Frederic Torres
Si hace un año saludábamos la edición del primer cofre recopilatorio dedicado a Cosma como uno de los acontecimientos del 2009, la aparición de este segundo no lo ha sido menos con respecto del 2010, fruto evidente de la buena recepción de parte del aficionado de aquel primero cuya relación precio/calidad/cantidad (cuya analogía coloquial sería la que reza aquello de “bueno/bonito/barato”) ha vuelto a repetir la inmejorable ecuación que el melómano espera y desea como lanzamiento de parte de cualquier sello discográfico dedicado al ramo. Si cabe, en grado cuantitativamente superlativo por cuanto mientras en aquella eran 40 las películas representadas, en la presente ocasión son 51 las recogidas en los mismos 17 compactos de la edición anterior (con 271 temas inéditos y 18 bonus); en parte porque se ha reducido el espacio relativo a la exposición musical, pues, por ejemplo, “Le Diner de Côns” no se ofrece en su integridad para dar cabida a un par de títulos más del mismo director, Francis Veber, optándose por una representación reducida respecto de su edición digital original; en parte porque de muchos de los títulos referenciados no existe más música que la incluida en la edición, como ocurre con la extraordinaria “Les Palmes de M. Schutz”, cuyo edición digital desgraciadamente solo incluyó en su momento los mismos cuatro temas que se editan en la presente caja.
El proyecto, pues, repite las mismas características del anterior, acompañando a los discos otro magnífico y completo libreto, nuevamente con abundante información y cuidado aspecto gráfico, con una presentación, tal como ya se hiciera en la primera caja, en formato digi-pack que permite la reproducción de las carátulas originales en el interior de la carpetilla individual de cada uno de ellos, así como el tracklist y las correspondientes especificaciones acerca de la grabación, los solistas o la condición inédita de las pistas musicales presentes. Los criterios temáticos y temporales son similares, ya que podemos encontrar obras de todo tipo y condición, pertenecientes tanto al cine como a la televisión, respondiendo la disposición de las obras en los discos bien a cuestiones autorales, como la vinculación a un determinado cineasta, que es el criterio más abundante y del que pueden dar fe los que agrupan varios trabajos de Francis Veber (el 3), de Yves Robert (el 6), de Eduard Molinaro (el 8), de las comedias (el 11) y los thrillers (el 15) de Claude Zidi, así como el muy interesante dedicado al relativamente desconocido Pascal Thomas (el 16); los dedicados a un determinado actor, como el centrado en Louis de Funes (también el 11), o en Pierre Richard (el 13 y el 17); bien a un determinado género, como en el mismo disco que abre el recopilatorio con la aventura de protagonista, o el vinculado al drama/thriller (el 12), con nada menos que 5 trabajos de distintas y muy diferentes épocas; también temáticos, como el que recoge un par de películas de protagónico entorno estudiantil (el 2); sin descartar, finalmente, aquellos determinados por un medio u otro, como el que presenta la música de series de televisión (el 4), y el dedicado a los dibujos animados, centrado especialmente en Asterix (el 9).
Así, aunque reveladores de las modas y los usos manejados por el compositor en pasadas décadas, como atestiguan los festivos y un tanto gratuitos ritmos del que se revisten partituras de tan diversa temática como “L´Etudiante”, “L´As des As” o “Le Boum 2”, se produce un arranque un tanto intrascendente dado el escaso interés musical del que los primeros discos de la compilación están provistos, auténtico batí burrillo de estilos que oscilan desde los ritmos pop y fusión propios de la época –los 80- a las coloristas peculiaridades paisajísticas en las que se desarrolla la cosmopolita acción de algunos films, como ilustra, por ejemplo, “L´Animal”, perfecto ejemplo del eclecticismo del compositor, donde se pasa del estilo hawaiano de “Saut du Kangourou” al característico de “Tropicana”, pasando por las raíces españolas de “Le Double Paso”, las orientales de “Chinatown”, o la diversidad de estilos resuelta