films como “La guerra del fuego” y “El oso”. Siempre con resultado desigual, pero expléndidamente acompañadas musicalmente.
Y es que Stephen Warbeck logra a lo largo de la escucha de esta edición trasportarnos a un sinfín de sensaciones que provocan que su escucha aislada al margen de la película sea un auténtico regalo para los oidos. Y lo logra sencillamente agitando en su mágica coctelera: un tratamiento profusamente sinfónico de la historia aderezado con orquestaciones exóticas que nos abocan a un viaje a través de la jungla lleno de delicadas piezas y de tensos cortes de acción. Una obra de profunda fuerza dramática y de sensación de belleza, de traslado a un paraiso perdido. Para ello, Warbeck utiliza instrumentos como el erhu, el seng, el acordeón, el banjo o incluso la gaita, instrumentos que provocan una fusión de rara belleza, en un enfoque étnico del score.
Todo ello, en una obra de profunda cohexión interna, a pesar de no encontrarnos con un tema principal como hilo conductor del relato, sino con un ramillete de temas que podrían servir de base a varios trabajos. Soberbios ejemplos de lo expuesto son “La seductrice de la jungle” donde Warbeck consigue una pieza, a caballo entre “La mandolina del Capitán Corelli” y “Gorilas en la niebla”, de gran belleza y que anuncia los derroteros de la partitura. Otro gran tema es “A la poursuite du camion rouge”, ejemplo de corte de acción con su tensión contenida inicial y su posterior despliegue de percusiones con crescendos en cuerda y metal.
Una bella y delicada melodía puede ser escuchada en el corte “Le petit tigre et l’enfant” con uso de guitarra y flauta, que posteriormente se desarrolla en un tratamiento arrebatador de solo de violín y lleno orquestal en “Le tournant au destin”.
Aún quedan otros dos grandes temas donde la capacidad para sorprendernos del compositor de “Quills” no pasa desapercibida. En “Dans l´arene” inicia una nueva melodía a la flauta que acaba desgarrando la cuerda de forma bellísima, para acto seguido regalarnos nuevos acordes llenos de percusión con contrapunto al metal y a la cuerda que desembocan en un tenso uso de glissandos al violin. En “La paix, enfin” logra otro momento bello y arrebatador con medido uso del erhu, en un tema que podemos asociar a la libertad, repitiendo esta melodía pero entregándola al uso del seng en “Au revoir”, como broche del score.
Una corte de motivos secundarios y piezas descriptivas recubren el resto de la partitura. Algunas con tratamiento cómico y circense de la acción, como “La poursuite infernale” o “La radeau”, este último con nuevo tema expléndido a la cuerda; otras con acercamiento étnico, irlandés en “Du miel et du lait”, e hindú en “La chasse au tigre”.
Destacar también, por último, un tema jovial con uso de banjos y silbidos, curiosamente a cargo del propio Annaud en “Liberté chérie”. Sin paliativos, el mejor score en lo que llevamos de año.
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