Un breve perfil de Ludovico Einaudi
Nacido en Turín (Italia), empezó a estudiar y tocar el piano a los seis años, muy influenciado y alentado por su madre, igualmente pianista. A los 10 años comenzó a tocar la guitarra y a los 16 entró en el Conservatorio de Turín para estudiar composición, estudios que continuó posteriormente en el prestigioso Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán, en donde se graduó en composición clásica. Siguió estudios de post-grado bajo la dirección de Luciano Berio con quien participó como Asistente Musical en varios proyectos musicales y teatrales. En 1982 le fue concedida una beca para el renombrado Festival de Tanglewood (EE.UU).
Einaudi empezó su carrera musical componiendo música de cámara, para banda y coreografías para teatro y danza que inmediatamente alcanzaron un gran éxito y fueron interpretadas en los más famosos escenarios internacionales como el Teatro de La Scala, Mayo Musical Florentino, Festival de Tanglewood, Centro UCLA para las artes, el Ircam de Paris, el Festival de Cine de Budapest, etc.
Sus colaboraciones en el teatro, vídeo y danza dieron como resultado las siguientes obras: Sul filo d´Orfeo (1984), Time-Out (1988), The Wild Man (1990), The Emperor (1991) and la opera-ballet Salgari (1995).
No tardaría en llegar la oportunidad de componer música para películas, campo en la que ha desarrollado una intensa y exitosa actividad con 12 scores y cuatro premios a la mejor banda sonora concedidos en Italia y en el extranjero.
Pocos compositores abarcan tanta definición de estilos musicales como Einaudi. Dentro de esta gran variedad, su música frecuentemente se describe como minimalista, clásica contemporánea, impresionista, new-age, ambiente, espiritual, improvisación, vanguardismo, música del mundo, introspectiva,... y así podríamos seguir, pero dejemos que sea el propio compositor quien nos comente sobre su amplio y ecléctico mundo musical.
La Entrevista ¿Cuando usted dejó el Conservatorio, consideraba que su lenguaje musical estaba fuertemente influenciado por la música vanguardista de Berio u otros compositores de la época o bien tenía usted ya una idea clara sobre el camino por el que quería que su música discurriera?
Cuando terminé mis estudios, permanecí algunos años experimentando con diferentes estilos musicales antes de tener las ideas más claras. Empecé con el lenguaje musical de avant-garde/vanguardia, pero pronto descubrí que este era un mundo demasiado complejo, denso y difícil para mí. Gradualmente, fui descubriendo otro lenguaje con el que pudiera sentirme más identificado, más asociado con la música de carácter popular.
¿Cómo definiría usted realmente sus raíces en la música de orientación no clásica y su tendencia actual?
Mis raíces están muy cercanas a la música de carácter popular y folclórico en su sentido más amplio, desde el rock hasta músicas del mundo.
Su música le hace a uno soñar, llega profundamente al corazón, es un regalo para el alma y permite que la imaginación corra libremente; en definitiva, una música que parece hecha de recuerdos, sentimientos íntimos, estas pequeñas cosas que suceden en el día a día, los elementos de la naturaleza..... cuando plasma todas estas sensaciones a la música, ¿De dónde saca su inspiración?.... en los viñedos de su familia, en las bellas y suaves colinas del Piamonte, el ritmo frenético y agitado de Milán o Roma o desde el silencio y el aislamiento?
Normalmente, trabajo en Milán y podría decir que mi mejor música fue concebida en dicha ciudad. Cuando estoy en un lugar maravilloso, el entorno se convierte en algo demasiado fuerte para mi y es más difícil la concentración. Si estoy en la ciudad, mi imaginación se mueve más fácilmente.
Debido a su formación musical inicial, su carrera parecía orientada hacia la música clásica. ¿Cómo se involucró usted en la composición cinematográfica?
Empecé componiendo algo de música con amigos que estaban haciendo sus primeras películas y me pidieron que trabajara para ellos.
