Pablo Nieto
Dirigida por Christophe Barrantier, “Los Chicos del Coro” es un canto que apela a la nostalgia, a los recuerdos olvidados de una infancia inolvidable. Un acaramelado cuento de sensaciones encontradas y descubrimientos vitales. Un film sencillo, humilde y sincero, que se ha ganado el corazón de millones de espectadores, alcanzando un éxito mundial casi sin precedentes. Un “Cinema Paradiso” a la francesa.
La historia arranca en Nueva York. Allí se nos presenta a Pierre Morhange, un reputado director de orquesta, que está a punto de dar un concierto, justo en el momento en el que es informado que su madre ha fallecido. El retorno a su Francia natal, no sólo será un viaje físico, sino también emocional (lo de "Cinema Paradiso" no era una mera comparación retórica).
Barrantier, utilizará a Morhange como llave para abrir las puertas del internado "El Fondo del Estanque”. Un lugar sólo apto para niños “difíciles” acostumbrados a llevar a cabo todo tipo de gamberradas, y regido por un poco recomendable director de moralidad bastante cuestionable. La llegada de Clement Mathieu, el nuevo alguacil, cambiará absolutamente todo. Mathieu, es un músico frustrado, pero que sin embargo recurrirá a la música para domar a las pequeñas fieras de “El Fondo del Estanque”. De este modo, montará un coro realmente variopinto, donde descubrirá a la perla por pulir que es Morhange.
Es aquí donde entra en acción Bruno Coulais. Y es que, pocas bandas sonoras pueden presumir de ser tan importantes, y sobretodo, tan imprescindibles para un film como ésta. Seguramente Coulais podría haber optado por lo más fácil, esto es, adaptar sólo canciones populares y tradicionales del “cancionero” francés, pero por suerte para los aficionados a la música de cine “original”, la inspiración le ayudó a escribir una serie de canciones absolutamente memorables, fantasticamente interpretadas por los chicos del coro. Todo un ejemplo de utilización, integración y composición de música diegética. Una partitura sin duda ejemplar, asentada en la sencilla y el virtuosismo de las voces de los niños cantores de Saint-Mare.
Adentrémonos ya en el análisis temático de este trabajo. Comenzando en primer lugar, con el corte “Les Choristes”, tema principal de la película, y que a su vez, sirve para abrir el disco. Co-escrito por Coulais con el propio director, podemos escucharlo también en “Vois Sur ton Chemin” (nominada a los Oscars a la mejor canción).
El segundo corte, titulado “In Memoriam”, es una canción con un cierto aire malsano, quizás por estar asociada a la sórdida personalidad del director, y por extensión a los aspectos más negativos de "El Fondo del Estanque". Armónica y melódicamente influenciada por el espíritu de Danny Elfman, estará también presente en cortes como “L´Incendie”, y la interesante versión a cappella de “In Memoriam a Capella”.
“Carrese Sur L´Océan”, es posiblemente la canción más hermosa y turbadora de todo el film. Y que no tiene nada que envidiar al tema central, y que invita a dejar volar la imaginación, a viajar con la música a los lugares más recónditos. Un tema que en el film será también usado para describir la triste soledad de Pepinot. Un niño, que espera ansioso reencontrarse un buen día con sus padres, ignorando que éstos han muerto.
Ya que estamos hablando de personajes, conviene destacar la preciosista y mágica melodía de “Cerf-Volant”, y en especial su aparición en “Les Avions en Papier”, utilizada para acompañar la marcha de Mathieu de "El Fondo del Estanque". Sin duda, la mejor y más emotiva secuencia del fim, en la que los chicos, al no poder despedirse del buen alguacil y mejor director de coro que ha sido injustamente despedido, optan por enviarle aviones de papel desde una ventana.
Hemos de hacer también referencia, al divertido “Lueur D´Été”, y a las dos únicas canciones no originales del film: la sacra “La Nuit”, y la infantil “Compare Guilleri”.
Y bueno, del score ¿qué? Pues “haberlo haílo”, pero como a estas alturas de la reseña muchos podéis deducir, aparece totalmente condicionado melódica e instrumentalmente por las canciones. Coulais recurre al piano, cuerdas y a una contenida utilización de las maderas, como acompañamiento incidental del film. Imprescindibles, las referencias al tema central de “Les Partitions”, “Sous la Pluie” o “Morhange” (donde hay coro, pero no letra). Siendo no menos destacable “Pepinot” (apreciable variante instrumental de “Caresse Sur L´Ócean”), así como el juego que da el “In Memoriam”, en cortes como “L´Arrivée á L´École” y “Seuls”.
El disco finaliza con la canción “Nous Sommes de Fond de L´Étang”, un corte sacado directamente del film, con diálogos y todos, y donde escuchamos la divertida secuencia de la audición y formación del coro.
Seguramente, cuando Coulais comenzó a trabajar en este proyecto jamás imaginó que iba a lograr tener la vida resuelta de por vida, gracias a las millonarias ventas del disco (número 1 en Francia durante meses... y primero en las listas durante varias semanas en todo el mundo), y cómo no, por los royalties que le van a generar unas canciones que elevan a esta banda sonora al rango de obras imperecederas de la música de cine.
De hecho, tal ha sido su repercusión, que recientemente se ha sacado una edición especial, donde se incluyen temas alternativos y varios cortes instrumentales más.
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