Pablo Nieto
Cuando se supo que la innecesaria segunda parte de "Resident Evil", no iba a ser dirigida por Paul W.S Anderson, he de reconocer que algunos respiramos con alivio. No es que tuviéramos interés en ver esta ¿película? basada en el famoso videojuego, pero sí que era de agradecer, que un personaje tan peligroso para la salud mental de los confiados espectadores que año tras año, han caído en el engaño de ver sub-productos como “Mortal Kombat”, “Soldier” o “Resident Evil: Nemesis”, no volviera a tener la confianza de los productores... sin embargo, la cosa es mucho peor. No sólo porque su sustituto Alexander Witt, hace bueno al ínclito Anderson, sino que encima ahora éste se ha metido a productor. Sin duda el verdadero Resident Evil de la cinematografía actual, es Paul W.S Anderson, así que esperemos que en la segura tercera parte de esta saga, la desafiante Alice/Milla Jovovich, trate por todos los medios de eliminar a ese verdadero peligro para la sociedad.
Eso sí, lo que no se puede negar, es que esta saga ha aportado musicalmente, bastante más que la mayoría de producciones de ciencia ficción o adaptaciones de cómics, que en los últimos años han copado el mercado cinematográfico. Primero fueron Marco Beltrami y el incomparable e inclasificable Marylin Manson, quienes se encargaron de poner música a las aventuras de Alice. Un trabajo realmente original, que fusiona dos estilos completamente opuestos e incomparables, dando como resultado una elaborada y única experiencia musical.
Para esta segunda parte, tras la negativa de Beltrami para repetir musicalmente, y la experiencia fallida con Elia Cmiral (de su score se han mantenido algunos fragmentos en el montaje final), alguien debió soplarle a Anderson el nombre de Jeff Danna... y realmente todavía no sabemos por qué, pero sin duda ha sido una elección más que acertada.
Acostumbrados a ver a Jeff en producciones pequeñas, donde su música siempre funcionaba dentro del campo de la suavidad melódica y las orquestaciones sencilla, su elección para este proyecto fue realmente sorprendente. En unos meses pasaba de componer esa joya de la música étnica y religiosa que es “The Gospel of John”, a escribir una oscura, apabullante, desenfrenada y poderosa partitura de acción como es "Resident Evil: Apocalypse". Un trabajo, haciendo honor a su nombre, completamente apocalíptico, donde Danna exprime al máximo las posibilidades sinfónicas de la Philarmonia Orchestra de Londres, pero también lleva al límite el trabajo de los sintetizadores y la música electrónica, logrando una fusión musical única, llena de matices, y que se complementa a las mil maravillas. Dentro de está híbrida creación, conviene destacar muy especialmente, el descomunal trabajo rítmico de la banda sonora. Un trabajo percusivo ejemplar, con especial hincapié en la utilización, casi omnipresente, de los taiko drums. Perfecto ejemplo, de una de las grandes virtudes de Jeff: su capacidad inventiva, su necesidad de explorar nuevas fórmulas músicales.
“Resident Evil: Apocalypse”, es un auténtico non-stop de música de acción, aunque cierto es que muy amoldada a los requisitos de este videojuego que intentan hacer pasar como obra cinematográfica. Un trabajo, con algunos paralelismos en cuanto a la estética y armonía musical, con la saga "Matrix" de Don Davis. Dos creaciones, que marcan el camino que debería seguir la música de cine en el campo de la ciencia ficción de aquí en adelante: búsqueda de nuevos sonidos, pero sin olvidar las tradiciones y el poder de una orquesta.
Tematicamente, es muy difícil establecer diferenciaciones pues Danna, intencionadamente, trata de privar de leit motivs identificables al score. Es por ello que toca hablar de momentos musicales en concreto y de ideas más o menos repetidas durante toda la partitura. Quizás lo mejor sea escuchar el disco, y en concreto los cinco primeros temas, en los cuales se sientan las bases del resto de la partitura, alcanzando la música sus cotas originalidad y espectacularidad más altas.
Comenzando con "My Name is Alice", pasando por "Alice Battles the Nemesis" (quizás el mejor corte de todo el disco... puro "Matrix"), sin olvidarnos de "The Nemesis vs. S.T.A.R.S", "Panic at the Gate" y "Umbrella is Watching". El resto de cortes, mantienen la esencia de estos cinco primeros, aunque con un carácter mucho más descriptivo, haciendo perder linealidad a la música. De todos ellos, conviene hacer mención, al rara avis que es "The Crash Site", donde la música se vuelve contenida y reflexiva, aunque que no cunda el pánico, es sólo un minuto, lo justo para tomarse un respiro antes de volver a la "guerra".
Sin duda, Jeff Danna merece una oportunidad. Este score merece una oportunidad. De la película mejor olvidarse, y de Paul W.S Anderson... sólo un apunte final: en el disco incluye una nota, hablando de lo mucho que le ha gustado trabajar con Jeff, sobre todo porque su score tiene momentos semejantes a la música de su admirado John Carpenter. Desgraciadamente, Anderson no le llega ni a la suela del zapato a Carpenter. Y lo siento mucho, pero por muy “mito” que se sea, ya quisiera Carpenter tener el talento musical de Danna.
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