En Scoremagacine nos hemos planteado cuál es el futuro inmediato que aguarda a la música de cine. Sin ánimo de sacar conclusiones precipitadas o dictadas por un pensamiento subjetivo, hemos preferido que sea la voz de los compositores la que arroje la luz necesaria a la siguiente pregunta: ¿qué música nos espera y cómo será su relación futura con el medio cinematográfico? Aunque la mayoría de respuestas recibidas parten de nuestros compositores españoles, algunos internacionales han querido sumarse a este experimento. Ni que decir tiene, hemos recibido de muchos profesionales la callada por respuesta. Otros, han preferido disculparse por problemas con su agenda. Los hay que incluso han decidido a última hora guardar silencio cuando habían comprometido su participación. Conscientes que algunas de ellas pueden levantar ampollas entre algún sector de la profesión, pero siempre dirigidas con el máximo respeto que nos merecen todos y cada uno de los músicos que dedican sus esfuerzos al cine, presentamos sin más dilación trece maneras de ver y entender la “situación actual” que atraviesa la música cinematográfica.
PREGUNTAS 1.- ¿Cómo valora la situación de la música cinematográfica actual? ¿Encuentra en ella un marco idóneo para desarrollar sus actitudes creativas como compositor?
2.- ¿Cómo valora la aplicación de las nuevas tecnologías informáticas a la composición, la aparición de softwares y samplers como herramientas al servicio del músico? ¿Considera que estas nuevas herramientas fomentan un cierto intrusismo profesional al otorgar mayor facilidad de acceso a músicos de otras áreas sin una preparación cinematográfica y musical específica?
3.- ¿Cómo ve el futuro inmediato de la música cinematográfica? ¿Cree que la aparición de nuevos formatos y esferas de difusión (internet, televisiones de pago) pueden afectar al músico cinematográfico o a la manera de entender la disciplina?
JAVIER NAVARRETE ("El Laberinto del Fauno", "Minor")
1.- Encuentro que ésta es en general una buena época para la música cinematográfica. Razones: variedad de estilos y lenguajes usados, globalización de sonidos e instrumentos, calidad de reproducción en las salas comerciales, así como en los distintos formatos domésticos. Por relación a digamos los años ochenta, la música de cine está mejor escuchada en España y en el resto del mundo.
2.- La aplicación de las nuevas tecnologías permite una mejor preparación del resultado final, y también una mayor implicación -y control- del director, montador y productores de la película. Desde este planteamiento, no creo que la instauración de las nuevas tecnologías sea primordial para favorecer el intrusismo. De todas formas, he de decir que no soy una persona contraria al intrusismo.
3.- La aparición de nuevos formatos implicará la revisión de los derechos de autor, tal como los conocíamos hasta ahora. Los músicos tendrán que ponerse las pilas como están haciendo los actores y escritores en USA, si realmente no quieren quedarse atrás.
DANIEL TARRAB Y ANDRÉS GOLDSTEIN ("La Puta y la Ballena", "Inheritance")
1.- Andrés: Creo que este es un momento muy interesante en el cual la industria cinematográfica y los directores están necesitando y pidiendo salir de un molde industrial que si bien tiene ejemplos memorables y extraordinarios a lo largo de la historia, en la medida en que se tiende a caer en ciertos lugares comunes tanto en la concepción estética como en el abordaje de alguna manera esta se va agotando. Es muy frecuente ver un film y tener esta sensación: esto ya lo escuche mil veces!! ¿No hay otro posible abordaje? Esto lo siento no como compositor sino como amante del cine. La posibilidad de una mirada a veces más austera, despojada y menos superproducida le pueden otorgar a la obra cinematográfica como totalidad una frescura muy particular que creo que los grandes directores valoran especialmente en este momento.
En definitiva, como decimos con Daniel de lo que se trata nuestra tarea es la de leer entre líneas cual es el lenguaje que el film esta pidiendo, encontrar ese delgado hilo y tirar de el. En otras palabras, descubrir la propia voz de ese film y permitirle que se exprese.
2.- Daniel: La tecnología es una herramienta fascinante que permite experimentar y tener una noción increíblemente aproximada de lo que uno esta imaginando a la hora de componer. Afortunadamente no existe ningún software que provea ideas. Solo son herramientas. Bajo ninguna circunstancia el más sofisticado de los samplers con una orquesta de cuerdas puede ni podrá reemplazar la emoción que resulta tener a 40 tipos tocando y vibrando juntos. Siempre faltara el alma, la adrenalina y el ADN. De cualquier modo no creo en el fundamentalismo. Porque por otra parte de acuerdo a la estética que requiera el film hay veces en que la elección de texturas o sonoridades que provienen de ciertos softwares resultan maravillosos y a veces imprescindibles y que lo último que uno necesita ahí es tener músicos tocando ni una sola nota.
Efectivamente la tecnología ha dado la posibilidad a músicos con poca formación o con un talento relativo a acceder a cierto grado de realización. No obstante, “lo que natura non da ni Salamanca ni la tecnología nos prestará”. Cuando el espectador tiene sensibilidad percibe todo. Cuando el soundtrack solo cumple la función de callar el silencio se nota y es patético.
