Ignacio Garrido
Parece que, en estos tiempos aciagos para la banda sonora que nos toca vivir, las colaboraciones simbióticas de director/compositor, son el último reducto para la expresión de ciertas inquietudes artísticas en el plano musical de las películas que tienen la suerte de compartir talentos en ambos campos.
Pascal Gaigne firma con "Gordos" su tercer trabajo para Daniel Sánchez Arévalo, tras la -merecidamente- exitosa "Azul Oscuro Casi Negro" y el corto, representado en la presente edición discográfica comentada, "Traumalogía". El entendimiento que rezuma el tandem es innegable y de ello se beneficia a todas luces una cinta humana, cálida y divertida.
En términos musicales, la aproximación de Gaigne retoma la exploración de lugares comunes de su abanico expresivo y conceptual. Música plácida, elegante y circular que transita entre un lirismo contenido que refleja el dolor y los sinsabores que experimentan los personajes de la cinta y la hilaridad inherente a las rocambolescas (aunque profundamente cercanas) situaciones cómicas que les acontecen. Sin aportar ninguna novedad significativa a su carrera, el autor de "El sol del membrillo" vuelve a cumplir por encima de la media.
La contundencia repetitiva de filial inconfundible se abre paso ya de entrada durante el desarrollo de "Gordos", tema que abre el disco y hará las veces de principal durante la composición. Una melodía sencilla y apacible, dotada de cierto halo tragicómico en la mejor línea del Rota felliniano, cuya pegadiza belleza se retomará y desarrollará a lo largo del trabajo en varias de las distintas suites que jalonan el disco a modo de bonus, aglutinando todo el material temático del score en estupendas selecciones, confeccionadas con el disfrute auditivo en mente: "Gordos suite I" y "Gordos suite IV".
Los caracteres femeninos encuentran voz propia a lo largo de la partitura en piezas bautizadas con sus nombres, motívicas y directas, donde los solistas brillan sobremanera. Destaca el diálogo polifónico de xilófono y contrabajo en "Paula", que transmite tristeza y soledad, así como el piano y ambiente jazzístico de "Leonor", con un encantador aroma melancólico, sin dejar de lado en ambos casos el dinamismo rítmico. Más pausadas y contemplativas se desgranan "Sofía" y "Pilar", en especial esta última, bellísima.
El drama predomina de modo cuasi-minimalista en piezas sensibles y dolientes como la hermosa "Resurrección" (uno de los instantes más destacados de la banda sonora) o de manera algo más animada en "Amnesia", donde la aportación final de las cuerdas resulta exquisita. Mientras, como contraste, la comedia más abierta surgirá plenamente en pasajes cercanos a un mickey-mousing descriptivo de regusto manciniano en "Terapia", "Terapia II" o la sección central de "Gordos suite I"
Finalmente encontramos la estupenda pieza dedicada al corto "Traumalogía", que se abre bucólica y con gran belleza gracias al empleo de arpa y cuerda, para continuar básicamente con las líneas estilísticas habituales del compositor: base rítmica y circular para pizzicatos, suave acompañamiento de maderas, elegante contrapunto cómico, etc..., elementos todos ellos manejados con la solvencia habitual de uno de los músicos, tal y como demuestra con cada nuevo trabajo suyo, más destacados del panorama actual español.
Mención aparte merece la edición discográfica. Publicado bajo los auspicios del propio sello del compositor, Solisterrae Music (en honor al título de aquel soberbio álbum que Gaigne publicase años atrás), el compacto se convierte en objeto de admiración en tiempos de la chapuza galopante, cuando no mera inexistencia, del mercado nacional de publicación de bandas sonoras. En cuidado formato digipack, con notas del director, así como apuntes biográficos y detallados aspectos técnicos, "Gordos" se redondea con una deliciosa presentación, que no hace sino acrecentar las ganas de más títulos por parte de su autor con la misma procedencia.
12-octubre-2009
|