|
|
| |
| > Home > Estrenos | |
| |
| Estrenos |
| |
Estrenos Primer Trimestre: Ene-Mar 2006 Por Miguel Ángel Ordóñez |
|
|
|
|
| Return to Sender (Sentencia de Muerte) 2004 Gregson Williams, Harry
El director danés, Bille August, sorprendió a medio mundo a finales de los 80 con una película sumamente interesante llamada “Pelle, el conquistador”. En 1992 demostró con “Las mejores intenciones”, que aquello no era flor de un día. Su paso al cine americano estaba cantado, pero la deslavazada “La casa de los espíritus”, primero, su fallida pero interesante “Jerusalem” mas tarde y los desastres siguientes con “Les miserables” y “Smilla: misterio en la nieve”, llevaron a la conclusión de que las virtudes de aquella obra maestra filmada en el 92 residían en el maravilloso guión autobiográfico del gran Ingmar Bergman. Con esta “Sentencia de muerte”, Bille alcanza cotas ínfimas. Lanzada directamente al mercado del video doméstico en Estados Unidos, la película no se sostiene bajo ningún concepto. Con su apariencia de producción modesta televisiva, el filme resulta ser un híbrido de las interesantes “Pena de muerte” (Tim Robbins) y “Ejecución inminente” (Clint Eastwood), con una trama endeble y tramposa que nunca eleva el tono gracias al gravísimo error de casting en el que incurre August. Ni Connie Nielsen, en su papel de amante hermana condenada a muerte por un delito que no cometió, ni Aidann Quinn con su desgastada mirada bajo el paraguas de un ex abogado que vive gracias al engaño que urde para publicar la correspondencia que entabla con condenados en el corredor de la muerte, tienen un solo gramo de verdad. La película desarrolla todos los tópicos inimaginables y se narra de manera torpe y aburrida. La progresión de la narración jamás conlleva el desenlace que toman los acontecimientos. Una auténtica tomadura de pelo que supone la absoluta defunción de aquella prometedora carrera de un danés de origen, cineasta sueco de adopción.
Con este desaguisado, Harry Gregson Williams realiza un trabajo muy en la línea de la trama. Sin recursos efectivos, con cierta desgana y potenciando los niveles modestos del filme, el compositor se limita a subrayar las escenas asentándose en recursos funcionales que demuestran una lógica apatía. La película la abre y cierra con un tema sureño para violín y cuerdas, donde asocia al personaje de Frank una serie de notas obsesivas al sintetizador. La música se muestra inocente en este punto, intentando subrayar tanto la localización de la historia, como el decisivo paso en la carrera del farsante, aquel que le lleva a renegar de su engaño y asumir los principios éticos que un día abandonó. Predispone pues al cambio, puesto que la melodía se torna nostálgica y envolvente. Poco mas aporta Gregson Williams, quién a raíz de la aparición en escena de la condenada Charlotte, convierte su trabajo en una sucesión de temas atmosféricos entregados a la electrónica que sirven tanto para un roto como para un descosido. Todo ello asociado a los fantasmas de la culpa y el pasado. En el fondo tanto Frank como Charlotte buscan la redención y en una dantesca escena final en el antiguo hogar de la Nielsen, ambos la acaban logrando. No es extraño pues, que aquí sea donde Gregson Williams desarrolle su tema sureño, aquel que en realidad fue concebido para el perdón de los pecados, sin necesidad de un Dios intermediario. La libertad espiritual residía en los propios protagonistas. Tan obvio, como innecesario.
Fecha de estreno: 13-Ene-2006
|
|
|
| The Weather Man (El Hombre del Tiempo) 2005 Zimmer, Hans
La crisis de la mediana edad. La frustración y el patetismo de un presentador de las noticias del tiempo que triunfa a un nivel profesional tanto como aritméticamente decrece su estabilidad emocional. David Spritz (Nicholas Cage) ve como su divorcio va de mal en peor, como sus hijos se enfrentan a los problemas de la pubertad con la misma falta de entusiasmo que él a su soledad, como su padre vive sus últimos momentos a la espera de que el cáncer acabe por invadir por completo su cuerpo. Una vida sometida a tantos cambios imprevistos como la propia predicción de un tiempo siempre gélido. El director Gore Verbinski, responsable de éxitos comerciales, donde aplica oficio y buenas maneras, como “Piratas del Caribe” o “The ring”, firma con este “Hombre del tiempo” una película interesante que deliberadamente conserva un tono sombrío, irremisible, convirtiendo al espectador en un personaje mas, tan frustrado ante los eventos que suceden como el propio protagonista, un Nicholas Cage que se afana en buscar su lugar en el mundo, o al menos el que tuvo y perdió por la rutina y el hastío propio de la clase burguesa.