3.- Andrés: Como decía anteriormente creo que es un momento interesantísimo. Afortunadamente la industria cinematográfica no sólo es Hollywood y hasta Hollywood está buscando expresiones artísticas de otras latitudes, otras texturas y sonoridades, otras cabezas…
LUIS DE ARQUER ("Sinfonía de Ilegales")
1.- Creo que la situación actual es excepcional y al alza. Yo, desde luego, encuentro ese marco adecuado.
2.- Son herramientas. No creo que den o quiten talento a la música, pero como herramientas de trabajo son muy útiles. Creo que una gran variedad y cantidad de músicos que enfoquen su mirada hacia este mundo de la B.S.O, hará que suba el nivel de exigencia de los buenos directores y sepan diferenciar el grano de la paja, ya que son ellos en definitiva quien escogen a los músicos.
3.- El futuro lo veo mucho más accesible y variado. Por otro lado con muchas perspectivas de que se convierta en el nuevo repertorio culto de las salas de concierto habituales. Respecto a que la aparición de nuevos formatos afecte al músico, creo que no, si algo tiene un punto de calidad, la difusión lo único que hace es enseñarlo. Sí es un problema sabido que los medios mal conducidos hacen perder mucho tiempo a todo el mundo. La broma del Chiquilicuatre (cantante español enviado a Eurovisión) es un ejemplo del poco respeto hacia la música que tiene TVE, y en definitiva un amplio sector de esos directivos que se ocupan de espacios culturales en medios de comunicación, que no deberían ocupar!.
DARIO MARIANELLI ("Atonement", "Pride & Prejudice")
1.- I think creativity can only be stimulated by challenge, and stifled by complacency. I believe that it is in the nature of Western art to search forever for the new, break rules, transform taste and sensibility, pose questions more than answer them. Film, like all art, is actively attached to changing taste and fashion in an two-way manner: it is partially responsible for those changes, as well as influenced by them. In that respect, as an ever-changing art in sync with society and life, film is one of the best possible places where to develop "creative attitudes". For film-music, in particular, there´s never been a better time for new voices to emerge, and for exploration and innovation to take place. There are many brilliant and diverse composers working at a very high level, and film-music is constantly breaking the mould and re-inventing itself.
Creo que la creatividad sólo puede ser estimulada por los retos, y cercenada por la complacencia. Pienso que está en la naturaleza del arte occidental buscar continuamente lo nuevo, romper reglas, cambiar gustos y sensibilidades, plantear preguntas en vez de contestarlas. El cine, como cualquier arte, se halla continuamente sujeto a los cambios de gustos y modas en una doble forma: es en parte responsable de esos cambios, al igual que es influenciado por los mismos. Al respecto, como un arte siempre mutable en sincronía con la vida y la sociedad, el cine es uno de los mejores ámbitos posibles en los que desarrollar “aptitudes creativas”. En cuanto a la música de cine en particular, no ha habido mejor época para que emerjan nuevas voces, así como para que la exploración y la innovación tengan lugar. Hay muchos compositores brillantes y variados trabajando a un nivel muy alto, y la música cinematográfica sigue constantemente rompiendo moldes y reinventándose así misma.
2.- And what would "enough preparation" be? I personally think that it is a good thing that people with ideas and imagination can have the chance to express themselves, using whatever tool is available to them; whether is pencil and paper or computers or both, it really does not matter at all. The important things are the ideas, and the ability to put them across. They usually come from the inside, not from "musical or film preparation".
¿En que debería consistir “una preparación específica”? Personalmente creo que es bueno que gente con ideas e imaginación pueda tener la oportunidad de expresarse, utilizando cualquier herramienta a su alcance; no importa tanto si es lápiz y papel, como si son ordenadores, o ambas. Lo importante son las ideas, y la habilidad de transmitirlas. Normalmente, éstas vienen de dentro, no de una “preparación musical o cinematográfica”.
3.- It probably will, but it´s hard to see in which way. One of the great attractions of this profession is that there are no rules, every project has to be taken on its own merit, and the problems to solve are always different. I think the changing formats will throw in some interesting problems to solve, but that´s what makes it fun!
Probablemente ocurrirá, pero es difícil saber en qué sentido. Uno de los grandes alicientes de esta profesión es que no hay reglas, cada proyecto ha de ser abordado en su propio contexto, y los problemas para sacarlo adelante son siempre diferentes. Opino que los cambios en los formatos derivarán en algunos problemas interesantes de resolver, pero ¡eso es lo divertido!
ALEX HEFFES ("The Last King of Scotland", "Touching The Void")
1.- Yes, I believe it is still a good creative environment - probably one of the best. Cinema has always been an industry. The challenge for composers has always been to combine art with a commercial sensibility. It´s just that some do this more successfully than others I think. At the high-budget end of US cinema tastes in all aspects of movie making have become quite conservative which can make a creative composer´s job harder. On the other hand the flourishing of indie films has greatly widened the scope for new expression. So, there´s a wide range of options out there. I definitely think that there is a greater appetite for new voices. I also think the great thematic orchestral score will not go out of fashion. Audiences love strong thematic music, and the orchestra is such a powerful way of delivering this.
