Miguel Ángel Ordóñez
Heitor Villa-Lobos es uno de los compositores vanguardistas mas admirados del siglo XX. Comprendido mejor en Europa que en su natal Brasil, su música denota un gran colorido orquestal en fusión con el folklore brasileño, siempre bajo el tamiz de la espontaneidad e improvisación. Ha sido el compositor que mejor ha reflejado los sonidos y la inmensidad del Amazonas.
Por ello era normal que la traslación a la pantalla de la novela de W.H.Hudson, “Green Mansions”, sobre la vida en la selva amazónica de una tribu con una salvaje mujer-pájaro al frente y su colisión con el colonizador hombre moderno, tuviera en Villa-Lobos a su mejor exponente. Desde 1932, primero en la RKO, hasta 1959, fecha final de la producción del film dirigido por Mel Ferrer para la MGM, cuatro han sido los intentos por convertirla en película.
Los directivos de la MGM vieron en Heitor la posibilidad de otorgarle un plus de popularidad a la cinta, especialmente al programarse la edición del score con mucha antelación. Villa-Lobos comenzó la composición siguiendo las directrices del guión, sin ver un minuto de metraje. Debido al interés puesto por la productora en el lanzamiento de una edición discográfica, Bronislau Kaper era encargado por su parte de componer un tema de amor que sería cantado por el actor Anthony Perkins. Pero los problemas surgen cuando a Heitor se le comunica la especial idiosincrasia cinematográfica que exige acortar y sincronizar la música a las escenas. Villa-Lobos seguro de su fama replica a la MGM que si su música no se adecua a las escenas, tendrán que ser éstas las que se corten para sincronizarlas con su música. En esa lucha de egos, la MGM decide contratar a Bronislau Kaper para que realice el ajuste de la música de Villa-Lobos al film, la labor de un verdadero músico de cine que el brasileño no está dispuesto a hacer. Finalizado el trabajo de Heitor, Kaper se ve inmerso en multitud de problemas ya que encuentra la música de Villa-Lobos libre y nada adecuada para el fin dramático y emocional de la convulsa novela de Hudson. Según él, no tiene mas remedio que crear una música propia que vagamente recurra a temas del compositor brasileño, acto menos lesivo que una adaptación completa de lo creado por aquel.
Cuando Villa-Lobos asistió al estreno de “Green Mansions” descubrió que su música había sido cercenada. Solo era un reflejo de lo que él había compuesto. Pocos meses después el compositor fallecía pero legaba una suite de su música en un trabajo llamado “Forest of the Amazon” testamento que permite comparar su trabajo y el de Kaper. Al final la MGM acreditaba a Kaper como compositor del score y de la canción para “Green Mansions” y a Heitor como autor de “música especial para la película”. Una pequeña contribución a cargo del compositor Sidney Cutner no era acreditada. Y de la edición discográfica, nunca más se supo (solo se editó la canción de Kaper).
Recuperado por FSM y escuchado el disco se puede decir que el trabajo de Kaper tiene una unidad asombrosa, aunque es cuando afloran las partes de Villa-Lobos, cuando encontramos el verdadero latir de la obra, la armonía de la vida en la naturaleza, la conjunción perfecta de ambas. Bronislau representa con los momentos más tensos de la partitura, el choque de civilizaciones, la intrusión del hombre en un universo de reglas a veces incomprensibles (la lucha tribal por el poder), pero fiel reflejo del triunfo de la supervivencia.
Tres son las aportaciones básicas de Villa-Lobos al score montado para el film, ideas siempre sugeridas e incluidas entre la composición de Kaper. El tema asociado a Rima (Audrey Hepburn, convencida para ocupar el rol principal por su entonces marido, el director del film y también actor, Mel Ferrer) se expone siempre a la flauta, sobre andante misterioso en el “Main Title”, reflexivo y lírico en “Rima´s face/Rima”, con ligeras variaciones que lo enriquecen y dulcifican en la evolución de la historia como al inicio de “Where Is My Mother?” o que provocan tensión contenida, “Which Way?”. El segundo en importancia, y uno de los mejores de la obra, es el asociado a la madre muerta, que Villa-Lobos conecta con la Madre Tierra. El mismo tiene una delicada exposición en el corte “Where Is My Mother?” con empleo de cuerda, evolucionando en complejidad con “The Young Man” y obteniendo toda su fuerza dramática en “You Will Go/Ruins”. Por último una breve idea en forma de balada queda asociada al viaje de los amantes por el “Riolama”, una bellísima pieza que retorna misteriosa en “Natives Foiled”.
Junto a la elegancia de Villa-Lobos, el gran cuerpo sonoro original de la partitura corre a cargo de Kaper. Su trabajo, amén de enroscar las ideas del primero, aporta la fuerza dramática, la tensión que introduce el hombre blanco (Anthony Perkins) que invade zonas remotas y que acaba enamorado de la libertad que simboliza Rima. Cortes donde el metal refleja la tensión (“Chase”, “Abel and Jaguar”, “Natives Return”, “Fire”, “Fight”) conviven con la placidez del tema asociado a los amantes, la canción que originalmente consistía en la contribución de Kaper a la obra, que emerge delicado y evocador en “It´s Gold”, fuerte y robusto al final del corte “Which Way?”, en glorioso final en el “End Title”.
En definitiva, una obra que puede pasar desapercibida y que nadie debería perderse.
|