En nuestra opinión, sus primeros cds. “Stanze”, “Le Onde” e “I Giorni” dan la impresión como si usted estuviera explorando un espacio musical personal e introspectivo, buscando nuevos caminos que, a través del piano, le permitieran transmitir sus reflexiones, emociones y recuerdos. ¿Podría por favor explicárnoslo?
Con estos álbumes empecé a tener una idea más clara de lo que yo quería explorar y, al mismo tiempo, pensé que tenía que interpretar mi propia música en vez de escribir para los demás. Cuando interpreto mi música, encuentro un buen equilibrio entre dimensiones abstractas y prácticas. Cuando tocas frente al público, buscas un sentido, un significado a cada nota. Aparte, sentía la necesidad de buscar mi lenguaje sólo a través del piano, y ver lo que uno podía hacer sin ocultarse en otros colores instrumentales. Fue como una reflexión sobre mis recursos, emociones y vida. Por otro lado, nunca estaba satisfecho de como otros músicos interpretaban mis temas así que decidí probar hacerlo yo mismo. “Eden Roc” fue un paso adelante en esta dirección donde, con la ayuda de mi piano, toqué con un quinteto de cuerdas y Djivan Gasparian.
“Trenno di panna” (1988) fue su primera partitura cinematográfica. ¿Qué recuerdos guarda de este score?. ¿Por qué cree que el director Andrea de Carlo le llamó para componer la música de este film siendo usted en aquella época un compositor sin experiencia en música de cine?
Yo era amigo de Andrea De Carlo ya que teníamos antecedentes comunes, y es por ello que pienso que me llamó para trabajar en su película, unido también al hecho de que le gustaba lo que estaba haciendo. Estuvimos algín tiempo juntos escribiendo algunas canciones para la película, en la que ambos cantamos dos canciones, fue divertido.
Para el Director Michele Sordillo usted compuso la música de dos films “Da qualque parte in città” (1994) y “Acquario” (1996). Esta última ganó el premio “Grolla d´oro” a la mejor banda sonora. ¿Qué nos puede decir sobre sus partituras para estas películas y su colaboración con Michele?
Con Michele Sordillo la colaboración fue diferente en el sentido de que él quería usar como base musical para el film parte de la música que yo estaba componiendo para mis álbumes “Le Onde” y “Eden Roc”, así que fuimos al estudio y regrabamos parte de esta música claro está, con diferentes tiempos y adaptada a las secuencias e imágenes de las películas.
Tenemos curiosidad por saber como compuso usted en 1997 su obra sobre Edgard Allan Poe, inicialmente concebida como música para acompañar a un film mudo. ¿Tenía usted pensado poner música a películas mudas tal como hicieron en su tiempo otros compositores como Carl Davis o John Scott, por ejemplo?
Fue concebido como un proyecto sobre Poe, con cine mudo y también alguna poesía. Hice también la partitura para “The Raven” con Jonathan Moore, un actor/director inglés que leía con la música. Fue, en definitiva, una especie de obra multimedia para Poe.
Usted compuso “Aprile” (1998) de Nanni Moretti en el cual incluyó algunos cortes de “Le Onde”. Lo mismo sucedió con “Fuori dal mondo” en donde se incluyen cortes de sus álbumes “Eden Roc”, “Stanze” y “Salgari”. ¿Hay algún motivo concreto en seleccionar música previamente grabada para incluirla en ambas películas?
La razón es que tanto Moretti como Piccioni habían escuchado algunos de mis cds citados y me pidieron que usara esta música. A partir de entonces, empecé a trabajar con Piccioni de forma más profunda componiendo música original para sus films.
Su excelente partitura para “Fuori dal mondo” (1999) fue todo un descubrimiento para los aficionados a la música de cine e hizo que finalmente su nombre fuera conocido. Este film, nominado al Oscar, ganó asimismo varios premios en Italia (5 David de Donatello, 4 Ciak D´Oro) y en el extranjero (Alemania, Chicago, Los Angeles y Montreal). Su música, de gran lirismo y belleza, es a la vez sutil y delicada, con un toque de tristeza que penetra profundamente. ¿Cuál fue su enfoque de los dos personajes de esta tierna y conmovedora película?