Sí, creo que es un buen marco creativo -probablemente uno de los mejores-. El cine siempre ha sido una industria. El reto para los compositores ha radicado siempre en combinar el arte con una sensibilidad comercial. Es sólo que algunos lo hacen de una manera más exitosa que otros. En cuanto a las superproducciones americanas, se han convertido en bastante conservadoras en todos los aspectos de la producción, lo que puede hacer el trabajo de un compositor creativo más duro aún. Por otro lado, el resurgimiento de los filmes “Indie” ha abierto el radio de acción para nuevas formas de expresión. De este modo, existe un amplio rango de opciones ahí fuera. Creo rotundamente que hay un mayor apetito de oir nuevas voces. También pienso que las partituras orquestales de grandes temas no pasarán de moda. El público ama la música de rotundidad temática, y la orquesta es el medio más potente para conseguir esto.
2.- Computers are great. I love them. They can´t make anyone who doesn´t have talent write good music though. They are a great tool.
Los ordenadores son geniales. Me encantan. Aunque no pueden lograr que alguien sin talento escriba buena música. Lo cierto es que son una gran herramienta.
3.- The only way forward is the future. There´s no way back! Embrace what´s coming and make it work for you. That´s probably how I see it.
El único camino hacia adelante es el futuro. ¡No hay vuelta atrás! Acepta lo que venga y hazlo productivo para ti. Así es como lo veo yo.
NANI GARCÍA ("De Profundis", "El Niño de Barro")
1.- Creo que el audiovisual y la música están condenados a entenderse en un futuro inmediato. Ahora bien, la relación que mantiene con el cine no va a ser suficiente para colmar las expectativas que el mundo de la composición viene poniendo en su relación con las imágenes. Quiero decir con esto que la música va a seguir dependiendo del mundo del audiovisual y viceversa, pero cada vez se van a conocer nuevas propuestas encaradas desde una perspectiva contraria, sobre todo por la necesidad que la música va a plantear de acceder a esbozos de libertad compositiva total y no dependiente de la servidumbres planteadas por el hilo argumental. Los dos acercamientos van a convivir paralelos y serán capaces de realimentarse por ósmosis dada su dependencia mutua a la hora de progresar. Mi punto de vista es, que la sociedad tecnológica que nos envuelve no nos va a dejar lugar a otra. Con esto no digo que la música pura esté en regresión, pero sí digo que los tiempos que corren posiblemente propicien este panorama. En definitiva el lenguaje o el código que se ha ido creando alrededor del mundo cinematográfico no sólo es idóneo sino que va a ser específicamente necesario a la hora de componer.
2.- Positivamente. Es algo que se deriva de forma natural del conocimiento humano y debe de asumirse como tal. Por un lado, algunas aplicaciones conforman herramientas de ayuda a la comunicación de las ideas del compositor como lo fué en su momento la pluma, la tinta, el bolígrafo o la imprenta. Y por otro lado, nos encontramos con nuevos instrumentos o formas de crear y tratar sonidos que amplían la paleta de timbres de las que dispone el compositor, lo cual creo que siempre es positivo. El resto de lo que podamos derivar de todo esto será consecuencia del buen o mal uso que se haga de ello. En cuanto al intrusismo profesional es algo de lo que no podemos escapar. Todo cambio cultural o social deja cadáveres. Está en nuestras manos, me refiero al colectivo profesional, el buen uso de los recursos disponibles. Parece un discurso medioambiental o relacionado con cualquier otro ámbito pero el posible parecido se debe a la lógica aplastante de la realidad que rodea a este tipo de fenómenos. Además creo que el fin sigue siendo el conseguir buenos contenidos con ideas frescas independientemente de la biografía o el curriculum profesional del autor. Es la única forma de conseguir innovación, aunque crezca mala hierba.
3.- Creo que no sólo pueden afectar sino que deben afectar al compositor cinematográfico. De hecho creo que todo compositor cinematográfico ya ha dejado de serlo para convertirse en “audiovisual”. Los nuevos formatos están interaccionando entre sí, y traerán luces y sombras sobre esta actividad, pero todo esto los profesionales tenemos el deber de leerlo en clave positiva. En todo caso, a veces estamos dándole vueltas a cosas sobre las que apenas tenemos capacidad de decisión y normalmente no nos queda otra que “adaptarnos”. Entrecomilllo esta última palabra porque quisiera hacer distinción entre actitud “adaptativa” y no “acomodaticia”. El “adaptarse” lo entiendo como una actitud activa y “acomodarse” como todo lo contrario, de brazos caídos.