El responsable en el apartado musical de aportar el punto emocional que requiere esta tragicomedia de ámbito cotidiano, recae en manos del alemán Hans Zimmer, quién como ya es habitual cuenta con la asistencia de uno de sus colaboradores de turno, en este caso James S.Levine, quién contribuyó en el pasado con música adicional a otros proyectos del alemán como “Chill Factor”, “Pearl Harbor”, “Cuando menos te lo esperas” o la reciente “Madagascar”. Ambos crean un microcosmos sustentado en aparato electrónico y, ocasionalmente, maderas donde parecen mantener cautivo a su protagonista. La música incide en un estado de vigilia, en melodías que potencian un cierto tono cómico obsesivo, de dimensiones acotadas. Pequeñas sonoridades que se recubren de un ligero tono melancólico, como adecuado acercamiento a la situación anímica del personaje, a su condición de perdedor. Ese envoltorio onírico, cercano al universo creado por Thomas Newman en algunas de sus obras pero que en realidad remite a los primeros trabajos de Zimmer como “Green card”, “Regarding Henry” o “Driving Miss Daisy”, es acompañado ocasionalmente por bruscas variaciones donde el tándem de compositores acuden a una estética tecno-pop, reflejando con ello la vivacidad del mundo que rodea a Spritz en clara contraposición con sus posiciones de anclaje depresivas. Por tanto, los títulos de crédito, una vez que el personaje acepta su pequeño lugar en el mundo, desarrollan esta idea con la inclusión final de un órgano Hammond que expresa una mayor vitalidad, una vez las nubes han dejado paso al buen tiempo. Un trabajo sin excesiva autoría pero interesante.
Fecha de estreno: 13-Ene-2006
|
|
|
| Iluminados por el Fuego 2005 Bonasso, Federico
El difícil ejercicio de la memoria, la expiación de los pecados y traumas internos de los excombatientes en la Guerra de las Malvinas, sirven a Tristan Bauer para perfilar un drama bélico de propuestas algo obvias y de consecuencias irreparables. Una guerra que dejó como saldo cerca de 300 muertos en el bando argentino y cuyas secuelas, en forma de suicidio, compartió un número de bajas similar. El sentimiento de derrota, el orgullo herido, la falta de conciencia de unos mandatarios absolutistas que condenaron a un pueblo al mayor de los escarnios: la vergüenza propia, todo ello en nombre de la sinrazón. En “Iluminados por el fuego” conviven dos narraciones cruzadas en el tiempo: el presente, desdibujado, infeliz, narcolépsico, frente al pasado: la guerra, el frío, el dolor, el miedo y el hambre. El abatimiento se cierne sobre el rostro de Esteban (Gastón Pauls), las heridas no cerradas, los fantasmas del pasado reaparecen cuando su camarada Alberto (Pablo Ribba) entra en coma tras un intento de suicidio. Sus recuerdos vuelven al tormento de las islas. Enfrentándose a ellos vuelve allí donde murió su inocencia. Bauer se desenvuelve mucho mejor en el terreno del pasado que en el vacilante presente. Las escenas de guerra se resuelven desde la confusión, el caos, siguiendo el desconcierto en el campo de batalla que ya mostraba Amos Gitai en su irregular “Kippour”. Película necesaria donde Bauer muestra paisajes funerarios que habitan dentro y fuera de los personajes. Inconstante, en ocasiones brillante, “Iluminados por el fuego” es cine de vencidos a la búsqueda del perdón.
