|
01/05/2017 Música y cine junto al mar
A pesar de las inclemencias climatológicas, muy poco habituales por estos lares a finales de abril, una época del año en la que ya suele predominar el buen tiempo, tuvo lugar el pasado 28 de abril en el Club Náutico de Torrevieja (Alicante), el recital en forma de dueto propuesto por Marco Weba y la vocalista Valentina d´Antoni gracias a la iniciativa privada de Pedro Ferrer Cascales, fundador de la editorial Rosetta y restaurador del Club, así como de Antonio Piñera, quien dirige los destinos de la novel editorial. Y cabe destacarlo porque es loable que desde el ámbito privado se propongan iniciativas de este tipo para la difusión de la música de cine allá donde en muchas ocasiones no llega, por falta de interés o simplemente por mera ignorancia, la mano de los programadores públicos. La propuesta estaba concebida como un “recital junto al mar” y proponía un ramillete de variados temas populares para interpretar en solitario al piano o compartiendo protagonismo con la potente y también atemperada, según el caso, voz de la vocalista, siempre acompañados de una selección de secuencias de los films programados, los cuales se podían ver en una pequeña pantalla habilitada al efecto y que permitió a Werba interpretar la música de un modo sincronizado, comenzando siempre sus actuaciones con la proyección ya en marcha a fin de conseguir un efecto de mayor calado en el público. El recital, que comenzó casi una hora después de la anunciado debido a otro tipo de inclemencias (en este caso, técnicas, finalmente resueltas gracias al buen hacer del personal del Club y del empeño de Pedro Ferrer), estuvo investido de un claro tono didáctico, puesto que el compositor también había preparado unos textos introductorios a fin de contextualizar debidamente al público asistente antes de cada interpretación, procediendo a la lectura de los mismos un servidor, encantado de colaborar de un modo tan directo y cercano del evento.
La selección basculó entre algunos clásicos contemporáneos italianos (“El Padrino” y “Romeo y Julieta”, de Rota, “Por un Puñado de Dólares” de Morricone, “La Vida Es Bella”, de Piovani), y franceses (“Historia de O”, de Bachelet, “Love Story” y “El Pasajero de la Lluvia”, ambas de Lai), con otros de todo tipo que forman ya parte de la la memoria popular (“Gladiator” de Zimmer, “El Piano”, de Nyman, la famosa canción “My Heart Will Go On”, que compusiera Horner para “Titanic”, el díptico de Vangelis constituido por “Carros de Fuego” y “Blade Runner”, así como el inicio del “Tubular Bells”, de Oldfield, empleado en “El Exorcista”), con la pretensión de hacer un recorrido por algunas de las melodías más recordadas de las últimas décadas, en una especie de cocktail en el que se sucedían unos temas a otros de un modo un tanto aleatorio, pero manteniendo siempre la expectativa del público. La potente voz de Valentina d´Antoni impactó de inmediato en el recinto con su interpretación del tema de Rota para la conocida película de Coppola, como también lo haría, con una modulación plena de expresividad durante la magnífica composición de la canción de Lai para “El Pasajero de la Lluvia”. La cantante tuvo, además, su momento de especial lucimiento en el clásico de Andrew Lloyd Webber, “No Llores por mí, Argentina”, número principal del musical “Evita”, que acometió en castellano. Por su parte, Werba estuvo virtuoso en “El Piano”, en sus reinterpretaciones de los temas de Vangelis (en especial, en su arreglo para “Blade Runner”) y, sobre todo, en la interpretación de su tema para el thriller, “Giallo”, que compuso para el film de Dario Argento.
Aunque con posterioridad el compositor manifestara, durante la cena que el Club Náutico tuvo a bien ofrecer a intérpretes y asistentes en uno de sus salones, que su pretensión era ofrecer un concierto de tipo “generalista”, para que el público se acercara a la música de cine, lo cierto es que se hubiera agradecido la inclusión de más temas de cosecha propia. De hecho, Werba ofreció un par de bises que resultaron ser de lo más interesante de la velada pues para el primero eligió los inmortales compases del tema principal de “El Gatopardo”, la obra maestra en la que colaboraron Visconti y Rota, además del tema central, el de “Martina”, perteneciente al primer film compuesto por Werba para Cristina Comencini. Un par de perlas que el compositor y la joven vocalista remataron con una nueva interpretación de “El Padrino” de Rota, en la que de nuevo la potente voz de esta joven promesa volvió a epatar al respetable. La proximidad del público a los intérpretes y las facilidades de accesibilidad propiciadas por el tipo de evento, con una cena posterior en la que se pudo departir ampliamente con Werba y conocer de primera mano sus métodos de trabajo (recientemente ha tenido oportunidad de contar con la afamada chelista Tina Guo para el film “Seguimi”, editado en compacto por “Kronos Records”), así como comentar el estado de la música de cine actual en Italia, estableciendo paralelismos con lo que acontece por estos lares, resultó muy interesante, concluyendo que no “es oro todo lo que reluce” y que las raquíticas industrias cinematográficas europeas, caso de ser real su existencia, no brindan excesivas oportunidades para el talento de alguien que, como Marco Werba, lleva ya tres décadas trabajando incansablemente en el cine. Ojalá que se repita la iniciativa y logre cuajar en un marco tan apropiado. Más de uno debería tomar nota.
1-mayo-2017
Frederic Torres
|