ROQUE BAÑOS ("The Machinist", "The Oxford Crimes")
1.- Creo que es un marco idóneo para componer, a pesar de tener que estar sujeto a unas imágenes. Todo creador, en cualquier arte, necesita un camino, un apoyo, un pretexto o algo que le inspire y le incite a crear. En nuestro caso son imágenes, nuestra música es por tanto programada, o programática, como lo llamarían los clásicos, y la historia de la música esta llena de estas composiciones.
2.- Hoy en día disponemos de una tecnología a nuestro alcance que ya quisieran haberlas tenido los grandes compositores, no sólo de la música de cine, si no de toda la historia de la música. Dichas tecnologías son, sin embargo, puros instrumentos que utilizamos para la pre-escucha, posibilidades de simbiosis con diferentes estilos y experimentación con nuevos campos sonoros provenientes de la síntesis del sonido. Todo ello nos provee un campo enormemente extenso para crear emociones, que es nuestra principal misión. Sin embargo, no creo que ello implique un intrusismo. El conocer todas estas herramientas no implica que se tenga un conocimiento de la composición, de la armonía o del desarrollo temático, y ni mucho menos de la función dramática de la música. Y si alguna vez lo ha habido, el tiempo se encarga de poner las cosas en su lugar.
3.- Creo que el músico cinematográfico tiene y tendrá siempre la misma función o cometido, apoyar imágenes con su música. Aparecerán nuevas tendencias, volverán la viejas, tendrá más o menos difusión, pero nuestro trabajo siempre será el mismo. A la mente de cualquier compositor importa poco realmente todo eso, al final hay que componer.
BERNARDO BONEZZI ("Que He Hecho Yo Para Merecer Esto", "Mujeres al Borde de un Ataque de Nervios")
1.- Creo que hay muy pocos compositores que hagan música interesante actualmente. Sin embargo, no debemos olvidar que la música de una película depende de ésta, con lo cual creo que nos estamos enfrentando a un problema mucho mayor y es el que se hacen muy pocas películas interesantes. Por eso quizás haya que buscar con mucho más esfuerzo trabajos inteligentes, que suelen proceder del cine independiente.
En cuanto a España en concreto, desde que productores y directores descubrieron que se podía grabar con orquestas sinfónicas de países del Este de Europa por un coste muy reducido, se ha vuelto a un clasicismo empalagoso y fuera de todo contexto. Me gustan las orquestas sinfónicas, por supuesto, y las he utilizado, pero según para qué película. Con ellas se corre el peligro, que he visto demasiado a menudo últimamente, de que la música sea más grande que la película, lo que distrae al espectador y lo saca fuera de situación. Además, parece haberse generalizado el abuso de música en las películas, con el ingenuo pretexto de que “con música todo pasa mejor”; luego aparecen estupendas películas como “La soledad” de Jaime Rosales, que no tienen música en ningún momento. Citaré dos aforismos de Robert Bresson, que creo que deberían ser fundamentales para cualquier compositor cinematográfico: “Cuando basta sólo un violín, no emplear dos” y “El cine sonoro ha inventado el silencio”.
En mi caso personal, últimamente no he trabajado para cine porque no he encontrado o no me han ofrecido ningún proyecto que me estimulara. Creo que se intenta reducir al máximo el riesgo en una película, y por lo tanto se recurre a fórmulas manidas y estereotipadas. He trabajado mucho en cine y televisión, y sinceramente no me siento con ánimos de volver a repetir lo que ya hice cuando me pareció que era verdaderamente el momento de hacerlo.
2.- La tecnología informática ha sido de una enorme ayuda para el compositor. Por un lado, en vez de escribir con papel y lápiz como antes, se pueden escribir las notas directamente en el ordenador, lo cual facilita cualquier cambio que se quiera hacer a posteriori. Digamos que estos programas son como un procesador de texto pero para música, con las funciones de copiar, pegar, borrar, etc.; todo esto es de gran utilidad tanto si el compositor quiere retocar algo de lo que ha escrito como si por exigencias del montaje una secuencia se acorta o alarga. Por otro lado hay samplers muy buenos en el mercado, lo que facilita que directores y productores se hagan una idea bastante aproximada de cómo va a sonar la música una vez grabada, con lo que se está a tiempo de corregir, si fuera necesario, y evitar desagradables sorpresas una vez que la música está grabada y pagada.
El lado negativo está precisamente en la facilidad que compositores o arreglistas, que no saben lo que es el cine, puedan entrar en el mercado y además tirando los precios por los suelos. Esto ocurrió hace poco en España, pero me da la sensación de que por fin está emergiendo la gente con verdadero talento y desapareciendo la gente sin cultura cinematográfica. De todos modos, esta situación me recuerda a la que se vivió hace unos años con la aparición del programa “PhotoShop”; de la noche a la mañana todo el mundo era diseñador gráfico, sin tener la base y los conocimientos necesarios para serlo. Por suerte el tiempo va haciendo una criba natural y se va quedando la gente que realmente vale.