Federico Bonasso, ex miembro de la banda de rock alternativo “El juguete rabioso” e hijo del escritor Miguel Bonasso, es el encargado de ambientar musicalmente el filme. La inclusión de tres canciones por parte del cantautor León Gieco, de entre las que destaca la magnífica “Para la vida”, apoyan el sentimiento de dolor y pérdida que en todo momento sobrevuela sobre el filme de Bauer. Bonasso realiza un trabajo sentido, un adagio infinito sobre el que apoya su visión derrotista, sumamente triste, de los acontecimientos. Trece músicos se sobran para desplegar esta librería de nostalgia y melancolía que apoya especialmente la cuerda y el piano. Voces solitarias (chelo y piano) que se alzan sobre las bombas en los títulos iniciales, percusión y aparato electrónico para las escenas documentalistas de los barcos zarpando rumbo a las Malvinas, elegía para cuerdas cuando Esteban se pasea por sus recuerdos o caos orquestal para reflejar el miedo y hastío en la mirada del soldado perdido entre cuerpos mutilados del hospital de campaña, son el resultado de un ejercicio musical algo simple y previsible, que descansa sobre premisas tan sencillas como efectivas. Un trabajo marcado por la angustia y el arrebato del malherido que ha perdido las fuerzas para seguir luchando, abandonado a su suerte.
Fecha de estreno: 27-Ene-2006
|
|
|
| Derailed (Sin Control) 2005 Shearmur, Edward
Para su salto al mercado americano, el director sueco Mikael Hafstrom, ha escogido una cinta que circunscribiéndose en un primer momento dentro del género romántico, deriva en un thriller turbio de manidas proporciones. Charles (Clive Owen), felizmente casado, conoce en un tren a Lucinda (Jennifer Aniston). Ambos comparten su felicidad mostrándose las fotos de sus hijas. La atracción va en aumento y desemboca en una noche tórrida en un hotel de mala muerte. El adulterio no acaba por consumarse debido a la irrupción de un ladrón en la habitación que tras golpear a Charles viola a Lucinda. Ninguna de sus vidas será desde entonces la misma, víctimas del dolor y el chantaje. Lamentablemente nos encontramos ante un producto narrado dentro del mas absoluto convencionalismo y con los giros de guión oportunos que convierten el argumento en una sucesión de escenas a cada cual menos verosímil. Todo lo planeado adquiere tintes de mentira y la progresión de la historia se demuestra torpe y previsible. Personajes caricaturizados que se sostienen gracias al buen hacer de Owen y de Vincent Cassel en su papel de psicópata peligroso. Un thriller mas, destinado al puro divertimento.
En el apartado musical, la cinta fue montada con el score compuesto por Alexandre Desplat. Las primeras copias distribuidas para el pase de pruebas incluían su nombre en los créditos. Lamentablemente, la norma cada vez mas habitual del rechazo de partituras, hizo que a última hora su trabajo fuese sustituido por el del eficaz pero limitado Edward Shearmur. Decisión errónea, puesto que el score de Desplat se muestra elegante y sensual a la par que tenso y rítmico, con reminiscencias herrmannianas aportando a la cinta un toque sobrio y distinguido. Sin embargo, el poco tiempo concedido a Shearmur para reescribir la partitura, demuestra una composición hecha con prisas, que descansa sobre clichés y donde se acaba abusando en exceso de la generación de ambientes opresivos entregados a la electrónica. Música etérea que acompaña el devenir de los personajes antes del adulterio, convive con desorden y asfixia entregada a los sintetizadores cuando el filme deriva hacia el thriller. Shearmur entrega breves momentos a la orquesta, siempre en fusión con percusiones sintetizadas, de entre los que destaca el momento en que Charles abre los ojos a la realidad y al engaño sufrido. Sin embargo, este amago de elegancia se pierde ante la conciencia de lo que este trabajo podía haber sido (Desplat) y lo que es. Wu Music se ha encargado de editar el soundtrack, incluyendo dos cortes a cargo de Shearmur.