desde las coordenadas barrocas de “Gigue du Châtelain”, las operísticas de “Mariano for Ever” (y de las arias “Pavane” y “Gaillarde”), para recalar finalmente en los yermos terrenos de la música disco de “Danse de l´Animal (version disco)”, o del más indigesto funky de “Cascade Finale”. O, por no salir del mismo compacto, “L´As des As”, donde podemos transitar desde la ortodoxa melodía judía en “Oy!Oy!Oy!” al tango más rumboso de “Ich Liebe Dich”, pasando por el glamuroso jazz de raíz cosmopolita que asevera “A Berlin, Toi et Moi”, encontrando, con todo, cierto hueco para la acción más incidental como atestiguan “La Nique à Hitler!!!” y “Dans le Repère du Loup”, así como para el melodismo tan propio del compositor, como la bonita “l´Echappée Belle”, la elegante “L´As des As” o la más concertística “Ouverture de l´As des As”. Por no hablar de “Iron Gate”, canción de toque caribeño perteneciente a “L´Etudiant” (del disco 2), como también “Rain Forest”, resuelta al más puro estilo del grupo de moda por aquellos años, “The Alan Parsons Project”; del jungle mix de “Octopus” y la canción árabe “Ya Habibi Ya Aini”, pertenecientes, ambas, a “Le Plus Bon Metier du Monde” (también en el mismo disco), así como las dos partituras mayormente representadas en el disco 3, “Les Comperes” y “Les Fugitifs” (que redondea la más conocida “Le Dîner de Cons”), exponentes ambas del más puro sonido ochentero y, por tanto, auténticas hijas de su tiempo (sintetizadas, con marcados ritmos y de perfil discotequero); provistas, eso sí, de toda la pintoresca parafernalia paisajística (en lo musical, se entiende) con que el autor siempre ha rodeado sus composiciones, que en este caso va desde el silbido empleado en el tema central (y en “Mon Fils”, el tema final) de “Les Compères”, a los ritmos sureños que perfilan “Les Fugitifs”, créditos iniciales de la película del mismo título.
Por fortuna, poco a poco la recopilación va adentrándose lánguidamente en terreno más fértil, abordando trabajos de cierta enjundia como el realizado con los arreglos para “Le Bal”, la película de Ettore Scola que, con la complicidad de la sala de baile protagonista de la acción, va destripando los principales avatares del pasado siglo XX, adaptando para ello el compositor todo tipo de temas populares que triunfaron a lo largo y ancho de tan dilatado período de tiempo, conducidos por un vals –este sí, original de Cosma- como único hilo conductor, revelándonos ocasionalmente trabajos más desconocidos como “Les Mystères de Paris”, serie de televisión de principios de los 80 que combina la ambientación diegética (gracias al empleo del organillo), con el dramatismo más apocado, reforzando la impresión general acerca que la presente caja se inclina más por el puro completismo y por redondear los trabajos presentes en la primera, mucho más importantes y de mayor criterio en la carrera profesional del compositor.
Con todo, el recopilatorio depara algunas recuperaciones importantes, como la inclusión de “Les Palmes de M. Schutz”, con sus cuatro melódicos y modélicos temas, que pese a haberse editado comercialmente en su momento (finales de la década de los 90), reclamaban su necesaria presencia en cualquier recopilatorio que se preciara dedicado al compositor, por la dificultad para el aficionado en adquirir dicha edición discográfica y, sobre todo, por disfrutar de la mejor virtud de Cosma: su capacidad melódica. Su “Mouviement perpétuel” es, sin ir más lejos, un claro antecedente, en su concepción, desarrollo y ejecución, del más reconocido y reciente tema central de la triunfadora en los Oscar de este año: el “The King´s Speech” de Alexandre Desplat, cuya nominación por esta partitura revela el buen gusto y el aprecio de parte del gremio musical hollywoodiense por lo que podríamos llamar “escuela francesa”, que desde los tiempos en que Maurice Jarre triunfara con su “Lawrence of Arabia” a principios de los 60, siempre ha contado con un exponente u otro de la misma como atestiguan, además del mencionado Jarre, la alineación de lujo que significan los Delerue, Legrand, Lai, Sarde, Yared y, el ahora mismo triunfante, Desplat.