3.- La evolución de la música cinematográfica va inevitablemente unida a la evolución de la cinematografía en sí, y deberá adaptarse a ésta. Las nuevas tecnologías han obligado a que ahora mismo nos encontremos en un momento de cambio, pero sin saber con certeza hacia donde vamos a ir. En mi caso, por ejemplo, siempre he diferenciado la composición para una película cinematográfica de la de una película televisiva. El grado de atención que tiene el espectador en una sala cinematográfica es inevitablemente mucho más profundo al que se tiene en casa frente a un televisor. El propio entorno del hogar suscita muchas distracciones, y por tanto tiene un lenguaje diferente al de las salas. Las sutilezas tanto visuales como sonoras de una película cinematográfica se pierden cuando son contempladas en un televisor; así pues siempre he pensado que las películas televisivas deben ser, en su conjunto, más directas ya que, desafortunadamente, se miran sin ver y se oyen sin escuchar.
BRUCE BROUGHTON ("Young Sherlock Holmes", "Silverado")
1.- No.
2.- The “new technologies” have made it possible for composers, who have no access to large acoustic ensembles like orchestras, to create, perform and experience their music immediately. In many cases, composers have skimmed or bypassed the learning process of the How and the Why of orchestras, and, in many cases, of music itself. I´m referring now to new and emerging composers in general, from what I´ve seen at the university level. New technologies have always been around. For example, the introduction of valves into brass instruments was a new technology. So, it´s not the technology itself that is at issue. It´s how it´s used. Music, like any craft, takes some time to learn. Today, it is possible to access versions of it immediately. Anyone can create some music with a simple and ubiquitous software system like GarageBand and then put it up on a site like MySpace and sell it to the public. This process bypasses traditional writing, performing, studio recording and record production, as well as all of the business attached to it. The history of music and/or of film is not particularly important to many people involved in the process of creating music and/or film.
So, do I rate the new technologies as positive and helpful tools? Yes. Do I highly rate the composers as well? Not necessarily. Some composers are very musical and very skilled with film, no matter what method they use to produce their work. Some composers aren´t.
Las “nuevas tecnologías” han hecho posible que compositores que no tienen acceso a grandes agrupaciones sonoras como orquestas, puedan crear, interpretar y experimentar su música de manera inmediata. En muchos casos, los compositores han desnaturalizado u omitido el proceso educativo acerca del Cómo y el Por Qué de las orquestas, y, en muchos casos también, de la música en sí misma. Me refiero a los nuevos y emergentes compositores en general, desde lo que yo veo ahora a niveles universitarios. Por ejemplo, la introducción de válvulas en instrumentos de metal fue una nueva tecnología. Por eso, no es la tecnología en sí misma la cuestión. Es el modo en que se utiliza. La música, como cualquier habilidad, lleva su tiempo de aprendizaje. Hoy es posible acceder a ella inmediatamente. Cualquiera puede crear algo de música con un sencillo y ubicuo software como el GarageBand, luego subirla a un portal tipo “MySpace” y venderla al público. Este proceso pasa por alto la composición, ejecución, grabación en estudio y producción tradicionales, al igual que todo el negocio unido a ello. La historia de la música y/o el cine, no resulta precisamente importantes para mucha gente involucrada actualmente en el proceso de crear música y/o cine.
Por eso, ¿valoro positivamente y como herramientas útiles a las nuevas tecnologías? Si. ¿Valoro igual de alto a los compositores? No necesariamente. Algunos compositores están muy cualificados musicalmente para el cine, sin importar el método que usan para llevar a cabo su labor. Otros no lo están.
3.- Personally, I think that “film scoring” in terms of the traditional meaning of the phrase is in a sorry state, if not dead forever. Styles change, of course, and film is primarily a commercial medium. It´s part of show business. The first consideration of film is not art or aesthetics, but rather what will sell. The grand orchestral score with the big emotional gestures, the great melodies, the intense passion — all of these might be resurrected in some form in the future, if the styles go that way again; and they may. The difference will be that contemporary composers for the most part are no longer able to write the way that their predecessors did. If you doubt what I say, look around at music in general — it doesn´t matter whether it´s pop or concert. See if you can find this sort of music anywhere. It´s gone. As for the appearance of new formats and media, I believe there will always be film music of some kind. Today, it´s easier and quicker to produce and it doesn´t need a Mozart to compose it. Even some directors and film editors are able to do it. At the moment, it competes with sound effects and is not as important as it once was, but that may change.
To answer your earlier question: Is this a good time for film music or is it in crisis? I would say, it´s not a good time for film music. Whether it´s in crisis or not, I couldn´t say. But you had some reason for sending this questionnaire, and I suspect that you don´t think it´s a good time for film music, either, and you may even think it´s in crisis, since there´s not much that can be seen coming over the horizon at the moment. In case no one´s been watching, all music has undergone an enormous transformation in the last twenty years. I think it´s time to say goodbye to the past.