Fecha de estreno: 10-Febr-2006
|
|
|
| Rumor has it.. (Dicen por ahí) 2005 Shaiman, Marc
Tomando como base el mítico argumento de “El Graduado”, el director Rob Reiner decide trasladar la ficción a la realidad, revisitando el romance de la Señora Robinson y Benjamin Braddock, en esta ocasión con la nieta de por medio, una Jennifer Aniston, que poco a poco irá descubriendo que la famosa Mr.Robinson inmortalizada por Anne Bancroft, no es sino su abuela Katharine Richeliu (la magnífica Shirley Mclaine) y que el joven Dustin Hoffmann, tiene debida réplica con el apuesto Beau Burroughs (un recuperado Kevin Costner). Lamentablemente, y aunque el planteamiento podría haber dado para construir una estupenda comedia, pedirle a Rob Reiner que repita un “Cuando Harry encontró a Rally” parece a día de hoy una utopía. Así pues, estamos ante el típico film “azucarillo”: que se disuelve rapidamente en una buena materia prima, que al final termina endulzando en exceso. Un par de sonrisas, alguna que otra pose sexy de las protagonistas, dos o tres miradas de galán de Kevin Costner, el saber estar de McLaine y otra tarde perdida en el cine…
Musicalmente hablando, la octava colaboración de Marc Shaiman con Reiner, su director favorito sin lugar a dudas, no ofrece nada nuevo. Partitura cliché para comedia romántica, donde piano, maderas y cuerdas son convenientemente utilizadas para dotar de sentimiento a escenas carentes de tal. Un score que no alcanza la media hora de duración total, bonito pero irrelevante. Por destacar un par de secuencias, donde Shaiman realmente llama a la puerta, podemos quedarnos con el encuentro amoroso entre Costner y Aniston, y por supuesto con la pretendidamente lacrimosa reconciliación entre esta y su prometido, con un bonito crescendo de cuerda. Donde si merece la pena detenerse son en las canciones de la joven promesa del blues Nellie McKay. Una londinense de 24 años que está llamada a hacer grandes cosas dentro del mundillo de la música. Canciones, que son producidas por Shaiman (faceta que parece interesarle más en los últimos tiempos), y entre las que destacan: "Pasadena Girl", "Face of a Faith", "Baby, You´ve Got What It Takes" (con Taj Mahal) y el clásico de Cole Porter "Just One Of Those Things". McKay también aporta dos cortes al score: "BB Blues" y "Black Sheep". Inexplicable, y sorprendentemente, no hay banda sonora editada de esta película. Pedir que se editara el score de Shaiman es una frivolidad que no me atrevo ni a sugerir, pero al menos como producto de marketing, seguro que le habrían sacado partido a una película en la que junto a las canciones de McKay, se utilizan clásicos como "I´m Beginning To See The Light" de Duke Ellington, "Moonlight Serenade" de Glenn Miller y su orquesta, el famoso “Bloody Mary” de Rodgers & Hammerstein, el clásico “A Summer Place” de Steiner, y por supuesto la versión de “Mrs. Robinson” de Simon & Garfunkel, puesta al día por los Lemonheads.
(Pablo Nieto)
Fecha de estreno: 17-Febr-2006
|
|
|
| Sky High (Sky High: Una Escuela de Altos Vuelos) 2005 Giacchino, Michael
Director de filmes tan impresentables como “Gigoló” o “Sobreviviendo a la Navidad”, Mike Mitchell se hace cargo de una secuela encubierta de ficción de “The incredibles”, con la Disney intentando repetir éxito. La familia de superhéroes mas famosa del planeta, “El Comandante” (Kurt Russell) y “Supersónica” (Nelly Preston), envían a su hijo, que desconoce tener poder alguno, a la escuela especial para superhéroes “Sky High” (¿les suena X-Men?). Allí el chaval entrará a formar parte de los alumnos de baja estofa, aquellos condenados a ser ayudantes de superhéroes: los “curritos” (como lo oyen). Pero ete aquí, que el muchacho descubre que ha heredado los poderes de sus progenitores y logrará con su astucia y la ayuda de su troupé de inadaptados salvar el mundo de una maléfica villana, “Suplicio”, y su pizpireto joker, “Risitas”. En un competitivo mundo que ha perdido los valores de lealtad y tesón, Will demostrará que lo importante no es ser el mejor o el mas fuerte sino el mas justo y el que se apoya mejor en sus semejantes (Disney y su moralina tan lacrimógena…… cuando se enteraran que hoy los niños a los 7 años se esconden en los baños de las chicas para mirar no se sabe qué). Como comprenderán no tengo la mas mínima intención de entrar a valorar las posibles virtudes del producto (mi cupo de exabruptos se acabó ayer sábado cuando enfrenté mi soledad griposa a la parrilla nocturna de las televisones estatales). Un único consejo al otrora rey de la testosterona: “Kurt, tu incipiente barriga y la musculatura fofa, producto de los años, no las disimula ni el traje a lo Mazinger Z que luces para la ocasión. ¿No crees que es mejor pensar en una retirada a tiempo?”.
