Frederic Torres
A tan sólo un año de su edición discográfica “normal” aparece esta edición Deluxe de la galáctica partitura de Michael Giacchino que amplía notablemente, al tratarse de un disco doble, el contenido de aquella confirmando fehacientemente, de paso, lo que el aficionado sospechaba al respecto de la primera, a saber, la notable ausencia de una parte importante del trabajo realizado por su creador. Y es que a pesar de haber triunfado el pasado año con la deliciosa y simpática partitura para “Up”, la penúltima de las ingeniosas y delicadas propuestas de la Pixar/Disney (Oscar incluido, aún a pesar de haberse quedado sin la consiguiente edición discográfica comercial debido a una errada decisión de la productora, que sólo permite conseguirla a través de la todavía poco utilizada descarga virtual), en realidad el trabajo con el que Giacchino se había preparado para abordar el año era esta reformulación de la franquicia espacial perpetrada por su mentor y colaborador J.J. Abrams, con el que ha compartido una década de proyectos toda vez que ascendente trayectoria profesional. Ello se evidencia inmediatamente en una partitura donde tanto el planteamiento temático como estructural se revelan de una corpulencia mayúscula, muy alejada de reiteraciones y en absoluto acomodaticia, tal como ya intuyéramos en la edición anterior, al punto de resultar una partitura tan musculosa (no menos de tres temas principales dominan la acción) como ágil (los hallazgos formales y temáticos siguen derroteros semejantes a otras “inventivas” partituras anteriores del compositor, que lejos de amedrentarse ante un proyecto de las características catedralicias del presente, aprovecha las mismas para dar a conocer sus propuestas en toda su extensión), de manera que, probablemente, al evidenciarse el éxito mundial obtenido por el film, se haya decidido finalmente optar por una edición que reflejara con mayor fidelidad y relevancia comercial el trabajo realizado.
Se puede percibir desde el comienzo mismo de la audición, donde, ahora sí, está presente todo el bloque que conforma el prólogo del film, aquél que cuenta las trágicas circunstancias del nacimiento del protagonista y que, evidentemente, queda explicitado musicalmente de modo mucho más coherente. Así, por ejemplo, “Narada Boom”, configurado acorde los dinámicos scherzos que presentan la situación de combate que abre la película, se encuentra compactado por el marcado acento de una percusión (especialmente la caja) reflejo de una Flota Estelar más militarizada que nunca. Y esta tonalidad marcial, precisamente, es la que permite aumentar posteriormente el contraste/contrapunto del lirismo presente en “Labor of Love”, de modo que la presencia de este corte musical tan importante en según qué edición no destila la misma significación, dado que su relación semántica se ha enriquecido notablemente en esta última. Lo mismo acaece con la secuencia del embarque de la tripulación de la Enterprise. Como ya ocurría en la anterior edición, “Enterprising Young Men” sigue siendo el mejor tema (en sentido emblemático/sintético) de toda la partitura, pero el tema que le antecedem, “Hangar Management”, lo explica (y lo potencia mucho más) al ubicarlo en el contexto adecuado mejorando su expresividad, amén de incorporar aquél una coda distinta (la misma impactante introducción con la que comenzaba el susodicho), mucho más dinámica y efectiva.
También ocurre esto mismo con las propuestas más introspectivas de la partitura, pues ahora encontramos al completo el bloque musical que acompaña la conflictiva y traumática infancia/adolescencia del protagonista (el legendario capitán Kirk), tal como muestran “Head to Heart Conversation” (con la presentación de ese soberbio solo de violín chino con el que el compositor consigue dotar de una sonoridad realmente diferente el entramado dramático ubicado en tan futurista contexto), “One Proud Mother” y “Hella Bar Talk”, desarrollando extensivamente sus posibilidades como la incorporación del prólogo muestra en “Either Way, Someone´s Going Down”, permitiéndonos, además, reconocer, por ejemplo en el inicio de “Vulcan Gets a Good Drilling”, esas características tan personales y propias del compositor difundidas a través de otros trabajos suyos que también han logrado la popularidad en su mayor grado, como el caso de la serie televisiva “Lost” (se trataría del repetitivo y sostenido toque de piano que posteriormente facilita la entrada de la cuerda en un efecto subliminalmente emocional que consigue gracias a sus efectos hipnóticos/reflexivos).
En definitiva, el aspecto narrativo es el que sale mayormente beneficiado, por cuanto el nivel de coherencia musical es mucho mayor, consiguiendo integrar todos estos aspectos funcionales. “Jehosafats” introduce unos juegos con la percusión que combinados con unos crescendos atonales generan una tensión que prosigue en el siguiente corte, “Chutes and Matter”, para alcanzar su plenitud semántica en “Spock Goes Spelunking”, pletórico de acción musical. Esto mismo ocurre con “Scotty´s Tanked”, que permite incluir el protagonismo de algún personaje secundario (en este caso el del jefe de ingeniería), ilustrando sus propias secuencias de acción toda vez que permitiendo incorporarlas al eje narrativo principal (que en esta ocasión desemboca en “What´s With You?”, siguiente corte configurado a modo, nuevamente, de pletóricos crescendos).
Por supuesto que el desenlace final sigue los mismos derroteros funcionales y narrativos (“Trekking Down the Narada”, “Run and Shoot Offense” y “Does It Still McFly?”), con el añadido del climático coro en “Nero Death Experience”, antes de dar paso al desenlace dramático que suponen “Nero Fiddles, Narada Burns” y “Black Holes Hava a Lot of Pull” (amén de evidenciar todavía con mayor complicidad los evocadores tonos hornerianos empleados en “That New Car Smell”), consolidando todo este enorme bloque final como una única secuencia musical fragmentada por simples cuestiones derivadas de la edición y montaje que cualquier comercialización discográfica impone. En ella es donde más asoma, tal vez, cierta redundancia de ideas por cuanto las mismas han sido ya expuestas a lo largo de los 2/3 anteriores de la partitura, y siendo que en la concepción del tema central de la misma el compositor plantea tan genialmente su introducción (hasta el punto de prometer muchísimo más de lo que después ofrece), este final queda sencillamente “a la altura de las circunstancias”, motivo por el cual la inclusión del famoso motivo de Alexander Courage en los créditos finales, cuando ya se ha conformado la tripulación de la Enterprise, eleva enérgicamente la propuesta musical del compositor a los mayores grados de excelsitud que ya había alcanzado, sin ayuda “exterior” alguna, en toda la primera parte de la película (que equivale a decir el primero de los dos discos), finalizando festivamente (por lo que de celebración tiene la longevidad de un proyecto que nació hace ya más de 40 años) una de las mejores partituras comerciales del pasado año.
20-septiembre-2010
|