Personalmente, creo que la “composición para cine”, en el significado tradicional de la frase, está en horas bajas, si no muerta para siempre. Los estilos cambian, por supuesto, y el cine es ante todo un medio comercial. Es parte del show business. Lo primero que se tiene en cuenta en el cine no es el arte ni la estética, sino lo que venderá. Las grandes partituras orquestales, de fuertes intenciones emocionales, las grandes melodías, la pasión intensa... todo esto podría resucitar de alguna forma en el futuro, si los estilos vuelven por esos senderos otra vez; y deberían. La diferencia radicará en que la mayor parte de los compositores contemporáneos no están capacitados para escribir de la forma que lo hicieron sus predecesores. Si tenéis alguna duda de ello, echad un vistazo a la música en general -no importa si es pop o concertista-. Decidme si podéis encontrar aquel tipo de música por alguna parte. Simplemente se fue. Con respecto a la aparición de los nuevos formatos, creo que siempre será música de cine de alguna forma. Hoy, es más fácil y rápido producirla y no necesitas a Mozart para componerla. Incluso algunos directores y editores son capaces de hacerla por si mismos. En la actualidad, la música rivaliza con los efectos de sonido, y no tiene la importancia que una vez tuvo, pero esto debe cambiar.
Para contestar a vuestra primera pregunta: ¿Es una buena época para la música de cine o está en crisis? Yo diría que no estamos en un buen momento para la música cinematográfica. Si está en crisis o no, es algo que no puedo afirmar. Pero tendréis alguna razón para mandar este cuestionario, y sospecho que vosotros tampoco creéis que ésta sea una buena época para la música de cine, y que incluso penséis que se haya en un periodo de crisis, teniendo en cuenta que no hay mucho que pueda vislumbrarse en el horizonte por ahora. Por si alguien no se ha percatado, toda la música ha experimentado una enorme transformación en los últimos veinte años. Creo que es el momento de decir “adiós” al pasado.
CARLES CASES ("Oviedo Express", "Darkness")
1.- Precisamente nos encontramos (bajo el punto de vista creativo) en un momento, digamos que desagradecido, puesto que al imponerse el factor industrial con gran superioridad a al factor artístico dentro del mundo cinematográfico, han cambiado totalmente las referencias musicales. Es por esto que a los compositores no se nos estimule a la creatividad, sino no que se nos piden unos patrones ya muy gastados y superhabituales en este mundo (digámosles funcionales), claro que muchos "compositores" que ahora desarrollan su ejercicio en el cine sin ello no tendrían camino, ya las propias escuelas especializadas van en esa dirección.
2.- La inmersión de nuevos medios electrónicos-instrumentales, de composición, sincronización, etc..., como hecho aislado en si, no me preocupan lo mas mínimo. En cambio, si me llegan a preocupar dos factores: A) el talento real que se esconde detrás del que utiliza dichos medios, y B) el desconocimiento musical de gran parte de quienes tienen las riendas de la mayor parte de las películas, ya que con motivo de esta vulnerabilidad se facilita este intrusismo tan al alza que vivimos en este mundillo.
3.- Esta respuesta no es más que la reunión de las dos anteriores.
JORGE MAGAZ ("La Mirada de Ouka Leele")
Con permiso, preferiría aunar las preguntas en una respuesta común que nos lo ponga más fácil:
Quizá el hecho de que la valoración no sea elevada, haga más interesante la oportunidad de trabajar en ella. Resulta difícil imaginar algo tan aburrido como una música empeñada en robarle el tedio a una pantalla cansada de divertirnos: lo que propicia que todo intento venga a ser cada vez más respetable. Mucho y nada ha cambiado desde que los mágicos ritos fueran acompañados de tambores para hacer más efectiva su representación. Aunque parezca lo contrario, es la falta de gobierno lo que lo hace llamativo. Un gobierno evolutivo que se derrite cuanto más es arrastrado por los tiempos que corren (cuando le preguntaron al anciano Lumiere sobre su invento, no dudó de abominar aquello en lo que se había convertido). Por otro lado, las ideas adornianas, supuestamente arrancadas al futuro, sobre la concepción de la música para las salas de concierto, no parecen haber cuajado. Sin embargo, la composición turística para el cine de aquellos creadores “serios” de primera mitad de siglo ha terminado, ninguno de nosotros puede ser ya extranjero del medio. Hasta el punto en que se hace complejo escribir de espaldas a él. Muchos siguen agonizando en el pánico de la desmembración de la autoría sin reparar en que una gran parte se ha perdido para siempre. Ahora habitamos un tiempo donde la imaginación respira asistidamente; como ya han constatado algunos teóricos, la rigurosidad de la afinación y los derechos de autor no tenían sentido en la sociedad medieval donde la improvisación era una práctica común. De modo que, no veo motivos de alarma y una vez presentados a la ventana que miramos desde niños, poca cabida tiene racanearle ahora rechazados bloques sólo porque nuestra técnica se cree más poderosa que los millones de miradas imantadas a una trama que nunca fue nuestra (gracias a Dios). ¿Estimulante? sí, aunque solo sea por “desmecanizar” el endeble marcapasos de la industria hasta enterrarlo o para ser expulsado del “paraíso” al que jamás debimos venir.