En el apartado musical, el talentoso Michael Giacchino procura aplicar un hálito épico a un conjunto que se muestra deslavazado. Lo cierto es que no siempre lo consigue, cayendo en determinados momentos en un convencionalismo atroz. Condenado a la convivencia con las canciones de turno, sin embargo, demuestra una gran solidez sinfónica que acaba por salvarle de mas de un apuro. En un trabajo descriptivo que vive de la acción y la comedia, el tema central se erige en una melodía noble de ocho notas que se sustenta en los metales y que apela tanto a la capacidad heroica de la familia protagonista, como al carácter académico de la noble escuela. Un tema poderoso pero algo rutinario que progresa a ritmo marcial, o bien, adquiere connotaciones nobles en el uso de la cuerda cuando el momento lo requiere. Giacchino abusa de los clichés cuando aplica a Will un tema triste y afligido para denotar su falta de poderes, es decir su frustración por no cumplir las expectativas que sus padres han puesto sobre su persona. Pero, donde la partitura alcanza su gran momento es en las escenas de lucha final durante el baile organizado por “Suplicio”. A pesar de utilizar fórmulas tan poco originales como el enfrentamiento del metal y la cuerda, tanto el poderoso empleo de coros, como un reflexivo crescendo rítmico, desembocan en una lúcida demostración de la capacidad de Giacchino para evocar fuerza y valentía en la sucesión de mamarrachadas y mandobles en la que acaba convertida la batalla. Una música capaz de hacernos olvidar que los efectos especiales cantan mas que las alpargatas de “Kung-Fú”. Que bonito que algunos sigan creyendo en el poder del cine.
Fecha de estreno: 24-Febr-2006
|
|
|
| Cargo 2005 Warbeck, Stephen
Un joven mochilero, Cris (Daniel Brühl), astuto y decidido, tiene un encontronazo con la policía de un país africano por el que pierde su pasaporte. Con deseos de volver a casa, su única salida es colarse en un barco como polizón: el Gull. Lamentablemente, no es consciente de haber entrado en la boca del lobo, pues el barco y sus tripulantes esconden un turbio secreto. Nadie parece humano menos Cris, que tras ser descubierto y aceptado como miembro a cambio de trabajar en las cocinas, deberá medir en todo momento lo que dice o hace, sumergido entre la aparente locura del capitán (Peter Mullan) y la desidia del cocinero (Luis Tosar). Clive Gordon, experto documentalista que hace su debut en la ficción, dirige un thriller confuso y oscuro en el que prima un guión que oculta mas de lo necesario. Buscando recrear un universo claustrofóbico, el guionista habitual de Ken Loach, Paul Laverty, entreteje una sucesión de escenas agobiantes que solo acaban sosteniéndose por el oficio de sus actores. Lo que parece por momentos un thriller sobrenatural acaba convirtiéndose en un drama social con el tema de la inmigración ilegal de fondo, con un desenlace torpe y deslavazado. Interesante en su generación de ambientes, la película no es convincente en su desarrollo narrativo, en su ritmo interno, puesto que jamás entendemos que los hechos acaecidos en el pasado han podido llevar a la enajenación de una tripulación fuerte y ruda. Muy aburrida.
Esta coproducción española-inglesa-sueca, cuenta en el apartado musical con la presencia del magnífico compositor inglés Stephen Warbeck y el joven español, Sergio Moure. El trabajo de ambos puede considerarse funcional, limitándose en la mayoría de ocasiones a ejercer de generadores de ambientes opresivos y turbios, ofreciendo un muestrario de temas donde priman las cuerdas y los metales en tonos graves, ayudando eficientemente a dar sensación de pérdida y claustrofobia al viaje a ninguna parte que realiza el Gull. Como me comentó el propio Warbeck en persona, su relación con el director no fue agradable, ni tampoco la profesionalidad mostrada por la Orquesta Filarmónica de Galicia. La composición gira hacia el terror cuando se potencia el secreto que oculta la bodega del barco, empleando para ello percusión sintetizada y el ruido provocado por el uso de archivadores que se abren y cierran o, simplemente, caen al suelo, toques experimentales habituales en la obra de Warbeck (“Quills”, “The Alzheimer Case”). La sensación de hermetismo, de asfixia deja paso a una mayor definición melódica con la aparición en la escena final de un tema redentor para cuerdas. Interesante trabajo, sin vida mas allá de las imágenes.