“Fuori dal Mondo” fue una experiencia bastante fácil debido al acierto de Esmeralda Calabria en el montaje del film, al seleccionar la música adecuada sobre la base de algunas ideas musicales que le di. Fue ella quien realmente eligió los temas que consideró más apropiados a los personajes. Mi inspiración tuvo más que ver con la atmósfera general del film.
“Luce dei miei occhi” (2001) fue otro excelente score que ganó en 2002 el premio a la mejor partitura musical en Italia. Su música, orquestada para muy pocos instrumentos –guitarra, piano y violonchelo- transmite una gran convicción derivada de la implicación emocional de los personajes aunque, en nuestra opinión, las canciones en el cd. podrían constituir un elemento de distorsión. ¿Considera usted que las cinco canciones que aparecen en el cd. encajan perfectamente dentro del contexto del film o fue más bien una imposición del Director o Productor?
Las canciones no fueron impuestas sino más bien fueron escogidas por Piccioni. Necesitaba que hubiera canciones en la película y yo estuve de acuerdo en ello.
En 2001, usted compuso la música para el film griego “Alexandria” de Maria Iliou, una película de la que carecemos de información. ¿Cómo fue que le contrataron para este proyecto?
Maria Iliou escuchó mi música en algún lugar y, dado que por razones de producción estaban buscando a un compositor italiano, me llamaron a mi.
¿Encuentra usted más cómodo trabajar con el mismo director en varias películas, como es el caso de Michele Sordillo y Giuseppe Piccioni, en donde puede existir ya una cierta simbiosis o complicidad y, por consiguiente, es más fácil comprender lo que el Director desea transmitir musicalmente o, por el contrario, piensa que trabajar con diversos directores le permite desarrollar nuevos conceptos musicales?
Depende, es agradable trabajar con la misma gente aun cuando se corre el riesgo de ser repetitivo, de caer en la rutina, pero por otro lado también me gusta cambiar y trabajar con gente diferente.
Otro de sus magníficos scores fue para “Le parole di mio padre” (2001) de Francesca Comencini, basada en la obra de Italo Svevo “La consciencia de Zeno”, un clásico de la literatura italiana del siglo XX. Su música es a la vez elegante, harmoniosa y sutilmente minimalista, describiendo bien la espiritualidad y tensiones internas de Zeno. ¿Qué nos puede decir sobre la partitura de este film y de su colaboración con Comencini?
Escribí mucha más música de la que se escucha en la película. El álbum contiene toda la música que, precisamente, no está en el film. Fue una colaboración interesante aunque representó para mi una pequeña decepción no ver en el film la mayor parte de mi trabajo.
Otra de sus notables partituras fue para el remake de TV “Doctor Zhivago” (2002). Uno no puede evitar recordar el inolvidable score de Jarre para la película de David Lean. Para este remake, su enfoque de los personajes fue totalmente diferente, desarrollando el lado íntimo junto con toques de música étnica rusa, todo ello apoyado en una orquesta de cuerdas en la que sobresalen diversos instrumentos (piano, chelo, duduk). El resultado final, introspectivo y profundo en emociones, es excelente. Es muy interesante tener y comparar dos planteamientos musicales tan diversos sobre los complejos personajes de Zhivago y Lara. ¿Podría decirnos cómo se involucró en este proyecto y cómo abordó la historia desde el punto de vista musical?
Fue un proyecto muy interesante para mi y, probablemente, el más difícil. Se trataba de una gran producción, en la que tenía que competir con el famoso film de David Lean, y con mucha gente alrededor diciéndome lo que tenía que hacer. Pero Campiotti, el director, estaba de mi parte y yo tenía las ideas claras en el sentido de que la música tenía que girar alrededor de la tradición folclórica rusa. Fue muy interesante y enriquecedor para mí investigar y trabajar con músicos rusos. Desde mi punto de vista, estoy muy satisfecho con este trabajo que, dicho sea de paso, absorbió completamente mi vida durante cuatro meses.