Hemos llegado a un sitio donde la valentía ya nada tiene que ver con la nobleza y la musicalización imaginada de un bloque guarda la medida de aquel que lo componga; pues el fotograma espera, como un chicle usado, masticar todos los sabores que quieras confiarle. La elaboración o la desidia no conecta con las soluciones certeras, sino con el triunfo de una voluntad acaprichada en la colmación del presente mismo (tal vez también dependa de tu apretada agenda) y pudiera no dejar de ser perfecto. Es más interesante poner la música que escuchas en la imagen, que musicar la imagen con la escucha que tú impones. Y eso es algo que se desprende más de las obras que de los ingentes tratados apilados sobre las mesas de los conservatorios. Si para llegar a ello hemos de acallar una soberbia megalítica que atranca los vehículos de calzarle tantas ruedas, bienvenido sea (acercándonos a la utopía cageniana de la negación del autor). No propongo más que estar aquí. Después de la fase ahora comenzada de generación tímbrica, pasaremos a un estado donde el principio volverá a ser las correspondencias, la manipulación de materiales conectables ya creados. Un lugar donde la comprensión de la metáfora deje de ser una salida de emergencia para las secuencias inmusi-cables. Un lugar donde, después de negar el lenguaje a través de la similaridad de los contrarios, podamos rehacer la maltrecha manta semántica con una música capaz de trasladar nuestros sentidos a una nueva edad de piedra del oído. Una reinvención timpánica que ya no trate de colocar el sistema fuera del peligro, sino que asuma su avance como portador de la semilla destructiva; devastación que en algún momento alumbre una estructura estallable.
Llegados a este punto, nos encontramos con el primer “arte” de la historia, incapaz de “matar al padre”. Un arte esforzado en falsificar a los maestros insaciablemente hasta convertir cada tirada de dados roídos en un acto inocuo; una tirada donde todas las aristas han sido limadas para que las diferencias rueden suavemente como canicas por la película, no sea que pueda posarse en alguna cara jugable, creando una suerte de papilla difícilmente reconocible, (eso sí, vitaminada de decibelios). ¿Qué más puede dar entonces la aparición cualificada o no de cualquiera? Todo pudiera valer mientras se siga escribiendo música para el cine y no para un plumoso disco, del cual, en cualquier caso, pocos esperan oír si te cuesta más que una pulsación de ratón. ¿Qué más puede dar entonces el uso o no de cualquier herramienta? ¿Acaso no ha sucedido siempre en la historia del arte, que las nuevas técnicas modifican la concepción estética? Como cuando los pintores, gracias a los nuevos materiales pigmentarios, pueden salir de sus estudios a retratar en sus lienzos los exteriores que invadieron de pronto las salas de exposición. Lo mismo que ocurre con las cámaras digitales, cada vez más ligeras, cuya impronta resulta innegable en el cine de ayer, y no digamos en el de hoy, donde rodamos con móviles. En cualquier caso, ya sea con frases sampleadas o con papel de periódico, se confirma la tendencia de una técnica de reciclaje cuyo manejo ya dominan muchos (a pesar de todas las señales de tráfico que los exégetas quieran imponer). El empobrecimiento del medio no depende de la inclusión de aficionados a la profesión, sino del desgaste lapidatorio de energías hacia estos, por parte de los que no las aprovechan para hacer buena música que esté en su mano.
Y mientras tanto, los inventores no dejan de echar humo para tratar de “re-cinemascopizar” el formato. Pero nosotros continuamos ennegreciendo el papel con las corcheas de hace veintitantos siglos. Habrá un momento en el que el 10% de los bloques “principales” de lucimiento se compongan con la misma desgana con la que se fabrican el 90% de los colchones requeridos ahora para la imagen; entonces, se volcarán las fuerzas de aquellos en estos: en productos de sofisticado descanso donde los resortes armónico-contrapuntísticos de nuestros ancestros vendrán a ser convocados renovadamente por virtuosos de otra futura técnica. La de residir en la comisura de un silencio no llamado, como en los cuadros de Rotko donde la plasmación del negro es de una abundancia tal, que está apunto de hacer desaparecer la expresión misma con el cuadro. El amueblamiento preludiado por Satie nos aguarda irremisiblemente en el comienzo de este siglo, del mismo modo que la decoración de nuestras casas, a estas alturas, normalizadas por el señor Ikea. Una vez más, se da la circunstancia de que los que más amarga e inquisitorialmente levantamos las quejumbrosas preguntas (no me excluyo), probablemente seamos los que menos hemos comprendido lo que esté ocurriendo.
SERGIO MOURE ("Inconscientes", "Cargo")
1.- Supongo que desde el primer momento que me quedé enganchado sin remedio a la música de cine (que creo fue cuando vi “Los intocables” de Brian de Palma y al maestro Morricone en acción), comprendí que una banda sonora puede aportar a una obra audiovisual un sin fin de matices, colores y texturas emocionales.