Fecha de estreno: 10-Mar-2006
|
|
|
| Last Holiday (Las Últimas Vacaciones) 2006 Fenton, George
Antes que nada, déjenme que les prepare para la crítica bienintencionada del mes (¿o será del año?). Como vehículo construido para la cantante y actriz Queen Latifah, “Last holiday” puede incluirse en ese género, que en España tuvo su momento de gloria gracias al maestro Berlanga, de la comedia moralista. No me malinterpreten, Wayne Wang no es ni de lejos nuestro Luis Garcia, ni por ahí van los tiros. Lo cierto es que uno con la edad se va volviendo mas chocho y hay ciertos productos que, dentro de su atroz convencionalismo, le provocan a uno la sonrisa del bobo, le atraen no se sabe por que carajo o, simplemente, le manipulan mas de lo debido. Tras una carrera, en sus inicios, francamente prometedora (“Tómate una taza de té”, “Smoke”, “Blue in the face” y “La caja china”), el director hongkonés no había levantado cabeza. Incluso no hace muchas fechas nos llegaba su último producto (“Mi mejor amigo”), donde ya les avisaba de esa tendencia a la moralina en la que parece transitar últimamente el realizador de “El club de la buena estrella”. Sin ser una película plena de fuerza, “Las últimas vacaciones” es una comedia mas que resultona, sin duda gracias al buen hacer de la Latifah. Ni sus secundarios arquetípicos de medio pelo (propongo un remake a la davis bajo el título de: ¿Qué fue de Timothy Hutton?), ni la subtrama de fondo amoroso, tan falsa como innecesaria, hacen sombra al deslumbrante hechizo de esta Mary Poppins entrada en kilos, que víctima de un error médico cree encontrarse ante las últimas semanas de existencia. Dispuesta a vivir la vida que ha imaginado y plasmado en un libro de sueños imposibles, saca todo su dinero del banco y se marcha al idílico Hotel Pupp de Karlovy Bary a vivir en plan ricachona derrochadora (si se les ocurre viajar a tan bellísimo lugar, háganme caso y por nada del mundo prueben las aguas curativas de sus innumerables fuentes, a no ser que su problema sea el estreñimiento). Con su llana visión de las cosas, Latifah irá cambiando la percepción de todo aquel que se le acerque, ejerciendo de misionera del amor y el optimismo. Lo sé, ¿dónde está la gracia?. Simplemente, engancha (lo que les decía….la edad).
Cuestión de debilidades propias, entre las que sin duda se encuentra el formidable George Fenton. Condenado, últimamente, a vagar por comedias de medio pelo (“Hitch”, “Embrujada”), ello no ha sido óbice para seguir demostrando su enorme capacidad melódica, su transfigurismo camaleónico que hace años le convirtieron en uno de esos pocos compositores capaz de cambiar de registro y cumplir siempre las expectativas. Sin duda, “Las últimas vacaciones” requería un score convencional. En una comedia de negros no puede faltar el gospel o el rythm´ & blues (ni que la Latifah se arranque con su chorro de voz); en una comedia de enredos, los golpes de efecto y la humorística figura del pizzicato; en una subtrama romántica, el consabido tema de amor bucólico y nostálgico; en sus escenas de acción, un derroche de metales y cuerdas siempre bajo el paraguas de las buenas intenciones, y claro, en una comedia con mensaje, el grandilocuente tema noble que en sus crescendos de cuerda alcanza cotas de paroxismo auditivo. Todo eso aporta Fenton sin apenas despeinarse, convirtiendo en todo momento la mirada de la Latifah en un derroche de ilusión, en un canto a la vida. No es extraño que uno quede enganchado sin remedio bajo acordes tan previsibles como certeros, tan tópicos como elegantes. A sus pies, Sir Fenton.
Fecha de estreno: 10-Mar-2006
|
|
|
|
|
© 2005-2024 Copyright. Scoremagacine. |
|
|