Para el thriller de Roberto Andò “Sotto falso nome” (2004) usted compuso un score muy diferente de lo que uno espera para este tipo de films. Aunque el “toque Einaudi” es evidente, encontramos asimismo una mezcla de diversos estilos musicales y alusiones a Bernard Herrmann. ¿Fue la música de Herrmann un referente para usted al componer el score?. Igualmente, ¿Cómo fue que Roberto Andò le contactó para poner música a su película de suspense, un género con el que parece ser usted no estaba muy familiarizado?
Roberto Andò me llamó porque tenía problemas con otro compositor. Me eligieron porque habían escuchado mi música para “Luce dei miei occhi” y querían para el film una música temporal de estilo similar al del film citado. Estaba intrigado con la idea de escribir música para un film de serie negra, es un género que me gusta. Estuvimos visionando con Roberto algunos films antes de empezar a componer, desde Instinto Básico hasta Mulholland Drive. Hice varias muestras y cuando encontré el mundo melódico/harmónico que quería compuse el score en un mes, trabajando en una película que ya estaba montada. Quedé muy satisfecho con este trabajo.
En general, cuando compone una partitura, tiene usted completa libertad para desarrollar la música según sus propios criterios y percepción de la historia y sus personajes o, por el contrario, el Director –no olvidemos que es “su” película- le transmite a usted sus ideas personales que, frecuentemente, sucede que son muy diferentes de las del compositor?
Depende, cada film tiene una historia y problemática diferente. Soy consciente que cada película requiere su propia música, pero también pienso que dentro de este concepto, uno puede encontrar el espacio para escribir algo que sea especial y que muestre su lado creativo, De todas formas, intento trabajar sólo con aquellos directores que están interesados en dialogar conmigo.
Sus scores se asocian frecuentemente con dramas o historias románticas oscuras. ¿Se considera usted un compositor versátil en el sentido de que también se siente cómodo componiendo música épica, de aventuras, para cine histórico o de acción?
Bien, pienso que puedo trabajar en cualquier clase de films, sólo depende si me gusta o no. Podría haber hecho películas como “Blade Runner” quizás no tanto “Tootsie” porque no estoy del todo convencido en lo que a comedias se refiere pero, ¡quien sabe! a lo mejor podría hacerlo también.
¿Hay diferencias sustanciales entre escribir música para el cine, teatro, coreografías o concierto?. Pensamos que para el teatro pueden existir ciertas limitaciones o restricciones derivadas de la propia obra o de las personas involucradas en el proyecto, mientras que en una obra de concierto, por ejemplo, usted puede tener mayor libertad de expresión para desarrollar sus propias ideas y lenguaje musical sin que nadie imponga límites a su creatividad. ¿Qué nos puede comentar al respecto?
Para mi no hay una gran diferencia en términos de inspiración, siempre procuro dar lo mejor de mi mismo. Con las películas, teatro, etc. la diferencia está en la gente que interviene en su proceso creativo. Pienso que, a veces, las limitaciones existentes pueden darte un enfoque más claro sobre el camino a seguir e incluso el propio proyecto puede darte la oportunidad de explorar mundos musicales que, probablemente, uno no lo haría por sí mismo. Cuando estás solo, componiendo para ti mismo, tienes que definir las ideas y sus límites; esto es a veces más difícil que componer.
Da la impresión que las pequeñas salas son el espacio ideal para interpretar su música ya que crean la atmósfera adecuada para poder desarrollar y transmitir sus sentimientos y emociones y donde la comunicación entre usted y el público puede lograrse mejor que en una gran sala de conciertos. Sin embargo, su concierto del 2003 en La Scala de Milán parece demostrar lo contrario. ¿Cuál es su punto de vista al respecto?