Desde luego que pienso, por lo tanto, que el cine es un marco idóneo para desarrollar actitudes creativas, aunque la libertad es siempre relativa y viene determinada por el grado de confianza que deposite en ti el director, que en una situación ideal debe de transmitirte que papel a nivel emocional le quiere dar a la banda sonora que vas a componer y ser tu, con tus conocimientos y su aprobación quien elija de la paleta de textura instrumental cual serán los colores mas adecuados para cada caso.
La lección más importante que tiene que aprender un compositor de cine, es que su trabajo a de estar necesariamente supeditado a la historia que se quiere narrar y no utilizar un vehículo tan reluciente como el que se nos brinda para conseguir objetivos como el lucimiento personal. Una orquesta sinfónica no siempre va a ser la formación mas idónea para ambientar una historia, ni por ejemplo, una guitarra eléctrica lo mas apropiado para hablar de los problemas de la adolescencia. Hay que saber utilizar los códigos y aplicarlos con coherencia.
2.- Las nuevas tecnologías nos brindan unas herramientas magníficas para desarrollar nuestra labor, pero son eso, herramientas. Nos permiten hacer simulaciones instrumentales u orquestales para que el director se haga una idea mas o menos aproximada de lo que estas componiendo y que pueda ir haciéndote sugerencias y comentarios durante el proceso de composición.
Lo peligroso comienza en el momento en que uno no sabe discernir entre sus conocimientos reales y las ilusiones sonoras que te puedan crear cincuenta pistas de samplers con cuerdas, coros, y cuatro niños búlgaros sonando con una reverberación a escala interestelar. Un compositor que se precie sabe que eso hay que llevarlo a la práctica real de una grabación en estudio y en un determinado momento saberle decir al director de la orquesta que un pasaje tiene que ser interpretado mas rubato, por ejemplo.
3.- El futuro de la música cinematográfica española, pienso que es bueno y malo a la vez, me explico.
Lo bueno es que los nuevos directores jóvenes tienen un visión mucho mas clara del papel de la banda sonora ya que la gran mayoría han recibido tanto en las centros donde se forman como en el cine o la televisión que ven, una gran información de la industria anglosajona, y esto les ha demostrado el papel importantísimo y vital que tiene la música en cualquier tipo de producción proveniente de este mundo. Un director joven ya ha integrado la música en la idea global de la película que va a rodar y sabe perfectamente como la va a integrar a la hora de montarla y que decirle al compositor para que este genere músicas que lleven a buen término la idea que tiene en la cabeza, por lo que el panorama en este sentido me parece positivo.
Por el lado malo están las políticas de producción o coproducción a nivel europeo y español que se basan en que los equipos se tienen que formar en primer momento por cuotas de procedencia geográfica y no por su idoneidad o profesionalidad, lo cual si lo pensamos fríamente es una barbaridad mayúscula. Sería divertido saber que diría Spielberg si le dijeran que no puede contar con su compositor de toda la vida por que es de Nueva York y no de Alabama como exige la producción. En España se están dando situaciones rocambolescas como profesionales empadronándose en otras comunidades autónomas para reunir criterios adecuados que les permitan trabajar de alguna manera. Por lo que me parece un panorama realmente desolador en ese sentido e incluso en el económico ya que los salarios de compositor cinematográfico siguen siendo similares a hace cinco u ocho años y por lo tanto estamos a años luz de lo que se paga en otros países de la unión europea, por no decir en Estados Unidos.
LUIS IVARS ("Sagitario", "La Dama Boba")
1.- No encuentro que nada importante haya cambiado respecto al nivel creativo. Hay avances tecnológicos, globalización cultural, información masiva a través de la red, lenguajes novedosos, etc… pero siento que una vez más, todo cambia para que finalmente todo siga igual. Cambia la forma, permanece el fondo. La creatividad y el talento residen en muchos compositores, que siguen dependiendo de factores determinantes como la relación con el director y con el presupuesto-producción. (Una aventura imprevisible en cada película)
2.- Son herramientas cotidianas para nosotros desde hace mucho tiempo y tienen una enorme utilidad a la hora de hacer pruebas para el director y, por supuesto, para nosotros mismos. Ahora me resulta increíble, pero recuerdo haber empezado a secuenciar con un Comodore 64. ¿Como podíamos hacer una BSO por sencilla que fuera con esos 64 K?.
Respecto al intrusismo, es cierto que conozco productores que resuelven sus necesidades de músicas con programas como el Soundtrack y muchos trabajos se pierden para numerosos músicos, aunque los resultados no suelen pasar del puro trámite industrial que no ofrece innovación alguna. Pienso que cualquiera tiene derecho a aprovechar la tecnología para hacer lo que le nazca, pero la creatividad, talento y profesionalidad siempre acaban estando por encima de las herramientas.
3.- Todo está cambiando tan rápido…. Pero quiero pensar que siempre hará falta música “fresca”, a pesar de que todo apunta a una homogeneización de la creación en general.
Me preocupa la utilización masiva de músicas de librería. Por otro lado, el que vaya a haber tanta necesidad de producción masiva para las innumerables televisiones digitales, locales y no tan locales, dejará muy poco presupuesto a la creación, para buscar la rentabilidad instantánea.
17-abril-2009
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