Desde esta perspectiva completista se saluda benévolamente la recuperación de trabajos como los realizados para el director Eduard Molinaro, donde el simple hecho de ver la luz partituras como “Dracula, Père et Fils”, “Le Téléphone Rose” o “Le Souper” ya es el máximo mérito, pero donde, además, aquí y allá siempre cabe la posibilidad, como ocurre con una partitura como la de la serie de dibujos televisiva “Rahan”, con una poderosa música de acción presente ya desde su tema central dominado por la percusión (y cuyo concepto general tiene una clara influencia del “bárbaro” Poledouris), de proporcionarnos la oportunidad de descubrir y degustar alguna pequeña sorpresa musical. En este sentido, es también una recuperación interesante el trabajo realizado para “La Neige et le Feu”, un dramático film ubicado durante la segunda guerra mundial, realizado en 1991 por el director Claude Pinoteau (en el disco 14, dedicado al realizador), sustentado en la cuerda y que cuenta con el habitual estilo melódico del compositor, como se advierte en el fragmento musical que abre el disco del mismo título que el film, pero también dotado del dinamismo necesario que ilustran perfectamente sus créditos iniciales, a los que Cosma rodea de toda una amalgama de temas diegéticos de corte jazzístico propios de la época, y en donde, además, la 7ª Sinfonía de Beethoven sirve de cobertura musical en temas como “Thème Pathétique” (con un efectivo empleo de los pizzicatos) o más dramáticamente en “Jebsheim”. Con la serie costumbrista “L´Été 36”, del mismo realizador, se aborda un periodo cercano al del relato anterior, aunque el formato y el tratamiento sea un tanto distinto debido al marcado acento en la cotidianeidad de la historia, como ejemplifica el compartido protagonismo, en el tema central, del acordeón y de la trompeta, además del apoyo de la sempiterna presencia de la cuerda. Un hermoso tema de amor (“Alexis et Victoire S´Aiment”) y un efectivo vals final (“Souvenirs d´Enfance”) completan la presencia lírica de este desconocido trabajo. Pero en el mismo disco, además, encontramos la citada “Les Palmes de M. Schutz”, film centrado en el trabajo científico y la paralela historia de amor del futuro matrimonio Curie, que al adoptar también una óptica costumbrista cercana a la comedia (de un tono muy acertadamente ligero) permite al compositor la creación de unos temas provistos de la brillantez y vitalidad que la propia historia sugiere. El rítmico balanceo del piano en juguetona complicidad con los pequeños silencios que dotan de cierta intriga el desarrollo del corte musical antes comentado ilustra perfectamente el trabajo cotidiano de los científicos y el afán de superación, su perseverancia, al tiempo que la armonía y el aspecto sentimental del avance de su relación (reforzado con “Pierre et Marie Curie”, la otra pequeña miniatura melódica de esta partitura), siendo probablemente esta la causa de las incuestionables semejanzas formales y melódicas con el mucho más conocido tema central de Desplat para “The King´s Speech”.
Destacar también el disco 16, dedicado a las colaboraciones con el director Pascal Thomas con un amplio abanico representativo de su trabajo conjunto (8 films nada menos) y del que destaca “Les Zozos”, por ser probablemente el más conocido de su realizador (porque en lo musical, solo cabe distinguir el “Tango des Zozos” y el lírico uso del acordeón en “Quand l´École Sera Finie”), y especialmente “Confidences Pour Confidences”, una partitura de una gran sensibilidad en donde el aspecto propiamente melódico lo envuelve todo (como demuestra el solo de piano del tema central o de “Les Trois Soeurs”, a pesar de contar esta con un mayor dinamismo facilitado por la presencia orquestal); o la semejanza formal de “Un Oursin dans la Poche”, perteneciente al film del mismo título, con el especial tema dedicado al autómata compuesto por Rota para “Il Casanova” de Fellini.
Puestos a descubrir pequeños homenajes, no podemos finalizar sin mencionar, como curiosidad, un par de ellos dedicados al Barry de la serie Bond que, primero (a pesar de encontrarse en el último disco de la compilación) en forma de parodia de la famosa partitura que el compositor británico compusiera para “Goldfinger” aparece en “Blackfinger”, perteneciente a “Le Retour du Grand Blond”, secuela de la exitosa película nuevamente protagonizada por el cómico Pierre Richard (que también contiene, dicho sea de paso, el famoso y pegadizo tema central –uno de los grandes éxitos de Cosma- interpretado por la flauta de pan, compuesto para la primera) y los más sorprendentes que encontramos en “Mystère Airline”, “l´Evasion” y “Aventure à Deux”, pertenecientes al film “La Totale” (dentro del disco 15, dedicado al director Claude Zidi), que un tanto extrañamente (más, tratándose de un motivo secundario y completamente incidental de la partitura del film del archiconocido agente secreto británico) emplean los mismos modos y maneras (con la finalidad de favorecer la intriga) que los que empleara Barry en su partitura para “The Man with the Golden Gun”, teniendo en cuenta que casi 20 años de distancia separan uno y otro trabajos, ya que el film francés es del año 1991 y el de Bond de 1974, y sin que, en principio, tengan relación alguna, ni temática, ni paródica, que permitan entrever el porqué de su uso de parte de Cosma. Cualquiera podría pensar que es pura coincidencia.
7-junio-2011
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