Recientemente, estoy actuando en grandes aforos con mil, dos o tres mil localidades, depende mucho de los teatros o auditorios. Por ejemplo, el Barbican de Londres tiene dos mil localidades pero te sientes muy cerca del público lo cual me gusta mucho. No obstante, los grandes espacios tienen el problema de que se crea demasiada distancia y uno se encuentra a veces un poco perdido. Pero también me gusta tocar en pequeños teatros o viejas salas de, digamos, quinientas-setecientas plazas donde la acústica es perfecta y el efecto emocional y el contacto con el público también.
Volvamos por un momento a sus cds iniciales no relacionados con la música de cine. Su admiración e interés por la música étnica africana se hace evidente en “I Giorni”, mientras que en “Eden Roc” destacan las atmosféricas y melancólicas evocaciones de la música ruso-oriental, y en “Le Onde” aflora su estilo personal e introspectivo. ¿Piensa usted que su lenguaje musical está cambiando o evolucionando desde sus comienzos en el sentido de que ahora tiende más al intimismo o espiritualidad que a la música popular o étnica?
Sigo explorando y aprendiendo cosas de otros mundos, es esta mi forma de ser espiritual y la búsqueda constante de las emociones precisas en mi lenguaje musical.
Sabemos que usted conserva recuerdos muy profundos de sus viajes por Africa y la fascinación que tiene por Malí, plasmado en su cd “Diario Malí” que grabó con Ballaké Sissoko, un virtuoso de la kora (una variante del arpa con 21 cuerdas). ¿Qué es lo que le atrae tanto de la música africana?
Es lo mismo que descubrir una forma de sentir, pura y antigua, aquellas raíces que hemos perdido o destruido. Hay muchas cosas que me gustan, desde el contacto con la tradición o la improvisación, la forma en la que la música es parte de nuestra esencia, de nuestra propia vida.
Hemos estado hablando hasta ahora de su carrera cinematográfica pero, como se ha mencionado al inicio de esta entrevista, la música clásica fue el campo en el que se inició como compositor. ¿Qué tipo de música cree usted que mejor transmite su mensaje, sus ideas... música de cámara, de danza, para pequeños conjuntos, para instrumentos solo, o grandes obras de concierto?
No lo se. Me gusta el carácter íntimo de la música de cámara, pero también me gustan los grandes proyectos. Sin embargo, mi tendencia es componer más para pequeños conjuntos, quizás por aquello de preferir sentir lo individual pero, por otro lado, adoro el sonido de una gran orquesta de cuerda.
Sus obras clásicas están pobremente representadas en cd. ¿Hay algo que pueda hacer para remediar esta situación o, por el contrario, el problema reside en las discográficas que no parecen estar interesadas en grabar su música porque piensan que el mundo clásico de Ludovico Einaudi no vendería?
Hay algunos trabajos míos del pasado que me gustaría publicar en el futuro. Pienso en los álbumes como un concepto único, una obra cohesionada, en vez de recopilar piezas distintas. Quizás hoy día, en la era de las descargas, haré que también puedan estar disponibles separadamente para descargar.
Finalmente, no nos gustaría terminar sin la pregunta que hacemos habitualmente a todos los compositores que entrevistamos. ¿Cuales son sus proyectos más inmediatos o de futuro tanto en el mundo de la música clásica como en el del cine?
Mi nuevo álbum “Devenire” que no es una banda sonora, acaba de ser publicado. Contiene piezas para piano solo y otras en las que me acompaña la Royal Liverpool Philharmonic Orchestra. Para el film de Shane Meadows “This is England”, cuyo estreno está previsto en Abril en el Reino Unido, he compuesto música original aunque también incluirá música que había compuesto previamente.
Muchas gracias Sr. Einaudi por permitirnos entrevistarle. Le agradecemos mucho su amabilidad y sólo nos resta desearle mucha suerte y éxitos en sus futuros proyectos musicales.
16-junio-2007
|